Hezbolá destapa a un topo infiltrado en su cúpula por Israel
El espía colaboró en el asesinato en 2008 de uno de los líderes de la milicia chií libanesa
Israel ha logrado penetrar en las entrañas de Hezbolá. Aunque probablemente no sea la primera vez que ha introducido un espía en el seno de la milicia chií libanesa, nunca antes un alto cargo de la organización lo había reconocido oficialmente. Hace tres semanas la prensa había publicado que había sido detenido un topo infiltrado en un alto escalón de la organización: era un responsable de “las operaciones externas contra intereses israelíes”, según confirmó entonces a France Presse una fuente anónima de Hezbolá.
Mohammad Shawraba saboteó cinco operaciones contra intereses israelíes
Pero ahora la fuente tiene nombre propio: Naim Qassem, secretario general adjunto de Hezbolá, ha dado veracidad a la noticia al admitir la existencia de “espías” dentro la milicia chií. “Hezbolá ha trabajado intensamente en combatir el espionaje entre sus filas y en su entorno. Han salido algunos casos a la superficie, pero son muy limitados”, señaló el pasado domingo a Al Nur, la cadena de radio del movimiento.
Aunque Qassem no quiso difundir la identidad del espía detenido, la prensa libanesa apunta a Mohammad Shawraba, un oficial de la unidad 910 de Hezbolá, arrestado hace tres meses. El supuesto colaborador es un libanés nacido en Mahruna (sur del Líbano) que “viajaba mucho a países occidentales, donde fue captado por el Mosad”, afirmó a France Presse una fuente cercana a Hezbolá.
Según la misma fuente, Shawraba ha espiado para Israel desde 2007 y ha contribuido a “sabotear cinco operaciones de Hezbolá planificadas para atentar en el extranjero contra intereses israelíes”.
Además, Shorbah cooperó para asestar uno de los golpes más duros que ha recibido la organización que dirige Hasan Nasralá: el asesinato de Imad Mugniyah, uno de los principales líderes de la milicia chií, en un atentado con bomba en Damasco en 2008. Mugniyah era hasta entonces uno de los hombres más buscados por la CIA y el Mosad, que le acusaban de ser el autor de sangrientos ataques en Líbano y en Argentina.
Sin embargo, no fue hasta 2012 cuando Hezbolá comenzó a sospechar que tenía un topo entre sus filas, tras un atentado contra un autobús en la ciudad búlgara de Burgas, en el que murieron cinco turistas israelíes y un conductor, según ha desvelado a France Presse un miembro del entorno del movimiento chií.
El colaborador, nacido en Líbano, fue captado por el Mosad cuando viajaba al extranjero
El recelo se despertó cuando el ministro del Interior de Bulgaria acusó a Hezbolá de estar detrás del ataque. Según esta fuente, Shorbah informó del atentado a Israel, que lo comunicó a las autoridades búlgaras.
La brecha abierta en Hezbolá con el descubrimiento de un espía se produce cuando el partido milicia ha pasado de una estrategia centrada exclusivamente en la lucha contra Israel a una operación mayor, con el envío de miles de sus miembros a Siria para combatir junto a las fuerzas de su aliado, el presidente Bachar el Asad. Según un alto mando del Ejército israelí que dirige una unidad en la frontera con Líbano, al menos 4.000 miembros de Hezbolá han cruzado a Siria.
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