Cameron en el córner
David Cameron no sólo es un maestro del oportunismo, sino que encima tiene mala suerte
Hay líderes que improvisan tan bien que parece que tienen un plan. Otros se empeñan en sostener que tienen un plan cuando lo que hacen es improvisar. Pero el caso del primer ministro británico, David Cameron, es especial: no sólo es un maestro del oportunismo, sino que encima tiene mala suerte.
Temeroso de perder al electorado euroescéptico, Cameron se había ido desplazando hacia posiciones cada vez más radicales: se había apuntado a la crítica feroz de la Unión Europea como una organización inútil y burocrática y, lo que es peor, no había dudado en adoptar la agenda antiinmigración de sus principales rivales. Pero la promesa de convocar un referéndum sobre la eventual retirada del Reino Unido de la Unión Europea, sumada a una infame tribuna en Financial Times el pasado mes de noviembre titulada “El libre movimiento tiene que ser menos libre”, no le han servido de nada.
El líder británico no sólo ha perdido las elecciones en casa, sino también en Europa
Al contrario, ha servido para mostrar al electorado que despreciar a la Unión Europa y sentir fobia hacia los inmigrantes no es algo de lo que avergonzarse. ¿El resultado?: situarse como tercera fuerza política de su país en las pasadas elecciones europeas, después de los populistas de Nigel Farage y de los laboristas.
Anda ahora Cameron medio implorando, medio amenazando a Angela Merkel que no proponga al popular Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, a pesar de haber ganado las elecciones. Si lo hace, advierte, no podrá garantizar que Reino Unido permanezca en la UE. ¿Le funcionará este chantaje? Aunque en política nada es imposible, no parece muy factible. Ceder ante Cameron enfrentaría a Merkel con los socialistas europeos, que parecen estar dispuestos a apoyar a Juncker a cambio de algunas concesiones.
Pero es que, además, Cameron obvia un pequeño detalle: que en 2009 decidió sacar a los conservadores británicos del Partido Popular Europeo y fundar su propio grupo junto con los euroescépticos checos, polacos y otros socios menores de Croacia, Dinamarca, Hungría, Holanda, Italia, Letonia y Lituania.
Ese grupo (Conservadores y Reformistas Europeos) ha obtenido 46 escaños, aunque baraja incluir algunos miembros de otros partidos (algunos con condenas por xenofobia) para llegar hasta los 55 escaños. Aunque no parezca haberse enterado, eso significa que Cameron no sólo ha perdido las elecciones en casa, sino también en Europa. Que alguien le avise de una vez de que ha perdido dos elecciones y que está regateando al banderín del córner.
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