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José Gutiérrez Vivó | Periodista

“Los políticos mexicanos pierden el piso cuando llegan a la cúspide”

El exlíder de audiencias de la radio relata sus batallas por la libertad de expresión

Luis Pablo Beauregard
José Gutiérrez Vivó, mientras graba su 'podcast'.
José Gutiérrez Vivó, mientras graba su 'podcast'.Andrea Gutiérrez

Durante décadas decenas de miles de capitalinos se dieron cita en un dial de FM para escuchar la voz de José Gutiérrez Vivó, el líder de la audiencia desde 1974 a 2008. El periodista desarrolló con Grupo Monitor un programa de corte popular que puso en contacto a las autoridades con la gente y sirvió de modelo para muchos medios de comunicación. La llegada del PAN a la presidencia en 2000 cambió todo, según el periodista. Gutiérrez Vivó asegura que Vicente Fox creyó que apoyaba a su rival, el izquierdista López Obrador. Así, asegura, comenzaron los problemas legales y la escasez publicitaria. En 2006 Felipe Calderón visitó la estación como presidente electo. Recomendó a Gutiérrez Vivó vender parte de la empresa. El locutor preguntó por qué. “Porque le conviene”, dijo el futuro mandatario. El primer día de su Gobierno la señal de Grupo Monitor se dejó de transmitir por televisión. Tres años después Gutiérrez Vivó se fue del país. Desde San Antonio cuenta su experiencia como periodista en México.

Pregunta. ¿Qué es Collective Beat?

Respuesta. Quiere decir sentimiento colectivo. Se puso en marcha hace tres meses con la intención de transmitir a través de Internet programas para la población hispanohablante. Todo inició por el impedimento gubernamental para hacer mi trabajo en México.

P. ¿Por qué se fue de México?

R. A mí me sacó del aire Felipe Calderón. Fox dio el golpe, pero fue Calderón el que desmanteló todo operativamente. La Junta de Conciliación y Arbitraje nos sacó con un fallo hecho expresamente contra nosotros. Inventaron una huelga y se fueron en mi contra, a pesar de que el patrón de los trabajadores era Francisco Aguirre, de Grupo Radio Centro. Comenzaron episodios nada agradables contra mi persona y me vi en la necesidad de retirarme del país.

P. ¿A qué se refiere con episodios nada agradables?

Luis Echeverría me mandó a despedir en 1974 por una información que di

R. Intentos de homicidio. Van dos.

P. ¿Qué le sucedió en el Gobierno del presidente Fox?

R. En 2004, el señor Andrés Manuel López Obrador acudió como jefe de Gobierno. Al final de las dos horas de entrevista dice que quiere dar un mensaje. “Quiero aprovechar para dar a conocer que me lanzo como candidato a la presidencia”, dijo. Esto fue hacia las 10.35. En el programa del mediodía cortan la transmisión y entra Jacobo Zabludowsky desde Grupo Radio Centro. Esa fue la forma tan abrupta y tan poco aseada en que nos sacaron del aire. Vino la tradicional máquina de las presidencias de hacer creer a la gente que había invitado a López Obrador para que se destapara.

P. ¿Fue la única vez que tuvo problemas con el poder?

R. No. Tuve problemas desde antes. Cuando regresé de Europa con Luis Echeverría, que me mandó a despedir en 1974 por una información que dimos. El secretario de Gobernación, Mario Moya, me dijo que no podía volver a salir en la radio hasta que terminara la administración. Faltaban dos años. Le dije que no estaba de acuerdo. Fui por la factura de mi coche para venderlo y pagar la multa que me pusieron. También le mostré un boleto de avión de Iberia y le dije que me iba a largar de este pinche país donde no hay libertad de expresión. Un abogado de la secretaría lo consultó con el señor secretario y me dijo que me perdonaban lo ocurrido por esa única ocasión.

P. ¿Lo dejaron en paz?

R. Con todos los presidentes me tocaron batallas. López Portillo se manejaba más por la cooptación. Francisco Galindo, el encargado de Comunicación Social, se apareció un día con una tarjeta firmada por el presidente. Era un permiso de importación del automóvil que yo quisiera, libre de impuestos. Lo devolví, obviamente.

Los políticos mexicanos son gente común y corriente que pierden el piso cuando llegan a la cúspide.  Comienzan a pisotear lo que no deben de pisotear

P. ¿Qué ha pasado con el Gobierno actual?

R. Cuando asumió la presidencia Peña Nieto le mandé una extensa carta diciéndole que le iba a agradecer en nombre de cientos de personas que Radio Centro nos pagara y que el Gobierno asumiera la deuda de lo que destruyó por órdenes de dos presidentes de la República. Sé por alguno de sus ayudantes que leyó la carta, que estuvo sobre su escritorio tres días. Al cuarto día desapareció. Lamentablemente creo que también es coautor de este hecho. Y para rematar ahí está el caso de Carmen Aristegui.

P. ¿Cree que ese caso se operó desde el Gobierno?

R. Sí, no tengo ninguna duda. Nadie se atreve a hacer semejante cosa si no tiene luz verde de Los Pinos.

P. ¿Qué cree que hace tan vulnerable a los informadores frente al poder?

R. Los políticos mexicanos son gente común y corriente que pierden el piso cuando llegan a la cúspide. Al hacerlo comienza a pisotear lo que no deben de pisotear. Lo que está ocurriendo ahora es un asunto muy añejo.

El señor Aguirre no cuenta con el dinero que ofreció para la nueva cadena de televisión

P. ¿Cuánto dinero le debe Grupo Radio Centro?

R. La Cámara Internacional de Comercio obligó al señor Aguirre a pagarme 21 millones de dólares en febrero de 2004. Estamos en 2015 y no ha pagado un solo peso. Hoy por hoy me deben unos 35 millones de dólares.

P. Pero Grupo Radio Centro ofreció más de 3.000 millones de pesos por la nueva cadena de televisión.

R. El señor Aguirre no cuenta con ese dinero. Estoy al tanto de sus estados fiscales y las presentaciones que hacen cada tres meses sobre las finanzas de la empresa. O se sacó la lotería y no nos lo ha dicho o hay alguien atrás que está poniendo el dinero mientras él pone la cara.

P. ¿Qué tendría que pasar para que la libertad de la expresión no se quede en el discurso?

R. Quienes gobiernan no entienden una de las reglas básicas de la psicología. Usted deje hacer a su hijo lo que le pegue la gana y cómprele lo que él quiera. Ya sabe lo que le va a resultar porque no tiene límites. Los medios analíticos, propositivos y críticos indican a los Gobiernos cuando no hacen el trabajo para el que fueron contratados. Los políticos deben entender que no pueden sentarse en la Constitución, de la cual hablan cada cinco minutos. Hay que respetarla. Mientras no les entre en la cabeza, no se puede arreglar el asunto.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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