EE UU cerrará 15 instalaciones militares en Europa occidental
Washington las traspasará a los países de acogida. La estrategia evidencia el viraje hacia antiguos satélites soviéticos en el Este
Estados Unidos evidenció este jueves su cambio de prioridades militares en Europa. El Departamento de Defensa anunció el traspaso a sus países de acogida de 15 instalaciones en Europa occidental. La decisión llega tras redoblar el Pentágono en los últimos meses su apoyo militar a las naciones orientales europeas, inquietas por la injerencia rusa en Ucrania.
El Pentágono analizaba desde hace más de un año el traspaso de las instalaciones, que se enmarca en su estrategia de destinar más recursos a otras misiones en Europa y en la necesidad -impuesta por el Congreso- de recortar sus gastos en cerca de un billón de dólares en una década. El cierre de bases y otras edificaciones militares en Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia y Portugal generará un ahorro anual de 500 millones de dólares y reducirá en alrededor de 2.000 efectivos el despliegue estadounidense en Europa.
EE UU cuenta con unos 67.000 soldados en instalaciones en el Viejo Continente, la mayoría impulsadas hace más de medio siglo tras la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría con la Unión Soviética. Ahora Moscú preocupa de nuevo: las ansias expansionistas de la Rusia de Vladímir Putin, tras la anexión en marzo de la península ucrania de Crimea, han llevado a Washington a reforzar su cooperación militar con los antiguos satélites soviéticos, como Polonia y Ucrania.
Los cierres en Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia y Portugal generarán un ahorro anual de 500 millones de dólares y reducirán en unos 2.000 soldados su contingente en Europa
“Esta transformación de nuestra infraestructura ayudará a maximizar nuestras capacidades militares en Europa, y ayudará a fortalecer nuestras importantes alianzas europeas de modo que podamos apoyar mejor a nuestros aliados de la OTAN y socios en la región”, señaló en un comunicado el secretario de Defensa saliente, Chuck Hagel.
El Congreso aprobó a finales de 2014 un plan -anunciado en junio en Polonia por el presidente de EE UU, Barack Obama- de apoyo militar de cerca de mil millones de dólares a países de Europa central y oriental. El programa incluye un incremento de ejercicios, equipamiento y despliegue de soldados, como el que tuvo lugar en marzo; una mayor presencia de la Armada estadounidense en los mares Negro y Báltico; y una mayor cooperación de defensa con Ucrania, Georgia y Moldavia. Tres países que -a diferencia de Polonia y las naciones bálticas- no pertenecen a la OTAN, por lo que EE UU no estaría obligado a defenderlos de un eventual ataque ruso.
El Pentágono niega que el cierre de instalaciones en Europa occidental “disminuya” la capacidad de EE UU de cumplir sus compromisos con los antiguos satélites soviéticos. “De hecho, estas decisiones generarán ahorros que nos permitirán mantener una robusta presencia de fuerza en Europa”, afirmó el responsable de Asuntos Internacionales de Seguridad, Derek Chollet, en la rueda de prensa de presentación de los cambios militares.
Pero el cierre de instalaciones puede causar malestar en el Ejército. El máximo general estadounidense en Europa, Philip Breedlove, dijo en noviembre que eran necesarias más fuerzas de rotación en ese continente y que el número de tropas no debía reducirse. Para paliar esa posibilidad, el Pentágono ha intentado sin éxito que el Congreso se decantara por cerrar algunas instalaciones militares en EE UU, donde se calcula que hay un exceso de capacidad del 20%.
La base área de Mildenhall, en Reino Unido, será la más afectada por el traspaso de instalaciones. Supondrá la salida de 3.200 militares en los próximos meses, lo que quedará parcialmente compensado en 2020 cuando EE UU aumente en 1.200 efectivos su plantilla en la cercana base de Lakenheath porque acogerá dos escuadrones de cazas F-35, la nueva joya de la corona de la aviación estadounidense.
En Alemania, EE UU cerrará varias instalaciones, pero el número de efectivos se incrementará en “varios centenares”. Lo mismo sucederá en Italia, con 200 tropas provenientes de Alemania. Mientras en Portugal, una base en las Azores perderá 500 integrantes. Holanda y Bélgica sufrirán cambios menores.
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