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“Este es el día más negro de la historia de la ciudad”

Duelo en la localidad natal de los estudiantes alemanes

Vecinos de Haltern am See, a la entrada del instituto de los alumnos y profesoras que estaban a bordo del avión siniestrado.
Vecinos de Haltern am See, a la entrada del instituto de los alumnos y profesoras que estaban a bordo del avión siniestrado.SASCHA SCHUERMANN (AFP)

La entrada del instituto Joseph König Gymnasium de la pequeña ciudad alemana de Haltern am See (38.000 habitantes) comenzó a llenarse de velas, flores y vecinos consternados a media tarde de este martes. En ese centro escolar estudiaban los 16 adolescentes que viajaban a bordo del avión que se estrelló en Francia y en el que regresaban a casa acompañados de dos profesoras tras una semana de intercambio con alumnos de la localidad catalana de Llinars del Vallès (Barcelona).

“Nos hemos quedado sin palabras, y muchos vamos a acercarnos a la escuela”, contó por teléfono Milenko Ivankovic, de 59 años, que emigró desde Croacia a la ciudad alemana hace varias décadas y regenta un hotel en el centro. “Mis hijas, que ya son mayores, estudiaron en ese instituto”, añadió compungido. Sin palabras y “muy triste” se sentía también Peter Heckmann. “Tengo un amigo que ha perdido a una hija en ese vuelo”, explicó sin entrar en detalles este responsable de unos almacenes de moda. “La gente no para de llorar, esta es una ciudad pequeña”, añadió.

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La confusión del primer momento sobre la lista de pasajeros dio paso a la conmoción en Haltern am See, situada a unos 80 kilómetros al norte de Düsseldorf, donde debía haber aterrizado a mediodía el avión de Germanwings en el que viajaban los escolares —14 chicas y dos chicos de entre 15 y 16 años de edad— y sus dos profesoras. “Este es el día más negro de la historia de esta ciudad. Estamos profundamente afectados, en estado de shock”, declaró el alcalde, Bodo Klimpel, en una rueda de prensa. “Eso es lo peor que uno se puede imaginar”, abundó antes de insistir en que no había confirmación oficial de que hubieran fallecido. Aunque como él mismo admitió, todos se temían “lo peor”.

Los vecinos de Haltern no parecían tener dudas y peregrinaron hacia el instituto de las víctimas y a la iglesia católica de St. Sixtus, que también abrió sus puertas a alumnos y familiares para darles consuelo y apoyo psicológico. “Es un día terrible para todos nosotros”, comentaban desde la parroquia.

Las víctimas estudiaban castellano como asignatura optativa. Sus compañeros de instituto dejaron las clases al conocerse el accidente. Este miércoles regresarán al centro para celebrar un acto “íntimo” de despedida de los alumnos fallecidos, según las autoridades escolares del distrito de Münster, al que pertenece la localidad. La dirección del instituto anunció que las clases se retomarán este mismo miércoles, pero con la idea de “dar posibilidad a los alumnos de hablar sobre este trauma” que ha sacudido a la población y a toda Alemania.

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