Detenidos por corrupción el alcalde de Venecia y otras 34 personas
La policía los acusa de desviar 20 millones de euros del proyecto para evitar el "agua alta"
El método es viejo —inflar los costes de una gran obra pública mediante facturas falsas para engrasar la insaciable maquinaria de la corrupción—, solo cambian los actores y el escenario. El alcalde de Venecia, Giorgio Orsoni, y otras 34 personas, entre las que destacan un consejero regional, varios empresarios, un juez del Tribunal de Cuentas y hasta un general jubilado, fueron arrestadas a primera hora de la mañana del miércoles acusadas de diversos delitos de corrupción, malversación de fondos y lavado de dinero en relación a la construcción del proyecto Moisés, un sistema compuesto por 78 grandes compuertas para salvaguardar la laguna y la ciudad de la elevación del nivel del mar. La fiscalía ha cursado también al Parlamento la petición de arresto del diputado Giancarlo Galan, expresidente de la región Veneto y dos veces ministro en los gobiernos de Silvio Berlusconi. Galan habría recibido varios millones de euros del Consorcio Venecia Nueva —las empresas constructoras del proyecto Moisés— desde 2005 a 2012.
Entre los arrestados se encuentran importantes empresarios y políticos de los principales partidos
En palabras del fiscal adjunto de Venecia, Carlo Nordio, el sistema de sobornos para obtener contratos “recuerda mucho al de la vieja Tangentopoli [la corrupción generalizada que en los años 90 desencadenó en Italia la operación judicial Manos Limpias], incluso aparecen personajes de aquella época, pero esta vez el sistema es mucho más sofisticado”. Las detenciones —de las que 25 terminaron con los imputados en prisión y las otras 10 en arresto domiciliario— son la consecuencia de una investigación iniciada hace tres años y que el pasado mes de febrero provocó la detención de Giorgio Baita, exconsejero delegado de Mantovani, una de las empresas constructoras del proyecto Moisés, y tres de sus colaboradores. Si ya entonces se sospechaba que “el fondo negro” sustraído y enviado al extranjero —principalmente a Suiza y a San Marino— estaba destinado a comprar favores políticos, ahora ya los fiscales no tienen dudas y así lo detallan en un escrito de acusación de 711 páginas.
Según el relato del fiscal Nordio, “las empresas del consorcio crearon un sistema de facturas falsas con efectos directos en los ciudadanos, pues son ellos quienes a fin de cuentas han debido pagar el dinero del fondo negro. Inventaron la sobrefacturación de sumas pagadas a falsos proveedores. Desde las cuatro a las seis de la madrugada de ayer, la Guardia de Finanzas —la policía finanziera italiana-— recogió pruebas en el domicilio del alcalde de Venecia, el abogado Giorgio Orsoni, quien desde entonces permanece en arresto domiciliar. Orsoni, perteneciente al Partido Democrático (PD) vive en un antiguo palacete a orillas del Gran Canal, justo enfrente de Ca’ Farsetti, un palacio construido en el siglo XIII y que es la sede del ayuntamiento de Venecia. Según el fiscal adjunto, a Giorgio Orsoni, alcalde desde 2010, se le acusa del uso indebido de fondos públicos para la financiación de partidos políticos y corrupción: “Es doloroso verificar que haya hecho uso del dinero público para pagar campañas políticas y para fines personales”. A los 35 imputados se les acusa de corrupción, malversación de fondos y lavado de dinero en la gran obra de ingeniería Moisés, que pretende salvar la ciudad del “agua alta” del Adriático durante los próximos 100 años. El proyecto, que se inició en 2007 y tenía 2014 como fecha prevista de conclusión, no se terminará -—al menos-— hasta 2016. La inversión inicial, de 10.000 millones de euros, se ha quintuplicado.
El nuevo caso de corrupción se produce solo unas semanas después de que las obras para la Expo de Milán se viesen también salpicadas por las malas prácticas que, como ya advertía recientemente Antonio Iovine, uno de los exjefes de la Camorra que ha decidido colaborar con la justicia, no distingue colores políticos. “Generalmente”, explicaba el tesorero del clan de los Casalesi, “a mí me daba igual quién fuera el candidato a alcalde, en el sentido de que cualquiera que ganara entraba automáticamente a formar parte del sistema gestionado por nosotros”. En el caso de Venecia, son varios los altos cargos del PD detenidos, entre los que destaca, además del alcalde, el consejero regional Giampiero Marchese. De Forza Italia, además del diputado Galan, ha caído el asesor regional Renato Chisso y la exeurodiputada Amalia Sartori.
Se trata, de nuevo, del habitual entramado de intereses de ida y vuelta entre políticos y empresarios corruptos aprovechándose de los fondos públicos de una obra faraónica y muy contestada en la ciudad, tanto por las dudas sobre su eficacia como por el impacto en el medio ambiente. Un sistema de corrupción tan arraigado que va del centroizquierda al centroderecha de la política italiana, del del norte al sur del país.
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