Final feliz para el misterio de la joven mexicana Alondra
El padre, que se la llevó hace ocho años, la entrega ahora voluntariamente tras negociar con la madre la retirada de cargos
El enredado caso Alondra ha llegado a su capítulo final. La tenaz búsqueda de Dorotea Díaz por encontrar a su hija, quien le fue arrebatada por su exmarido hace ocho años, ha tenido un resultado feliz. Antes, una desafortunada cadena de errores judiciales llevó a otra niña del mismo nombre, misma edad y rasgos parecidos a ser enviada a EE UU creyendo ser la hija de Díaz, ciudadana mexicana residente en Houston. Las pruebas de ADN revelaron que se trataba de una pista falsa, lo que provocó un fuerte revuelo mediático en México. Esta vez, las pruebas de identificación se llevarán a cabo antes de trasladar a la menor a EE UU.
"Si estaba contenta con mi papá, sí, me sentía feliz pero, pues, a la vez sentía que me faltaba algo", declaró el pasado lunes Alondra Díaz, de 13 años, a las puertas de un juzgado de Michoacan, estado de origen de la madre, donde aguarda junto a su abuela a que terminen con los últimos trámites. Ante el impacto en los medios que tuvo hace tres semanas el caso de la falsa Alondra ha sido el propio padre de la niña, Reynaldo Díaz, quien ha accedido a entregar a su hija por miedo a las represalias legales.
La solución al enredo ha contado además con la intermediación de la Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos (FIND). La ONG contactó la semana pasada al padre en el estado de Jalisco —donde vivían padre e hija— y negoció con las autoridades mexicanas la condición de que la madre retiraría los cargos sobre Reynaldo Díaz a cambio de la entrega voluntaria de la niña.
Las niñas, además de llamarse igual y tener la misma edad, son primas
"Teníamos el compromiso de que la menor fuera entregada en Jalisco, pero el padre tuvo cierto temor y prefirió hacerlo por conducto de su abuela en el estado de Michoacán", aseguró el mediador de FIND. El culebrón comenzó el año pasado, cuando tras un viaje de Dorotea Díaz a su país de origen cree haber encontrado a su hija. Pone entonces una denuncia en EE UU y el Departamento de Justicia realiza una solicitud formal a las autoridades mexicanas, que le pasan la pelota a un jugado de Michoacán.
El tribunal mexicano ordena ir a por la niña a la policía federal, que irrumpe una mañana en la escuela para llevarse a la menor. Tras una audiencia despachada a toda velocidad —en la que según testigos citados por medios mexicanos fue rechazada la realización de la prueba de ADN— decide trasladar al día siguiente a Alondra Luna a Houston.
La pista era falsa. Aunque ahora se ha sabido que había indicios que apuntaban al camino correcto. Las niñas, además de llamarse igual y tener la misma edad, también comparten parentesco. Son primas. La madre de Alondra Luna es hermana del padre de Alondra Díaz. Final, por ahora, del enredo.
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