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El voto de la izquierda impulsa la reelección de Santos en Colombia

Los planes de revisión del diálogo con las FARC restan apoyos al uribismo

Santos durante un acto de campaña en Cali.
Santos durante un acto de campaña en Cali.L. ROBAYO (AFP)

Cuando faltan sólo 10 días para la segunda vuelta presidencial en Colombia, en la que Juan Manuel Santos disputa su reelección con el uribista Óscar Iván Zuluaga, el presidente y candidato intenta sumar apoyos, incluso de sus opositores, que aunque no dejan de lado sus diferencias, sí respaldan la continuidad del proceso de paz con la guerrilla de las FARC.

Santos ha puesto en el centro de la campaña la disyuntiva del “fin de la guerra o la guerra sin fin”, después de que en la primera vuelta perdiese por casi medio millón de votos ante Zuluaga, que ganó con un mensaje de rechazo al diálogo con la guerrilla. Primero dijo que lo suspendería y, ahora, que seguirá pero con otras condiciones, lo que para muchos analistas representa la ruptura. Santos ha apostado por la paz para atraer a la izquierda y a la Alianza Verde que en las primarias lograron tres millones de votos.

Si hay algo que une a Santos con estos sectores es su oposición a la posibilidad de que el uribismo regrese al poder. Sin embargo, esto no ha hecho fácil que los dos partidos se adhieran en bloque a la campaña por la reelección. Más cuando en el debate de la primera vuelta presidencial, los candidatos que los representan repartieron críticas por igual a Santos y Zuluaga. Muestra ello es que sus responsables han dado libertad de voto el 15 de junio, aunque respaldan el proceso de paz.

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Sus apoyos al presidente han llegado con cuentagotas sin que esto signifique que dejen de hacerle oposición. Uno de los líderes más visibles del Polo Democrático, el senador electo Iván Cepeda, aclaró que su apoyo “no es al candidato-presidente ni a sus políticas en general; es al proceso de paz en La Habana y a un proceso de paz con el ELN [Ejército de Liberación Nacional]. Para mí es un elemento decisorio el hecho de que Santos haya comenzado el proceso de paz y llegado a tres acuerdos [desarrollo agrario, narcotráfico y participación política]”, explicó. Sin embargo, el también senador Jorge Robledo, que obtuvo la mayoría de votos de la izquierda en las legislativas, ha optado por llamar a sus seguidores a votar en blanco, algo que ha sido interpretado como una forma de allanar el camino al uribismo.

Pese a estas posiciones diferenciadas, la líder de izquierda y excandidata para la vicepresidencia por la Unión Patriótica, Aida Avella, fue de las primeras en anunciar que se sumaba a la campaña reeleccionista aclarando que lo único que la une a Santos es la paz. Algo parecido ocurrió con un sector de los Progresistas, cercanos al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, que intentan convencer a los indecisos de apoyar al presidente, insistiendo en que mantienen sus diferencias políticas. Y este miércoles, la excandidata presidencial por el Polo Clara López hizo público su apoyo. “Lo que está en juego es la paz”, dijo en rueda de prensa.

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Por el lado de los verdes, adhesiones como la de la senadora electa Claudia López estuvo precedida de fuertes críticas al presidente. López solo lo respaldó porque considera que con él “podemos salir de las FARC más rápido”. Por su parte, el copresidente de los verdes, Luis Carlos Avellaneda, cree que por el “carácter mesiánico” del uribismo, en caso de ganar Zuluaga, el que terminaría gobernando sería el ahora senador Uribe. “Con un gobierno de corte uribista, autoritario y totalitarista, estamos seguros de que no solo tendríamos una guerra interna sino que también enfrentaríamos una guerra con nuestros vecinos”, dijo.

Si hay algo que une a Santos con estos sectores es su oposición a que el uribismo regrese al poder

Estas adhesiones a Santos serán ratificadas en el lanzamiento en Bogotá del Frente Amplio por la Paz, donde estaría la mayoría de los integrantes de los verdes, el sector de Progresistas que lidera Petro, la Unión Patriótica y la Marcha Patriótica, el partido comunista y otros sectores, buscando defender el proceso de paz. “No le vamos a firmar un cheque en blanco. Tenemos profundas diferencias con sus políticas económicas y sociales. Exigimos que si la ciudadanía vota por él para que haga la paz, cumpla”, agregó Cepeda.

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