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El reparto de solicitantes de asilo abre un nuevo pulso en la UE

Aparte de la redistribución, la UE pide que se acoja a 20.000 refugiados en origen

Foto: atlas | Vídeo: atlas
Lucía Abellán

La Comisión Europea ha abierto una primera vía para la gestión común del fenómeno migratorio. Acuciado por la presión de las llegadas a las costas italianas, el Ejecutivo comunitario lanzó este miércoles una propuesta para fijar cuotas de distribución de extranjeros ante situaciones de crisis como la actual. Esa clara instrucción a los Estados en un asunto que hasta ahora han considerado competencia nacional amenaza con generar tensiones, aunque Alemania respalda plenamente el proyecto.

Los naufragios en el Mediterráneo han impulsado una agenda migratoria más ambiciosa de lo previsto. Aunque la iniciativa de la Comisión se active solo en situaciones de emergencia, la combinación de medidas de ayuda al sur para paliar la presión en el Mediterráneo y de un sistema de reubicación de extranjeros que alivie a los países más solicitados del norte supone el primer intento de crear un modelo equilibrado. “Sí, estas propuestas suponen un reto y pueden provocar críticas, pero no es aceptable que los Estados miembros digan que hay que frenar esta situación y luego permanezcan callados”, justificó el vicepresidente y número dos de la Comisión, Frans Timmermans.

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Para evitar que el proceso se dilate por la complejidad de los trámites comunitarios, Bruselas propone actuar en dos tiempos. A finales de mes, declarará una situación de emergencia —prevista en los tratados— por la llegada repentina de extranjeros a las costas europeas, principalmente italianas. Eso permitirá aplicar temporalmente el sistema de cuotas que propone la Comisión, aunque los Estados tendrán que dar su visto bueno por mayoría.

España, con un 9,1% de esas nuevas llegadas, Portugal, con un 3,89%, o Polonia, con el 5,64%, figuran entre los países que tendrían que aumentar los refugiados. En cambio, Alemania, que ahora concentra a un tercio de todos los solicitantes en Europa, reduciría su cuota al 18% de los nuevos casos y sería el que asumiría una mayor cuota, seguida de Francia con el 14,1%. Suecia bajaría del 14% al 2,92%. Para el reparto, los técnicos han combinado las variables de PIB, población, paro y número anterior de refugiados.

En 2014, la UE recibió 626.000 solicitudes de asilo. Caso de que el criterio de reparto propuesto se aplicara en el futuro a una cifra como esa, a España tendría que acoger a casi 60.000 en un año.

Además de reubicar a esos extranjeros ya presentes en Europa, el Ejecutivo comunitario propone el reasentamiento de 20.000 personas que estén reconocidas como refugiadas por la ONU pero que no hayan llegado al continente. También aquí hay cuotas, voluntarias, aunque la Comisión amaga con lanzar una propuesta obligatoria. Las acogidas se incentivarán con un presupuesto de 50 millones de euros en dos años y se buscará a esos refugiados en el norte y el Cuerno de África, así como en Oriente Próximo. A largo plazo, Bruselas busca una mayor estabilidad en el reparto de potenciales asilados. Por eso propondrá a final de año un nuevo mecanismo automático que se active cuando haya una gran afluencia de extranjeros.

Con alguna pista ya de lo que pueden implicar esas medidas, los Estados empiezan a fijar posiciones. La más favorable fue este miércoles la de Alemania, que abogó por “una política de asilo común europea realmente solidaria”. La más negativa, la de Reino Unido, que considera cualquier plan de salvamento y acogida en el mar como un incentivo a las llegadas. “Los inmigrantes que intentan llegar a la UE atravesando el Mediterráneo deben ser devueltos”, aseguró Theresa May, ministra del Interior británica, en un artículo publicado en The Times antes de divulgarse el proyecto. También Polonia, Hungría y en general los países del Este y los bálticos —menos sensibles a los naufragios en el sur— objetan esta distribución.

Bruselas acelera

Bruselas se prepara para la contienda. “Espero coherencia y consistencia por parte de los Estados miembros, ya que esta es una respuesta natural a su petición”, argumentó la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini. La jefa de la diplomacia se refería a la cumbre urgente que celebraron los jefes de Estado y de Gobierno en abril que concluyó con un compromiso para triplicar el presupuesto de las operaciones de vigilancia marítima en el Mediterráneo y aumentar la solidaridad en la acogida de extranjeros. “Lo que empeorará la situación es no hacer nada”, remachó Timmermans.

El reverso de todas estas propuestas consiste en endurecer las normas para expulsar a los extranjeros que no puedan pedir asilo. El documento aprobado este miércoles por la Comisión asegura que solo el 39% de quienes reciben una orden de expulsión regresan. “Tenemos que ser firmes en esto: todos aquellos que no tengan derecho a solicitar asilo serán repatriados”, prometió el comisario de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.

Junto a este enfoque de crisis, la CE insta a considerar la inmigración como fuente de recursos para un continente que envejece. La propuesta comunitaria alerta de la carencia de profesionales y propone revitalizar la llamada carta azul, un permiso de residencia y acceso a prestaciones vinculado a una oferta laboral que apenas se ha usado.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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