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Los Ángeles convierte la fiesta de México en un acto reivindicativo

El alcalde de la ciudad aprovecha la celebración de la Independencia para pedir una reforma migratoria

Pablo Ximénez de Sandoval
Ambiente en el centro de Los Ángeles durante la celebración de El Grito, el lunes, en una foto publicada por el Consulado de México en Twitter.
Ambiente en el centro de Los Ángeles durante la celebración de El Grito, el lunes, en una foto publicada por el Consulado de México en Twitter.

En ningún sitio fuera de México se celebra la fiesta de la Independencia con más ganas que en la ciudad de Los Ángeles. Al menos, en el nivel institucional. El lunes, el Ayuntamiento de la segunda ciudad de EE UU puso un escenario y unas gradas en las escaleras de su sede, como si de la toma de posesión del alcalde se tratara. Y fueron los propios políticos estadounidenses los que se encargaron de darle a la fiesta un tono político y reivindicativo que quizá no tiene en ningún otro lugar.

El alcalde, Eric Garcetti, que hizo campaña presentándose como nieto de mexicanos y no deja de repetirlo siempre que puede, subió al escenario y dijo: “Cuando recordamos la batalla del padre Hidalgo recordamos nuestra batalla por la reforma migratoria completa en este país. Cuando recordamos el grito de Hidalgo, gritamos por un sueldo mínimo más alto. Y cuando recordamos esta guerra, tenemos una guerra por los derechos de todos los inmigrantes y los mexicanos americanos”.

"Cuando recordamos la batalla del padre Hidalgo recordamos nuestra batalla por la reforma migratoria completa en este país", dijo el alcalde

Garcetti convirtió la fiesta de El Grito (la ceremonia con la que se celebra la Independencia de México el 16 de septiembre) en un mitin político en el que, por una parte, dejó claro a los mexicanos de Los Ángeles que es un entusiasta de la reforma de la política migratoria de EE UU que dé salida a los 11 millones de indocumentados que se supone que viven en el país, un tercio de ellos en California. La vida clandestina y las deportaciones son la principal preocupación de la comunidad latina. De paso, Garcetti consiguió relacionar El Grito con la subida del salario mínimo que él mismo ha propuesto y que trata de aprobar. Esta es otra medida que beneficia principalmente a los latinos, que ocupan la mayoría de los trabajos en servicios y agricultura donde se paga el sueldo mínimo de 9 dólares la hora que el alcalde quiere subir a 13,25.

Los Ángeles es la ciudad con más mexicanos fuera de México. Con su área metropolitana, es la segunda ciudad con más mexicanos del mundo, solo por detrás de DF. Uno de cada tres habitantes de la ciudad es latino, la mayoría mexicanos. Como recordaba el lunes el cónsul general de México en la ciudad, Carlos Sada, algunas poblaciones del condado tienen más de un 80% de población mexicana.

"¡Cumpla su palabra, presidente Obama!", dijo el concejal Cedillo

Garcetti no fue el más reivindicativo en su discurso. El concejal Gil Cedillo, que ejercía de conductor de la ceremonia, dijo que El Grito era por "los niños de la frontera" y "por una reforma completa", a lo que añadió: "¡Cumpla su palabra, presidente Obama!". Las fiestas mexicanas han llegado justo después de que se conociera que el presidente de EE UU no tomará decisiones ejecutivas sobre los inmigrantes irregulares al menos hasta después de las elecciones. Cedillo es un reconocido defensor de los inmigrantes y como congresista consiguió el que quizá es el mayor avance que han logrado los indocumentados en todo Estados Unidos: California les dará permisos de conducir oficiales a partir de enero de 2015.

“Este ya es un país bilingüe”, reflexionaba el cónsul Carlos Sada antes de la celebración. El cónsul deseó que la integración cultural y económica se empiece a traducir en más presencia en la política. “Tenemos que seguir ocupando posiciones de toma de decisión. Debemos tener muchos más representantes que tomen decisiones que impacten en la comunidad”. Sobre el despliegue del Ayuntamiento de Los Ángeles para El Grito, afirmó que “este escenario es el símbolo más relevante” de la relación de la ciudad con México.

Al público le costó decidirse a llegar a una fiesta que empezaba a las 7 de la tarde. Solo llegaron a juntarse unas 3.000 personas cuando, pasadas las 9, comenzó el concierto gratuito de Christian Castro con una banda de mariachis. En realidad, la mayoría de los mexicanos de Los Ángeles ya había celebrado El Grito en alguna de las localidades del área metropolitana. En realidad, la ciudad lleva prácticamente una semana de celebraciones mexicanas continuas.

Sobre el escenario, el cónsul general dejó los discursos políticos para el alcalde. Con la bandera de México en las manos, fue el encargado de gritar el clásico: “¡Vivan los héroes que nos dieron patria y libertad!”, para celebrar la independencia de México en la ciudad con más mexicanos en el extranjero.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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