Nuevos ataques en Israel y Gaza al expirar la tregua de tres días sin acuerdo
Las milicias palestinas disparan cohetes sobre Israel poco después de vencer el plazo El Ejército israelí reanuda los ataques sobre la franja dos horas después
Las hostilidades entre Israel y los grupos armados palestinos de Gaza se reanudaron con la expiración, este viernes por la mañana, del alto el fuego de tres días que empezó el martes. No obstante, las partes mantuvieron abiertas las vías de negociación a través de los mediadores internacionales en El Cairo. Minutos después de que concluyera la tregua de 72 horas, las milicias palestinas dispararon varias salvas de cohetes contra Israel. Las alarmas antiaéreas sonaron al sur del país, donde las autoridades ordenaron medidas de emergencia. Dos horas después de que expirara el cese temporal de hostilidades, pasadas las 10, el Israel reanudó sus bombardeos en la Franja.
Según el Ejército, Hamás disparó 57 cohetes y granadas de mortero durante la jornada. Israel, por su parte, bombardeó 47 objetivos en la Franja. Mataron a cinco personas, según fuentes médicas palestinas. Dos soldados israelíes resultaron heridos por proyectiles palestinos. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, expresó su “decepción” por la vuelta a las hostilidades y aseguró que “la ampliación de la tregua es esencial” para la busca de un alto el fuego permanente. Washington expresó la “preocupación” estadounidense por el fracaso negociador.
Kays Abdel Karim, miembro de la delegación negociadora palestina en Egipto, explicó a este periódico que las negociaciones “están estancadas” porque Israel se niega a aceptar las demandas palestinas respecto al levantamiento del bloqueo y a la construcción de un puerto en Gaza.
Preguntado sobre si existen divisiones profundas entre las facciones palestinas, representadas en El Cairo, Karim admitió que “lógicamente hubo discusiones dentro de la delegación”. Sin embargo, “la decisión final de no renovar la tregua fue adoptada por consenso”. El grupo islamista Hamás, que controla la franja de Gaza, pactó con los demás grupos palestinos de Gaza y Cisjordania el envío a El Cairo de una delegación conjunta, que también incluye miembros del laico Al Fatah, que gobierna Cisjordania, y de la Yihad Islámica.
Los palestinos acusaron a Israel de haber bloqueado las demandas mínimas que les habían planteado a través de los mediadores egipcios. Hamás alegó esta negativa como explicación a su rechazo a la propuesta egipcia de extender el alto el fuego. Los representantes de Hamás y de Israel no se reúnen personalmente, las delegaciones hablan a través de los mediadores de terceros países. El principal es Egipto, cuya actitud hacia Gaza y su Gobierno de Hamás es muy próxima a la de Israel desde el golpe de Estado que derrocó al Gobierno del islamista Mohamed Morsi en El Cairo, hace un año. La principal condición palestina es que Israel y Egipto aflojen el bloqueo que pesa desde hace siete años sobre la franja mediterránea.
La ONU estima que en cuatro semanas de guerra murieron 1.869 palestinos, e los que 1.380 eran civiles, según la ONU. La organización multilateral calcula que 217 pertenecían a grupos armados [el Ejército de Israel, en cambio los cifra en 900]. Desde que empezó la operación militar, el 8 de julio, han muerto 67 personas en el lado israelí. 64 eran soldados que participaban en la invasión de Gaza y tres eran civiles.
Miles de palestinos volvieron a escapar hacia las zonas centrales de la Franja dese las localidades más próximas a la frontera con Israel. Según cálculos de Naciones Unidas, la operación israelí ha dejado sin techo a 65.000 gazatíes. Las escuelas de la ONU convertidas en refugios están atestadas y escasea el agua potable. La red eléctrica es incapaz de cubrir las necesidades en la Franja. Israel bombardeó la red de distribución de agua y el sistema de alcantarillado. Además destruyó más de 150 fábricas y talleres en Gaza, así como varios centros de salud. Las precarias infraestructuras civiles, tanto las públicas como las privadas, han quedado seriamente dañadas.
Las autoridades israelíes elevaron el nivel de alarma en un radio de 80 kilómetros alrededor de la Franja y reabrieron los refugios. En las grandes ciudades Tel Aviv y Jerusalén, la guerra se nota por la fuerte caída del número de turistas en las terrazas de los restaurantes y cafeterías, donde apenas se escucha otro idioma que el hebreo.
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