El EI difunde un vídeo con el asesinato de un supuesto espía israelí
Un niño vestido de uniforme dispara en la cabeza al joven, un árabe israelí de Jerusalén
El Estado Islámico difundió la noche del martes un vídeo en el que se muestra el asesinato de un joven árabe israelí de Jerusalén Este, que se había sumado a la yihad en Siria, a manos de un niño vestido de uniforme, según informaron las ediciones digitales de los principales diarios de Israel. Mohamed Musalan, de 19 años, había sido capturado hace tres meses por el EI, que le acusó de espiar para el Mosad (espionaje exterior israelí) y facilitarle información sobre depósitos de armas del califato y la presencia de palestinos en las filas yihadistas.
El vídeo muestra a Musalan vestido con el mono naranja que el EI obliga a llevar a sus víctimas mientras refiere una especie de confesión. Posteriormente se observa que el joven es escoltado desde una habitación hasta un descampado donde muere tiroteado a manos de un niño vestido con uniforme de combatiente, calificado como “cachorro del califato” por un miliciano del EI que se expresa en francés.
Según el relato del vídeo -de 13 minutos de duración- que hace el diario Haaretz, Musalan escucha de rodillas el veredicto que lee también en francés el mismo yihadista antes de que el muchacho se sitúe frente a él para descerrajarle un tiro en la frente con una pistola. Cuando el joven árabe israelí se desploma, el niño vuelve a dispararle otras tres veces al grito de “Alá es el más grande”.
Antes de ser asesinado, Musalan se dirige a la cámara para reiterar que fue reclutado y entrenado por los servicios de inteligencia de Israel, como ya había dicho hace un mes en una información en inglés difundida por el califato. También relata que su padre y su hermano mayor le animaron a sumarse a la yihad. El Gobierno israelí ha negado que fuera un espía.
Musalan vivió y estudió en Jerusalén Este --zona de la ciudad con mayoría de población árabe ocupada por Israel desde 1967— y llegó a prestar servicio como bombero voluntario. Su familia había confirmado que viajó a Siria hace tres meses para luchar con el EI. Según la versión de su padre a Haaretz, el joven le pidió dinero para realizar un curso fuera de Jerusalén. “Le llamé al móvil al día siguiente pero lo había apagado”, explica, “y una semana después me envío un correo electrónico en el que decía que quería ser un mártir”.
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