Los seis grandes de la UE plantean reforzar el control a los yihadistas
El G-6 busca vigilar dentro del espacio Schengen a viajeros europeos que haya estado en Irak o Siria
Los ministros de Interior de los seis grandes países europeos quieren estrechar el cerco en torno a los combatientes yihadistas. Este es el principal proyecto que han tratado en París este jueves los seis responsables de la seguridad de Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Polonia y España. El sistema conocido como PNR (siglas inglesas del dispositivo de recolección de datos de pasajeros), bloqueado por el Parlamento Europeo, quiere revitalizarse ahora como un instrumento en manos de los gobiernos para controlar a todo viajero europeo que haya estado en Irak o en Siria y pretenda moverse libremente en la zona sin fronteras del espacio Schengen. Turquía ha participado en esta reunión conocida como G6, lo que dota de mayor credibilidad al plan europeo.
“Queremos relanzar el PNR europeo, conjugado con la protección de datos para dotar al dispositivo de un equilibrio aceptable por parte del Parlamento Europeo”, ha dicho el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, al dar cuenta de la reunión mantenida en París. Según lo explicado por Cazeneuve y el ministro español Jorge Fernández Díaz se trataría de establecer controles más eficaces en las fronteras exteriores del espacio Schengen y de instituir un intercambio de datos casi automático que permita rastrear todos los movimientos de un europeo radicalizado que haya viajado a países afectados por el yihadismo. “Mediante ese sistema, si un francés proveniente de Siria aterriza en España”, explica Cazeneuve, “las autoridades españolas informan instantáneamente a Francia”.
El espacio Schengen, en vigor desde 1997, facilita el desplazamiento sin problemas y apenas sin controles por gran parte del continente. El PNR europeo reestablecería en cierta forma esos controles sobre ciertos individuos; una tarea nada sencilla si se tiene en cuenta que el Parlamento Europeo bloquea desde hace años una iniciativa similar por considerar que vulnera el derecho a la intimidad. Casos como el del francés Mehdi Nemmouche animan a los gobiernos a abrazar el nuevo sistema. Nemmouche volvió de Siria vía Franckfurt. De ahí viajó a Francia, ya sin control alguno, luego a Bruselas, en mayo pasado, donde asesinó a tiros a cuatro personas en el museo judío, y volvió a su país. Fue detenido en un control rutinario en Marsella. “Hemos de encontrar un equilibrio adecuado entre el derecho a la privacidad con los datos necesarios para garantizar la seguridad”, ha insistido el ministro español. “No se trata solo de impedir el retorno para evitar atentados en Alemania y en Europa, sino también de evitar una exportaciónn de terrorismo”, ha añadido el ministro alemán Thoma de Maizière, según informa France Presse.
El tema de los combatientes extranjeros está considerado en este momento como la peor amenaza para la seguridad de Europa. España es un país que conoce bien el fenómeno. Francia es el país europeo que lo sufre en mayor medida. Uno de cada tres combatientes extranjeros procedentes del continente en el Estado Islámico es francés. Cazeneuve ha desmenuzado las cifras: desde enero se contabilizan en este país alrededor de un millar de combatientes. 350 de ellos están operativos en Irak y Siria. 200, en tránsito. 180 ya ha retornado y 200 han pretendido marchar. Los centros de desradicalización están trabajando en el tema para intentar desactivar el poder que ejerce el yihadismo en ciertos ciudadanos. La persecución de la propaganda yihadista a través de internet es una de las herramientas puestas en marcha. Según Cezeneuve, las grandes empresas de Internet colaboran con los gobiernos, pero son estos los que deben a veces alertarles y establecer dispositivos que permitan cerrar ciertas páginas, de manera inmediata, siempre bajo control judicial.
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