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Muere un ministro marroquí al inspeccionar otro accidente mortal

Un tren arrolla al número dos del presidente Benkirane cuando visitaba el arroyo donde se ahogó un líder socialista

Javier Casqueiro
Lugar del fallecimiento del vicepresidente marroquí, Abdelah Baha.
Lugar del fallecimiento del vicepresidente marroquí, Abdelah Baha.REUTERS

Un tren arrolló y mató en la tarde del domingo al ministro de Estado y de hecho vicepresidente de Marruecos, Abdelah Baha, la mano derecha y gran amigo del presidente Abdelilah Benkirane, cuando visitaba e inspeccionaba sobre el terreno el arroyo en el que murió ahogado hace justo un mes uno de los principales dirigentes históricos del Partido Socialista, Ahmed Zaidi. Para Benkirane esta pérdida supone un gran dolor personal y un agujero político, porque Baha era considerado como un "hermano" para el presidente desde hace 30 años y también el gran "regulador" de su volcánico y más populista temperamento, según han relatado ahora algunos de sus conocidos.

Este accidente sucede además en plena polémica en Marruecos sobre el nivel de calidad de las principales infraestructuras del país, carreteras, puentes y canalizaciones, tras las recientes inundaciones registradas sobre todo en varias regiones del sur. En algunas provincias, limítrofes con el Sáhara, se han producido de golpe niveles de lluvias en el último fin de semana de noviembre y en el primero de diciembre casi como durante todo un año natural. Decenas de carreteras han sido cortadas, casi 1.000 puentes afectados y se han contabilizado 47 muertes y miles de evacuados y rescatados, así como daños por valor de 600 millones de euros. En los medios de comunicación se ha cuestionado abiertamente la capacidad de gestión del Ministerio del Interior y de otros departamentos.

El accidente que acabó con la vida de Abdelah Baha ocurrió el domingo sobre las seis de la tarde en la localidad de Buznika, a unos 40 kilómetros al sur de Rabat. Baha había viajado de Rabat a Casablanca y a la vuelta a la capital quiso conocer de primera mano el lugar dónde se había ahogado hace un mes el histórico diputado del Partido Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), Ahmed Zaidi, arrastrado entonces por la crecida del río Cherrat, y que ya conmocionó entonces a la clase dirigente.

Fuentes del gobierno marroquí precisaron a EL PAÍS que Baha había tenido una buena relación con el reformador socialista (pese a ser de otro partido), que aún estaba algo afectado por su muerte y que el domingo quiso visitar la zona de primera mano. Dejó su coche aparcado a unos 100 metros del arroyo, tuvo que cruzar la vía del tren y en ese momento fue alcanzado por un convoy. El Ministerio del Interior y la Gendarmería Real han abierto una investigación sobre el suceso. Las exequias se celebrarán en la tarde de este martes en el cementerio de los mártires de Rabat después del rezo de Al Assr. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, envió este lunes un telegrama de condolencias a Benkirane.

Baha, de 60 años, era hasta ahora ministro de Estado de Marruecos (una especie de vicepresidente con responsabilidades en todos los ámbitos a los que no llegaba Benkirane) pero también y desde 2008 secretario general y su número dos al frente del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que está en el gobierno desde hace tres años. Baha nació en 1954 en la región de Souss, estudió ingeniero agrónomo y desde muy pronto se afilió y tomó posiciones con Benkirane primero en las Juventudes Islámicas (1970) y luego en el Movimiento Popular, Constitucional y Democrático precursor del MUR, la fundación islamista que nutre de la ideología más radical al PJD.

Ideológicamente Baha era considerado más conservador y religioso que Benkirane, aunque en realidad eran considerados un duo, un equipo, que se complementaban y a él se le etiquetaba como "el cerebro gris" del presidente. Benkirane, que estaba este fin de semana de viaje en Francia para la entrega de un diploma a una de sus hijas, se mostró consternado cuando conoció la noticia de la muerte del que calificaba siempre como su "verdadero amigo".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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