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El Gobierno chino censura el documental sobre contaminación

El reportaje 'Under the Dome' (Bajo la cúpula) desaparece de los portales de vídeo

Macarena Vidal Liy
Transeúntes caminan con mascarilla por las calles de Pekín.
Transeúntes caminan con mascarilla por las calles de Pekín.Kim Kyung- Hoon (Reuters)

El documental ecologista Under the Dome (Bajo la cúpula), que esta semana se convirtió en una sensación en China, se ha convertido en un espejismo en su país de origen. Tras una orden de los censores, el vídeo online de la periodista Chai Jing sobre las causas de la grave contaminación en China que vieron más de 200 millones de personas en cinco días ha desaparecido de los principales portales del país como si no hubiera existido nunca.

Los enlaces que antes conducían a la grabación de 104 minutos ahora muestran un mensaje de error. Las búsquedas en portales de vídeo como YouKu, Sohu o Tencent QQ sólo ofrecen como resultado episodios de la serie televisiva de ciencia ficción de la que el documental tomaba el nombre.

El vídeo, que se ha comparado al documental sobre el cambio climático del ex vicepresidente de EE UU Al Gore Una Verdad Incómoda (2006), mostraba cómo Chai, que costeó la producción de su bolsillo, presentaba una exposición en formato de PowerPoint en la que relacionaba la contaminación con el incremento de enfermedades y denunciaba, entre otras cosas, los obstáculos que interponen las grandes petroleras estatales chinas a la hora de intentar encontrar soluciones.

Inicialmente, el Gobierno y la prensa estatal reaccionaron con entusiasmo. El nuevo ministro de Protección Medioambiental, Chen Jining, alabó públicamente el documental, y medios oficiales como el Global Times consideraron “antipatriótico” criticar las conclusiones del vídeo.

Pero el entusiasmo con que los espectadores acogieron el documental y la intensidad del debate público que generó —Weibo, el Twitter chino, acumulaba más de 280 millones de mensajes relacionados con Bajo la cúpula— empezó a generar casi de inmediato nerviosismo entre los funcionarios chinos. Un nerviosismo que se vio agravado por la proximidad de la sesión anual del Legislativo chino, uno de los grandes acontecimientos del calendario político en el país.

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El martes pasado, apenas tres días después de que se lanzara el vídeo, los censores chinos ya emitieron una orden a los medios de comunicación y a las redes sociales para que dejaran de mencionarlo.

“Para impedir que se diluyan los temas de la sesión legislativa, ustedes deben mantener un control firme del debate público y abstenerse de sensacionalizar ciertos temas sensibles procedentes de Internet y de la sociedad. Los medios y las páginas web de todos tipos y niveles (incluidas Weibo, WeChat —el WhatsApp chino— y los portales de noticias) deben cesar inmediatamente la cobertura del documental Bajo la cúpula y su creadora”, señala la orden, filtrada a las redes sociales chinas y recogida por la página especializada chinadigitaltimes.net.

En la inauguración de esa sesión legislativa el jueves el primer ministro, Li Keqiang, prometió combatir "con mano dura" la "mancha" que la contaminación representa en la calidad de vida de los chinos.

Mientras tanto, el responsable de la filtración de una orden que especifica que “no debe hacerse pública”, un empleado administrativo del diario económico China Business News que tomó una fotografía del documento, ha sido sancionado y ha dejado de trabajar, publica el diario Financial Times. En 2004, el periodista Shi Tao fue condenado a 10 años de cárcel como culpable de violar secretos de Estado tras filtrar una orden que prohibía a los medios chinos abordar el 15 aniversario de Tiananmen.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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