Viaje al terror soviético
Una ONG rusa mantiene viva la memoria de las víctimas de la represión en la URSS
Lena Zhemkova ha acudido a su trabajo, pese a que hoy es fiesta, uno de los cuatro días del puente con motivo de la jornada de Unidad Nacional (3 de noviembre), la celebración con la que Rusia ha sustituido al aniversario de la Revolución Bolchevique.
Zhemkova, miembro de la dirección de Memorial, aprovecha la ausencia de los colegas con los que comparte despacho para redactar una instancia al Tribunal Supremo de Rusia. Su objetivo es aplazar el juicio que puede ilegalizar a Memorial, una ONG que mantiene vivo el recuerdo de las víctimas de la represión política en la URSS.
El Ministerio de Justicia ruso alega que los estatutos de Memorial no se ajustan a la ley y ha pedido al Supremo que ilegalice la organización. La demanda, que se verá el próximo jueves, supone la culminación de un litigio iniciado en 2012 y podría ser el fin de esta ONG que cristalizó como tal en 1989.
Memorial organiza un acto cada año frente a la antigua sede del KGB
Zhemkova repasa el texto que acaba de escribir. En el despacho cuelgan fotos de dos prestigiosos disidentes del socialismo real, Andréi Sájarov y Vaclav Havel, y en las estanterías se alinean carpetas con nombres siniestros: "Solovki" (el campo de concentración en la isla del mismo nombre, en el Círculo Polar Ártico) o "Perm 36" (otro campo en los Urales). Memorial es un paraguas para varias estructuras que en su mayoría están vinculadas de forma horizontal. Memorial Internacional está representada en 15 países, y Memorial de Rusia, en 50 provincias del Estado. Para prohibir la ONG hay que proceder de forma individual con cada uno de sus eslabones, pero, si la estructura organizativa fuera vertical, como quiere el Ministerio de Justicia, bastaría con ilegalizar el vértice de la pirámide, explica Zhemkova. La ONG ha perdido ante la Administración rusa en todas las instancias judiciales y de nada ha valido que escribiera al ministerio asegurando que, en cumplimiento de las sentencias, está dispuesta a corregir sus estatutos en una asamblea general a fines de noviembre. "Apuntan sobre la nave capitana para hundir a toda la flotilla", señala Zhemkova. La legislación sobre ONG se ha endurecido en los últimos años en Rusia y Memorial, que elabora informes sobre la observancia de los derechos humanos, ha sido etiquetada como "agente extranjero".
Millones de muertos
- Las organizaciones vinculadas a Memorial se ocupan del estudio de la historia de la represión política en la URSS, la rehabilitación y la memoria de sus víctimas y la defensa de los derechos humanos.
- La ONG dispone de una amplia base de datos sobre más de 2,5 millones de víctimas del terror. Son una parte de los 11 millones de personas que, según Memorial, perecieron a causa de la represión. La base está disponible en Internet.
- Memorial publica cada año la lista de los presos políticos en Rusia. La última relación precisa que actualmente se hallan encarcelados 46.
- En 2009, Memorial recibió en Estrasburgo el premio Sájarov a la libertad de conciencia que otorga el Parlamento Europeo.
La historia de Memorial empezó en uno de aquellos clubes de apasionado debate (de nombre Perestroika) que se reunían en los institutos académicos de Moscú. Corría 1987 y era la época en que Dmitri Yurásov, un estudiante de Historia, contaba cómo había rescatado las fichas de represaliados del estalinismo de una hoguera en el KGB. Tras uno de aquellos debates, varios de los asistentes se plantearon ir más allá de las palabras. Surgió así la idea de crear una asociación para construir un memorial a las víctimas que fuera, a la vez, monumento, museo y centro de documentación fácilmente accesible. De ahí, la palabra Memorial con la que se bautizó a la ONG. Se plantearon cuál era el periodo a abarcar y decidieron "no compadecerse de Lenin" y fijar el punto de partida en 1917, es decir, antes de Stalin. Elaboraron un manifiesto y en otoño comenzaron a recoger firmas. Agentes de seguridad de paisano les derribaron el puesto instalado en el barrio popular del Arbat, detuvieron a los activistas y los multaron con 25 rublos por cabeza, lo que era mucho dinero por entonces.
Siguieron recogiendo firmas y en la primavera de 1988 ya sumaban 50.000. En octubre, quisieron legalizar su organización, pero las asociaciones artísticas que los amparaban —tal era la ley por entonces— se volvieron atrás, presionadas por el Comité Central del PCUS. Hubo que esperar a enero de 1989 para que Memorial se constituyera de hecho y lanzase su ultimátum a las autoridades soviéticas. En diciembre de aquel año, al pie del féretro del científico disidente Andréi Sájarov, el dirigente de la URSS Mijaíl Gorbachov cedió ante la viuda del premio Nobel de la Paz, Elena Bonner, quien le pidió que legalizase la organización. Con todo, hubo que esperar a 1991, poco antes de que desapareciera la URSS, para el registro definitivo como "ONG soviética". Memorial conectó con la tradición disidente de la URSS y entre sus dirigentes hubo y hay represaliados políticos, como Arseni Roginski y el mismo Sájarov.
Gorbachov legalizó la asociación tras la muerte del disidente Sájarov
En 1990, Memorial organizó el transporte de una piedra de Solovki. Llegada en tren a Moscú, la piedra se instaló junto a la plaza de la Lubianka, donde estaba el monumento a Félix Dzherzhinski, el fundador de los servicios de seguridad soviéticos. Coexistieron por poco tiempo, porque el monumento a Dzherzhinski fue derribado en agosto de 1991, tras el intento de golpe de Estado perpetrado por altos funcionarios soviéticos. Desde hace varios años, cada 30 de octubre, ciudadanos rusos de todas las edades hacen colas, cada vez más extensas, ante la piedra para leer los nombres de las víctimas del terror, en ocasiones sus padres o sus abuelos. Memorial organiza también excursiones por la "topografía del terror" de Moscú, con jóvenes voluntarios como guías. También convoca concursos entre los escolares y tiene una colección de miles de testimonios orales, recogidos entre los supervivientes del gulag (campos de prisioneros). La organización ha publicado Las cartas de Papá, una obra con 16 relatos elaborados con esmero a partir de la correspondencia de los presos. "Es la historia de nuestra familia, la historia de nuestro país. La historia de nuestra historia...", dice la escritora Liudmila Ulítskaia en el prólogo.
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