Mogherini viaja a Cuba para impulsar el pacto con la Unión Europea

Cuba recibirá este mes la primera visita de un alto representante para la Política Exterior Europea. Federica Mogherini acudirá a la isla el 23 y 24 de marzo “en un momento crucial para las negociaciones entre la Unión Europea y Cuba”, según un comunicado divulgado ayer por el servicio diplomático comunitario. Mogherini trata de impulsar un acuerdo que se negocia desde hace un año, pero que quedó rezagado con el restablecimiento de relaciones entre Washington y La Habana el pasado diciembre.

Tras la visita de Mogherini se producirá la del presidente François Hollande, el 11 de mayo, en el primer viaje oficial a la isla de un jefe de Estado francés y la primera de un mandatario occidental tras el deshielo entre Cuba y EE UU.

Una delegación europea acaba de estar en Cuba —dos días a principios de marzo— para desatascar ese proceso, que pretende acabar con el veto institucional vigente entre Bruselas y La Habana desde 1996, cuando la UE adoptó la llamada posición común. Los negociadores avanzaron en cooperación y esbozaron otras dos claves: la que incluye diálogo sobre derechos humanos y el apartado comercial.

Consciente de que el proceso estadounidense puede restar protagonismo a la UE en las prioridades de la diplomacia cubana, Mogherini viaja a la isla para dar un impulso político a este proceso. “Cuba afronta un periodo interesante y la UE quiere ver cómo impulsar la relación. Seguimos de cerca los acontecimientos y la relación cubana con actores internacionales clave, que crean nuevas dinámicas en la región y proporcionan nuevas oportunidades para todos”, aseguró.

El bloque comunitario es el segundo socio comercial de Cuba y nunca ha cortado del todo la relación diplomática con la isla. Aun así, la posición común ha situado a Cuba como el único país iberoamericano con el que la UE no tiene acuerdo bilateral. Y el único del mundo afectado por esta herramienta que impide el diálogo hasta que haya mejoras en derechos humanos.

Mogherini se reunirá con el ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez, y otros responsables del Gobierno. Para evitar suspicacias —muchos países miembros siguen de cerca este proceso para evitar que suponga un espaldarazo al régimen—, la jefa de la diplomacia se entrevistará también con el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, y representantes de la sociedad civil.