Egipto renuncia a pedir visados en origen a los turistas individuales
La oposición del sector a una medida que debería haber entrado en vigor el próximo 15 de mayo hace rectificar a las autoridades
La reacción airada del sector turístico ante la decisión de pedir a partir del próximo 15 de mayo un visado en origen a los turistas individuales ha forzado al Gobierno egipcio a rectificar. Apenas dos semanas después del anuncio de la nueva política de visados, las autoridades informaron a través de un comunicado público de la suspensión indefinida de la medida hasta la aplicación “lo más pronto posible” de un nuevo sistema de visados electrónicos, sobre el que no ofrecieron ningún detalle.
Las autoridades egipcias habían justificado la imposición de restricciones en la necesidad de controlar con mayor eficacia la entrada al país de militantes yihadistas. Egipto padece una insurgencia islamista que se ha cobrado la vida de centenares de miembros de las fuerzas de seguridad. No obstante, el país apenas ha recibido yihadistas extranjeros, que prefieren luchar en escenarios como Irak o Siria. Por esta razón, se sospecha que la iniciativa tenía también como objetivo impedir la entrada al país de activistas defensores de los derechos humanos o intelectuales extranjeros críticos con el Gobierno, una idea que fue confirmada por un funcionario a la agencia Reuters.
La medida finalmente cancelada habría obligado a los turistas individuales de varios países, entre ellos los Estados miembros de la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, a pedir un visado en los consulados egipcios de sus respectivos países de origen antes de viajar al país, destino turístico internacional de primer nivel. En cambio, estaba previsto que las nuevas restricciones no se aplicaran a los viajeros que contratan su viaje a través de un touroperador, en cuyo caso podían seguir obteniendo su visado en el aeropuerto internacional de El Cairo.
La noticia fue publicada por el diario oficialista Al Ahram, que atribuye la rectificación a las presiones de los empresarios turísticos, que se reunieron con representantes gubernamentales a principios de semana. Las autoridades habían intentado infructuosamente convencer al empresariado y a la opinión pública de que la medida tendría un impacto menor en el sector turístico, que representa más de un 10% del PIB, pues la mayoría de turistas visitan Egipto en grupos. No obstante, Hisham Zazou, el anterior ministro de Turismo, rebatió este argumento asegurando que hasta un 40% de los ingresos provienen del gasto hecho por turistas individuales.
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