Llegan a Holanda restos del avión derribado en Ucrania
Un convoy formado por ocho camiones dejará la carga para su reconstrucción en la base aérea militar de Gilze-Rijen
Un convoy formado por ocho camiones cargados con los restos de fuselaje del avión de las líneas aéreas malasias, caído el pasado 17 de julio sobre Ucrania, ha llegado a Holanda. El viaje comenzó el pasado martes y finalizará este mediodía en la base militar holandesa de Gilze-Rijen (sur del país). La reconstrucción parcial del aparato se prolongará hasta 2016, y servirá para averiguar las causas de un siniestro que causó 298 muertos de diez nacionalidades (196 holandeses). Solo se han recogido los pedazos de la cabina del piloto y de pasajeros, alas y cola necesarios para que los expertos comprueben si la nave fue derribada "por objetos de alta energía que la atravesaron". Ello confirmaría las conclusiones provisionales del Consejo Nacional de Seguridad, y abriría un proceso político de consecuencias imprevisibles. El vuelo MH17 cayó en la provincia ucrania de Donetsk, escenario de la lucha entre rebeldes prorrusos y fuerzas afines a Kiev. Ambas partes siguen echándose la culpa de lo ocurrido, pero solo una deberá responder ante la comunidad internacional.
Una vez en la base aérea militar, los pedazos serán fotografiados, escaneados y ordenados. El Gobierno holandés, que considera un atentado la tragedia, no ha querido negociar directamente con los rebeldes prorrusos que controlan la zona del desastre. De ahí que la llegada del fuselaje se haya dilatado tanto. La mediación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ha sido esencial, pero las familias de las víctimas critican el retraso. Sobre todo porque entre la chapa destrozada del Boeing 777 aparecieron nuevos restos humanos (ya han sido identificados 292 de los 298 fallecidos). La espera es terrible para los parientes de los seis que faltan.
Algunos han decidido actuar por su cuenta, como una madre alemana. Según el rotativo germano Bild, ha denunciado al Gobierno de Ucrania ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo. Ella sostiene que Kiev debió haber cerrado su espacio aéreo a vuelos comerciales porque había una guerra en su territorio. Exige, por tanto, una indemnización de 800.000 euros. En Holanda, los retrasos (burocráticos) en las compensaciones prometidas por Malaysian Airlines comprometen las finanzas de los que perdieron a sus seres queridos. Entre los muertos había familias enteras con casas de propiedad cuyas hipotecas deben abonar. También hay hijos adolescentes que se han quedado huérfanos.
En Bélgica, Arthur Flieger, abogado de varias familias, pretende demostrar que el Gobierno de La Haya, y la compañía aérea KLM, sabían que los cielos ucranios no eran seguros. "Nunca debieron autorizar el vuelo", asegura. El MH17 cubría la ruta entra Ámsterdam y Kuala Lumpur, y la mitad de sus pasajeros, según Flieger, compró un billete a KLM. Al llegar al aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, supieron que viajarían con Malaysian Airlines, socio de la compañía holandesa.
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