EE UU asegura que los ataques contra el Estado Islámico podrían durar “años”
El Pentágono advierte de que Jorasan ultimaba atentados "inminentes" contra EE UU o Europa
La ofensiva de Estados Unidos en Siria no se limita a acabar con la amenaza del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que controla partes de ese país y de Irak, sino también con la de otra formación extremista, Jorasan, vinculada a Al Qaeda. Las fuerzas de Estados Unidos bombardearon en la madrugada del martes posiciones de Jorasan en el noroeste de Siria porque el grupo preparaba “ataques inminentes” contra objetivos occidentales, según explicó este martes el portavoz del Departamento de Defensa, el contralmirante John Kirby.
El Pentágono considera que Jorasan -integrado principalmente por veteranos de Al Qaeda- disponía de un santuario seguro en Siria desde el que planeaban ataques externos, construían y probaban artefactos explosivos, y reclutaban a terroristas occidentales. “Estados Unidos tomó acción para proteger nuestros intereses y eliminar su capacidad de actuar”, dijo Kirby en una rueda de prensa.
A su lado, el teniente general William Mayville, director de operaciones del Mando Conjunto del Ejército, explicó que, según información de inteligencia, el grupo terrorista estaba en la “fase final” de llevar a cabo “grandes ataques” contra objetivos occidentales y potencialmente contra territorio europeo y estadounidense. "Creemos que estaban cerca de la fase de ejecución de un atentado en Europa o en nuestro país", agregó. Y reveló que EE UU llevaba analizando los movimientos de Jorasan desde hace tiempo.
Hace una semana, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, reiteró que no se ha detectado ningún plan del Estado Islámico para atacar a EE UU, lo que contrasta con la planificación de ataques de Jorasan revelada este martes por el Pentágono. Hagel, sin embargo, pidió combatir esa posibilidad: “Los líderes del EI han amenazado América. Si se deja sin comprobar, amenazarán a nuestra nación y aliados”.
EE UU llevó a cabo durante la madrugada del martes un total de 14 ataques aéreos en Siria distribuidos en tres rondas y con la colaboración de cinco países árabes -Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar y Jordania-. Una de las rondas fue dirigida contra Jorasan y las otras dos contra posiciones del EI. Los ataques iban dirigidos contra puestos de control, comunicación, transporte y entrenamiento de los yihadistas, pero no contra individuos concretos. Aún así, el Pentágono evitó especular si algunos líderes terroristas pudieron fallecer en los bombardeos y dijo no tener constancia de víctimas civiles.
El Departamento de Defensa aseguró que los ataques fueron “muy exitosos” y “solo el principio” de una campaña "creíble y sostenida para degradar y finalmente destruir" al EI en Siria e Irak. Una campaña que sugirió que durará “años” y ante la cual prevé que los yihadistas adapten su estrategia. “Es muy pronto para decir qué ha hecho el EI tras los ataques”, dijo el general Mayville, pero son un grupo “muy bien organizado y financiado. Se van adaptar tras lo que hemos hecho y buscarán solucionar en las próximas semanas los problemas generados”.
Kirby y Mayville insistieron, además, que EE UU no coordinó sus acciones con el régimen sirio de Bachar al Asad ni hubo una comunicación entre mandos militares. Y negaron que los bombardeos puedan beneficiar a Al Asad en su lucha contra el EI y grupos opositores moderados en el marco de la sangrienta guerra civil, que azota Siria desde hace más de tres años.
La primera fase de los ataques tuvo lugar a las 3.30 hora local siria con el lanzamiento de 40 misiles Tomahawk desde navíos estadounidenses en el mar Rojo y el golfo Pérsico contra instalaciones y campos de entrenamiento de Jorasan en el noroeste de Siria.
La segunda ronda empezó a las 4 hora local con bombardeos desde cazas de combate y aviones tripulados a distancia -que estaban apostados en bases en la región- contra centros de operaciones, campos de entrenamiento y vehículos de combate del EI en el norte de Siria. Y la tercera ronda se efectuó a las 7 de la mañana con ataques desde cazas -apostados en bases en la región y en un portaaviones estadounidense en el Pérsico- contra campos y vehículos del EI en el este de Siria.
El Pentágono explicó que los cinco países árabes participaron en la segunda y especialmente en la tercera ronda de ataques. Aunque evitó entrar en detalles sobre el grado de participación árabe, Mayville dijo que la “preponderancia” de la fuerza provino de EE UU.
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