Israel conmemora el Holocausto a la defensiva tras el acuerdo sobre Irán
Dieciséis países de la UE urgen a controlar las exportaciones desde las colonias judías
El ulular lúgubre de las sirenas de alerta de bombardeo paralizó este jueves Israel durante dos minutos para recordar el 70º aniversario del fin del Holocausto en la II Guerra Mundial. En un ritual de afirmación nacional que se repite con esmero año tras año y en cuyos actos todavía están presentes supervivientes de la tragedia colectiva, miles de ciudadanos interrumpieron sus actividades, detuvieron sus vehículos y se recogieron en silencio en aceras y calzadas en memoria de los más de seis millones de judíos exterminados bajo el nazismo: el equivalente a la mitad de toda la población judía mundial de hoy en día.
Pero el pujante Israel de 2015, con un peso militar y económico que poco tiene que ver con el pequeño país nacido tres años después del fin del genocidio que diezmó las comunidades israelitas en Europa, parece encontrarse ahora en una actitud defensiva tras el principio de acuerdo alcanzado entre las grandes potencias y el régimen de Teherán sobre el desarrollo del programa nuclear iraní.
Sin haber logrado forjar un Gobierno de coalición un mes después de la celebración de los comicios, el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha aprovechado cada comparecencia pública en las últimas semanas para acusar a Irán de ser un “Estado terrorista” y de estar detrás de “un nuevo Holocausto”. Pero tras una campaña electoral en la que llegó a anunciar que no reconocería la existencia de un Estado palestino para atraerse el voto de la extrema derecha nacionalista, el líder del Likud se plantea ahora, según los analistas políticos de la prensa israelí, formar un Ejecutivo de unidad nacional con sus rivales del Partido Laborista para hacer frente al nuevo escenario surgido en la región tras el preacuerdo nuclear con Irán.
Israel se repliega sobre sí mismo. Incluso el Tribunal Supremo, considerado como un contrapeso liberal frente a la hegemonía conservadora y nacionalista en el Parlamento y el Gobierno, ha avalado en lo esencial una polémica norma que castiga los llamamientos al boicot económico o cultural contra Israel y los asentamientos judíos en Cisjordania.
Aprobada por la Knesset en 2011, la Ley de Prevención de Daños al Estado impone sanciones económicas a quienes promuevan o participen en los actos de boicoteo. Con el voto a favor de cinco de sus nueve magistrados, el Supremo ha desestimado el recurso presentado por ONG israelíes por considerar que restringía la libertad de expresión y silenciaba protestas pacíficas. El Alto Tribunal, no obstante, ha invalidado parte de la norma que eximía a la Administración de tener que probar los daños causados por las acciones de boicot antes de imponer las sanciones.
El fallo judicial ha coincidido con la filtración al diario Haaretz de una carta enviada por los ministros de Exteriores de 16 de los 28 países de la UE a la Alta Representante para Política Exterior, Federica Mogherini, a fin de que se imponga un etiquetado específico de origen a los productos procedentes de colonias judías en Cisjordania exportados hacia el mercado comunitario. Entre los firmantes —que defienden que la medida “preserva la solución de los dos Estados” y evita “una falsa información que lleve a engaño a los consumidores europeos”—, se encuentran los titulares de Exteriores de Francia, Italia, Reino Unido y España, pero no el de Alemania. La Unión Europea intenta desde 2012 establecer el etiquetado de los bienes producidos en territorios ocupados a partir de 1967 por Israel.
En este clima de repliegue nacional en Israel, el creciente temor al auge del antisemitismo se ha visto corroborado por un estudio de la Universidad de Tel Aviv hecho público en plena conmemoración del Holocausto. El Centro Kantor contabiliza en su informe del año pasado 766 actos violentos antisemitas, un 38% más que en 2013. “Muchos judíos consideran que viven no sólo en un entorno amenazante, sino incluso peligroso”, sostiene el estudio, que destaca “las alarmantes informaciones” que llegaron en 2014 desde Francia (164 agresiones), Reino Unido (141), Alemania (76) e Italia (23), sobre todo a partir de la ofensiva militar israelí contra Gaza del pasado verano.
“Resulta cada vez más difícil [en algunos países] llevar una vida plenamente judía, sobre todo bajo protección policial o militar”, sostiene el informe del Centro Kantor, en el cual se recogen hechos aislados calificados como antisemitas en España y los principales países latinoamericanos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.