_
_
_
_

AI denuncia la “cruel indiferencia” de Israel por la vida de civiles de Gaza

Amnistía Internacional sospecha que el Ejército perpetró crímenes de guerra

La Franja de Gaza, en los últimos días de la ofensiva militar israelí, el 26 de agosto
La Franja de Gaza, en los últimos días de la ofensiva militar israelí, el 26 de agostoK. Hamra (AP)

Amnistía Internacional (AI), la organización mundial de defensa de los derechos humanos, ha hecho público esta mañana un informe de 49 páginas en el que denuncia la “cruel indiferencia” que mostró el Ejército de Israel contra la población civil de Gaza durante la Operación Margen Protector del pasado verano. Sus ataques, asegura el documento, pueden catalogarse por ello como “crímenes de guerra” y deben ser juzgados consecuentemente. Israel ha rechazado estas acusaciones, asegurando que no se aporta “ninguna prueba”, que no se abunda en los crímenes que haya podido cometer Hamás –como los túneles o el uso de escudos humanos- y que, por tanto, sirve para hacer “propaganda” a los islamistas que han gobernado la Franja durante los últimos siete años. Su reacción se ha producido a través de su embajada en Londres, donde se ubica la oficina central de AI y desde donde se ha difundido el informe, titulado Familias bajo los escombros.

Pese a la crítica, Amnistía sí refleja las actuaciones de Hamás y otras milicias. “Los grupos armados palestinos dispararon miles de cohetes indiscriminados y obuses de mortero contra zonas civiles de Israel”, indica la ONG, lo que sugiere que se cometieron crímenes de guerra en ambos bandos.

Más información
Sin señales de paz en Palestina, por J. A. NÚÑEZ VILLAVERDE
La reapertura de la Explanada de las Mezquitas rebaja la tensión
Israel planea ampliar con las colonias de Jerusalén Este
A Israel se le agota el tiempo, por J. I. TORREBLANCA
La vida en Gaza solo ha ido a peor tras los bombardeos de Israel

Su investigación, no obstante, se centra en el daño hecho por Israel, cuya andanada sobre Gaza dejó más de 2.200 palestinos muertos, 11.000 heridos, casi medio millón de desplazados y 100.000 casas destruidas o afectadas. En el lado israelí los muertos fueron seis civiles y 67 militares. La ONG analiza ocho ataques concretos contra casas particulares en la Franja, que acabaron con la vida de 104 gazatíes, 62 de ellos menores de edad. Esos bombardeos, sostienen, se hicieron “sin ninguna advertencia” previa, cuando en otras ocasiones el Ejército israelí sí que lanzaba cohetes contra el techo de las casas como aviso del ataque mortífero inminente. En las viviendas analizadas también había palestinos que habían tenido que escapar de sus casas, que estaba con amigos o parientes porque ya no había espacio en los refugios de las Naciones Unidas.

En al menos cuatro casos han constatado que Israel buscaba atacar objetivos militares que estaban próximos a las viviendas, pero ese propósito final no les exime, insiste Amnistía Interncional, de haber tenido que ser cuidadosos con los inocentes que se encontraban en la zona. Por eso califica los ataques como “totalmente desproporcionados”. “La devastación ocasionada entre los civiles fue claramente desproporcionada”, abunda. AI acusa a Israel de haber tomado en ocasiones “directa y deliberadamente como blanco a civiles o edificios civiles, lo que podría constituir crímenes de guerra”.

Israel impide la entrada del personal de Amnistía a Gaza desde 2012, por lo que todas estas conclusiones se han extraído a través de lo que han relatado testigos oculares y lo que han analizado diversos especialistas en armamento. Solo tuvieron ayuda de dos “ayudantes de base” en Gaza.

Philip Luther, el director del programa para Oriente Medio y África del Norte de Amnistía Internacional, indica en la nota de prensa que acompaña al informe que las conclusiones dejan claro que las fuerzas israelíes demostraron “un cruel desprecio por la vida de los civiles palestinos, que no tenían ninguna oportunidad de huir” del enclave, ya que desde 2007 se encuentra sometido al bloqueo de Israel. “Los repetidos ataques desproporcionados sobre hogares indican que las tácticas militares actuales de Israel son profundamente defectuosas y fundamentalmente están en desacuerdo con el derecho internacional humanitario”, remarca.

La ONG no sólo denuncia, sino que exige tanto a las autoridades de Israel como a las palestinas que “permitan a la Corte Penal Internacional que investigue los crímenes cometidos en Israel y en los territorios palestinos ocupados” y anima al gabinete del presidente palestino Mahmud Abbas a que reconozca el Estatuto de Roma y se sume así al Tribunal de La Haya, donde puede denunciar estos casos. Actualmente ya hay creada una comisión especial de expertos, al abrigo del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que tiene la obligación de presentar un informe en marzo de 2015 en el que se aclare si hubo crímenes de guerra durante los 51 días de ofensiva, de un bando o del otro. El Ejército de Israel, por su parte, anunció en septiembre que tiene abiertas 90 investigaciones por casos “dudosos”, en los que se haya podido cometer alguna violación.

Actualmente los contactos indirectos entre Israel y Hamás -que se comprometieron a sentarse tras el alto el fuego para negociar una salida duradera a la última crisis en Gaza- siguen paralizados. Egipto, el mediador, anuló la reunión que debía producirse el pasado 27 de octubre por la inseguridad en el Sinaí, fronterizo con la Franja. El paso de Rafah quedó cerrado por este motivo. Los demás pasos con Israel –Erez, Kerem Shalom- también han estado dos días cerrados después de que el viernes cayese un cohete en suelo israelí. Nadie lo reivindicó y Hamás detuvo a cinco personas por ello. Naciones Unidas confirmó la pasada semana que 700 familias han logrado ya permiso de Israel para introducir materiales de construcción en Gaza e iniciar las reformas en sus casas, pero dicho material aún no ha entrado efectivamente en la Franja.

Por otro lado, esta mañana ha habido un nuevo incidente en la Explanada de las Mezquitas, con un choque entre jóvenes palestinos y la Policía israelí. El recinto está ahora mismo cerrado a visitantes y se ha limitado el acceso de fieles musulmanes a hombres mayores de 50 años y mujeres. El detonante del altercado ha sido la presencia de un grupo de judíos ultranacionalistas que estaban en la puerta de acceso, que querían celebrar una vigilia de oración por Yehuda Glick, el rabino radical tiroteado hace una semana en la ciudad y que sigue grave. El rezo de judíos en la Explanada está vetado. La Policía relata que ha encerrado a los jóvenes en la mezquita de Al Aqsa. La carga con gases lacrimógenos ha afectado incluso a los niños de la ciudad vieja que iban al colegio. Hay 20 heridos, según la agencia Maan.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_