Imputado el expresidente francés Sarkozy por tráfico de influencias y corrupción
La justicia investiga su participación en una red que le informaba sobre sus causas abiertas
El expresidente Nicolas Sarkozy ha sido imputado la madrugada de este miércoles por los presuntos delitos de corrupción, tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción, ha informado la fiscalía. La decisión de los jueces llegó después de que el exmandatario estuviera detenido 15 horas declarando, en una medida inédita en Francia contra un exjefe del Estado, en el curso de una investigación judicial sobre un escándalo relacionado con la financiación irregular de la campaña electoral de 2007. El exmandatario estuvo, en total, a disposición de la justicia dieciocho horas y regresó a casa en torno a las dos de la madrugada de hoy con rostro cansado.
Horas antes, Thierry Herzog, el abogado de Sarkozy, y el magistrado Gilbert Azibert, del Tribunal Supremo, también habían sido imputados por los mismos delitos. La justicia investiga si Azibert, cercano al letrado del expresidente, recababa información de los tribunales sobre los avances en la investigación sobre la presunta financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo en 2007.
Sarkozy fue llevado a primera hora de la mañana del martes a la sede de la policía judicial de Nanterre (a las afueras de París) en un coche de cristales tintados ante el estupor general y la indignación de sus seguidores en su formación política, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP). Algunos no dudaron en tachar de “encarnizamiento” el trato que la justicia está deparando a su antiguo líder. Uno de ellos declaró a Le Figaro su temor a que Sarkozy sufriera la humillación de tener que dormir en comisaría,algo que al final no ha ocurrido puesto que fue liberado de madrugada.
La celeridad con la que se está desarrollando la operación ha sorprendido a todas las fuerzas políticas, que están llamando a confiar en la justicia. Esta detención inédita se inscribe en el caso de la presunta financiación ilegal de la campaña electoral de Sarkozy de 2007, que habría contado con aportaciones económicas del entonces presidente de Libia Muamar Gadafi.
Los investigadores intentan determinar si el exjefe de Estado y su entorno crearon una "red" de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazan al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.
Según esa teoría, Herzog, el defensor de Sarkozy, actuaba de intermediario recabando la información que presuntamente le suministraba Azibert para transmitírsela al presidente y cambia este último le habría intentado ayudar a conseguir un puesto que buscaba en la administración de Mónaco.
Las escuchas telefónicas a las que fue sometido Sarkozy —inmerso en varios casos de corrupción —y su entorno en otoño pasado han desvelado que el expresidente de la República se servía de una red de informantes en las estructuras del Estado para mantenerse al tanto de los escándalos financieros que ahora le acorralan, muy especialmente, el caso Bettencourt, que investigaba el Tribunal Supremo (caso que finalmente fue archivado) y que también se relacionaba con la presunta financiación ilegal de la misma campaña de 2007 que le valió a Sarkozy el triunfo sobre la socialista Ségolène Royal.
Esas escuchas fueron las que desvelaron a la policía que Sarkozy utilizaba un teléfono móvil clandestino, a nombre de un tal Paul Bismuth, para hablar justamente con su abogado Herzog, que también disponía de un teléfono clandestino. Las pesquisas indican que Herzog tenía hilo directo con su amigo, el juez de la sala de lo Civil del Supremo Gilbert Azibert, ahora imputado en el caso judicial que podría poner fin a las aspiraciones políticas de Sarkozy.
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