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Nicaragua y Costa Rica llevan a La Haya su disputa fronteriza

Los dos países discrepan sobre la línea divisoria marcada en 1858

Isabel Ferrer
Carlos Jose Arguello Gomez, representante de Nicaragua (izq.), saluda a su homólogo costarricense Edgar Ugalde Alvarez, este martes en La Haya.
Carlos Jose Arguello Gomez, representante de Nicaragua (izq.), saluda a su homólogo costarricense Edgar Ugalde Alvarez, este martes en La Haya.Peter Dejong (AP)

El diferendo fronterizo que ha causado la mayor crisis diplomática de las últimas décadas entre Costa Rica y Nicaragua, ha llegado este martes a la fase de presentación oral de alegatos ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ). San José interpuso la demanda original contra Managua en 2010 por presunta invasión de su soberanía. Ésta contestó a su vez en 2011 con una denuncia por daños ambientales en la margen derecha del río San Juan, frontera natural entre ambos países. Los jueces han decidido resolverlas juntas y tienen ahora sobre la mesa dos argumentos en apariencia dispares: la supuesta violación nicaragüense de los tratados limítrofes internacionales pensados para preservar la paz, y el presunto deterioro del entorno por culpa de una carretera construida por trabajadores costarricenses a lo largo del cauce fluvial.

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Como el TIJ ha respetado el orden de presentación de las demandas, Edgar Ugalde, representante permanente de San José ante la corte, ha abierto la sesión. Sin perder tiempo, ha acusado a sus oponentes de “invasión a través de Isla Portillos”, situada en el extremo oriental del río, en la costa del Caribe. También ha rechazado “la apertura de un caño artificial para unir el curso fluvial con el mar; un caso claro de reivindicación forzada de la soberanía”, en su opinión.

El territorio en cuestión es conocido en Nicaragua como Harbour Head, y se trata de un humedal de tres kilómetros cuadrados protegido por la Convención Internacional Ramsar (1971) dedicada a la protección y desarrollo sostenible de estos ecosistemas híbridos. Para Ugalde, el caño no puede atribuirse al efecto de la lluvia o la acumulación de sedimentos. “Managua envió tropas y luego personal civil para modificar el curso del río, y ello vulnera el tratado de fronteras de Cañas-Jerez de 1858, suscrito por ambas partes. Nicaragua quiere olvidar estos textos para que veamos que todo está bajo su jurisdicción” ha señalado.

Es un caso claro de reivindicación forzada de la soberanía", asegura el representante de Costa Rica

Marcelo Kohen, jurista y miembro asimismo de la delegación de Costa Rica, ha sido más contundente si cabe. Ha denunciado a Nicaragua por “fabricar un diferendo artificial y modificar una frontera, para reivindicar luego de manera oportunista, y posterior a la ocupación de Isla Portillos, un límite que ya estaba regulado”. Para apoyar sus argumentos, ha detallado la aparente contradicción que ha llevado al Gobierno de Managua a ocupar una tierra que considera suya. “Si lo es, ¿por qué entra ahí con soldados?. Si el caño es natural, ¿cómo no aparecía en agosto, pero sí en diciembre de 2010, en las fotos de los satélites?” ha preguntado. Su respuesta refuerza la tesis defendida en los siguientes términos: “porque es una construcción artificial que demuestra la habilidad de los hombres de Edén Pastora (antiguo guerrillero, político y militar presuntamente enviado por Managua con tropas a la zona)”, ha dicho.

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La delegación costarricense ha apelado durante toda la sesión al respeto al derecho internacional, y ha subrayado la importancia del arbitraje elaborado en 1898 por el ingeniero estadounidense Edward Porter Alexander. “Él ya apuntó posibles cambios naturales en una zona de desembocadura fluvial, que deberían verse a la luz del derecho internacional. Lo que no mencionaba es un caño artificial”, ha concluido Kohen.

Nicaragua, que tomará la palabra el jueves, discrepa de la interpretación de Alexander y defiende los cambios geográficos espontáneos que San José rechaza de pleno. “De todos modos, no es un asunto del que dependa la riqueza o seguridad de ambas naciones. Acataremos la decisión del TIJ cualquiera que sea”, ha asegurado Carlos Argüello, embajador nicaragüense en Holanda. Costa Rica hará otro tanto, hecho que demuestra el peso del Tribunal en América Latina para resolver litigios similares sin el uso de la fuerza.

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