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Una ONG denuncia la estrategia del FBI en operaciones antiterroristas

HRW alega que agentes del Gobierno están "directamente implicados " en la creación de complots

La mayoría de los casos de amenaza terrorista juzgados en Estados Unidos desde los atentados del 11 de Septiembre de 2001 cuentan con la “implicación directa” de agentes o informantes del gobierno, según denuncia la organización Human Rights Watch en un informe publicado este lunes. La ONG asegura que algunas de las operaciones encubiertas estudiadas llegaron a ser propuestas por los informantes en una estrategia que roza la “trampa” tendida a los sospechosos.

“En algunos casos, puede que el FBI haya creado terroristas a partir de ciudadanos que cumplían las leyes simplemente por sugerirles que llevaran a cabo un acto terrorista o les incitaran a actuar”, dicta el estudio de HRW, realizado en colaboración con el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Columbia. Según los autores, las tácticas del FBI han contribuido a crear un clima de miedo y desconfianza en las mismas comunidades donde más pretendían ayudar, las de las minorías musulmanas.

El informe, titulado 'Justicia ilusoria: Abusos de derechos humanos en acusaciones por terrorismo', pone en duda la estrategia del Gobierno federal y su capacidad para proteger y respetar los derechos civiles de los ciudadanos, como un trato igualitario ante la justicia o el acceso a una defensa legal. Según uno de los casos mencionados, un acusado fue juzgado por un jurado popular cuyos miembros conservaron el anonimato, por lo que la defensa no tuvo garantizada su imparcialidad durante el juicio.

La amenaza de atentados es real, pero en muchos de los casos que hemos documentado, tal amenaza no existía hasta que apareció el FBI"

“Se ha dicho a los estadounidenses que su gobierno les protege al prevenir y perseguir el terrorismo dentro de Estados Unidos”, defendió este lunes Prasow, coautora del informe. “Pero cuando se estudia con más detalle, te das cuenta de que muchas de esas personas nunca habrían cometido un delito si no fuese por la presión, la insistencia y, a veces, el pago de los agentes para que cometieran actos terroristas”.

El estudio cita, entre otros, el caso de Rezwan Ferdaus, quien se declaró culpable de intentar cometer un atentado contra un edificio federal y ahora cumple una condena de 17 años de prisión. Sin embargo, un miembro del FBI llegó a declarar al padre del acusado que éste tenía problemas mentales “obvios”, que la agencia le había utilizado en uno de sus entramados a través de un agente encubierto enviado a la mezquita que frecuentaba. HRW alega que el agente y Ferdaus elaboraron un plan para atacar el Capitolio en Washington y que el FBI proporcionó desde armamento falso hasta financiación para sus desplazamientos, a pesar de que el sospechoso estaba enfermo, sufría ataques y depresión.

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“La amenaza de atentados es real, pero en muchos de los casos que hemos documentado, tal amenaza no existía hasta que apareció el FBI y ayudó a convertir a personas en terroristas”, afirmó este lunes Andrea Prasow, subdirectora de HRW. “Este informe demuestra que a los ciudadanos se les está dando una falsa declaración de bienes.

La ONG denuncia además el uso de sentencias de prisión y condiciones de castigo extremas, como el régimen de aislamiento. El informe asegura que el Departamento de Justicia enjuició a más de 500 personas acusadas por terrorismo desde los ataques de 2001 hasta finales de 2013. Hasta 475 fueron impugnados o condenados por delitos o causas relacionadas con el terrorismo. De todos ellos, según HRW, 49 permanecen presos en cárceles de máxima seguridad y otros 44 en la prisión “Supermax” de Colorado. El resto cumple su condena en instalaciones de seguridad media o baja.

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