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Tribuna
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Sexualidad y desarrollo en Ecuador

El “Plan Familia” propicia el machismo, la discriminación y la violencia de género

Hace pocos días el Secretario Jurídico de la Presidencia de la República de Ecuador, Alexis Mera, hizo declaraciones sobre el Plan Familia. Una iniciativa que, bajo otro nombre, era manejada intersectorialmente por varios Ministerios, ahora está bajo manejo directo del poder ejecutivo. Sus respuestas, señalando que “El Estado debe enseñar a la mujer a postergar su vida sexual” fueron una cierta contestación a un tuit del Presidente donde retóricamente preguntaba “¿Qué le dirían a una adolescente de 12 años que va a pedir anticonceptivos a un centro de salud?”.

Mera, quien también señala que “El Estado debe enseñar a la mujer a retrasar la concepción”, respalda sus afirmaciones con el argumento de que estas postergaciones (del placer y la maternidad) son necesarias para que las mujeres sepan de valores y “puedan terminar una carrera y tener un mejor desarrollo”. Tremendo derechazo de la izquierda ecuatoriana: abordar la sexualidad, los derechos reproductivos y el desarrollo profesional de las mujeres desde posiciones extremas, con influencia religiosa y pretendiendo convertir en política pública los valores personales de funcionarios, en un Estado laico.

¿Se pretende hacer del sexismo una política de estado? Pareciera que sí cuando el mismo Presidente plantea preguntas retóricas desde la situación de una niña y su asesor hace referencia a la mujer en respuestas sexistas so pretexto de garantizarle un mejor desarrollo y oportunidades de vida. La referencia es siempre a una niña o una mujer, jamás a un niño o un hombre, quizás porque es más probable que la transgresora de la moral sea de sexo femenino.

Por si esto fuera poco, al ser cuestionado sobre la familia y la violencia que en muchos casos se vive en éste núcleo, responde: "las mujeres no se valoran adecuadamente, porque se dejan violentar y el hombre tiene una educación equivocada en que la violencia es un mecanismo de desarrollo familiar".

Para Mera las mujeres se "dejan violentar"; una respuesta que descubre total incomprensión y desconocimiento no sólo de las históricas luchas de género y las secuelas de la violencia, sino también sobre los mecanismos sociales que justifican la violencia de género y la perpetúan: las leyes, el lenguaje, la economía, la religión, la cultura. Para Mera, el comportamiento violento de los hombres responde a una mala educación, mientras que la situación de la mujer se limita a un estado de permisividad producto de la baja auto estima.

Las mujeres no necesitamos que el estado dirija nuestras acciones y si el gobierno está preocupado por los embarazos adolescentes debe fundamentalmente entender tres cosas. Primero, que el Estado no está para enseñar nada, sino para garantizar y proteger derechos. Segundo, que dar información a niños, niñas y adolescentes por igual sobre sexualidad, salud sexual y métodos anticonceptivos es urgente y necesario. Tercero, que dar información no excluye hablar de abstinencia o de los riesgos de la sexualidad precoz.

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La implementación del Plan Familia en los términos difundidos -ahora calificado sólo como un borrador debido a la reacción social- propicia el machismo, la discriminación y la violencia de género y como si esto no fuera suficiente, traslada a las niñas y a las adolescentes toda la responsabilidad para evitar embarazos y señala, sin evidencias, que en los hogares donde los padres se mantienen juntos las adolescentes son tres veces menos propensas a perder su “virginidad” antes de los 16 años.

Correa ya dijo que no comparte las opiniones de Mera y que las políticas públicas las decide él. Ante declaraciones neardentales de un funcionario (Mera) y comentarios absolutistas propios del Rey Sol (Correa), a las mujeres no nos queda de otra que seguir luchando. Ello porque una discusión -que parecía antigua- sigue vigente: tenemos derecho a ser tratadas como iguales, somos ciudadanas dueñas de nuestras vidas y nuestros cuerpos. No necesitamos que el estado nos diga cuándo parir y cómo manejar nuestra vida sexual.

Karla Morales es abogada especializada en Derechos Humanos. Colabora como columnista de varios medios impresos y digitales en Ecuador y Estados Unidos. Twitter @karlamoralesr

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