La memoria del 11-S aún causa dolor
El traslado de los restos sin identificar de víctimas del 11-S al Museo Memorial de la Zona Cero de Nueva York suscita críticas entre algunos familiares
El traslado de los restos sin identificar de víctimas del 11-S a su lugar de reposo definitivo, el Museo Memorial construido en el World Trade Center, a los pies de la Torre Uno, se ha guardado en secreto hasta el último minuto por las autoridades de Nueva York. Eso no impidió el sábado que algunos familiares se acercaran a la Zona Cero para protestar en silencio, con mordazas negras en la boca, contra el traslado y expresar su rabia por la decisión de inhumarlos en un sótano.
Aunque la herida del brutal atentado de 2001 está físicamente cerrada en Manhattan, el dolor va por dentro. Está siendo un largo proceso, dominado por los retrasos y la controversia. La ceremonia de inauguración del Museo Memorial marcará este próximo jueves un importante paso adelante. En palabras del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, “el Museo es para todos. Para aquellos que presenciaron el evento, con sus propios ojos o por televisión, y que todavía tratan de darle sentido al evento”. También se dirige a las generaciones futuras, dice el regidor, para que a través de la historia que relata la muestra entiendan que algo tan terrible no debe volver a suceder otra vez. Pero como señaló De Blasio, sobre todo es para los supervivientes, las familias y el personal que participó en las labores de rescate. El presidente Barack Obama asistirá el jueves en la ceremonia inaugural.
En el interior del ataúd que trasladó una pequeña comitiva hasta la Zona Cero en un camión de bomberos el sábado se hallaban 7.390 fragmentos humanos. El número oficial de muertes tras el derrumbe de las Torres Gemelas asciende de 2.753 personas, incluyendo los ocupantes de los dos aviones secuestrados por los terroristas y los miembros del personal de rescate. Los restos de 1.115 víctimas no fueron identificados. Ahora vuelven a estar en el lugar donde respiraron por última vez, con la esperanza de que la tecnología pueda permitir identificarlos en el futuro.
Pero algunos de sus familiares no comprenden que sus restos se queden hasta entonces en lo que está llamado a ser uno de los principales destinos turísticos de la ciudad. Como señalaba Sally Regenhard, que perdió a su hijo bombero, “deberían estar en un lugar más respetuoso”.
A partir del jueves, y durante seis días, los familiares de las víctimas visitar el Museo Memorial, que permanecerá abierto para ellos las 24 horas del día. Desde el 21 de mayo podrá acceder el público general, a un precio similar al de otras atracciones como el Empire State Building o la Estatua de la Libertad. La idea inicial era que el Museo Memorial hubiera estado abierto para el décimo aniversario del ataque. Pero entonces solo pudo inaugurarse el parque con las fuentes en cascada que lo rodea.
Algunos familiares se dirigieron por carta a Obama expresando su oposición con el traslado de los restos al Museo Memorial, pese a que reposarán en un lugar especial al que solo podrán acceder familiares de las víctimas y médicos forenses. Están de acuerdo en que deben volver al World Trade Center, pero a un lugar separado, similar a la Tumba al Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional en Arlington, cerca de Washington.
No solo lamentan que no se haya tenido en cuenta su opinión durante el proceso, como indica Rosaleen Tallon, que perdió a un hermano el 11-S. Lo que más le irrita es pensar que los restos que no pudieron recuperar de sus seres queridos queden escondidos bajo tierra. Hay otros familiares que, sin embargo, ven adecuado que se depositen en ese lugar y piden que no se haga más batalla política con el asunto.
La esperanza de todos ellos, al final, es la misma: que se vayan identificando poco a poco todos los restos. El Museo Memorial constará de dos muestras. Una explora las causas que están detrás del atentado y la historia de aquel fatídico día en Nueva York. En otra se rinde homenaje a las personas que fallecieron en los atentados contra las Torres Gemelas. Como explica Joe Daniels, presidente del Museo, será un recordatorio de lo que se puede lograr cuando todo el mundo suma fuerzas en circunstancias extraordinarias.
La idea es educar a futuras generaciones a la vez que se salvaguarda una parte de la historia de la ciudad. Para ello, la exposición recurre a testimonios, fotografías, vídeos y objetos personales. El pasado noviembre se celebró la ceremonia de apertura del 4WTC, el primer rascacielos que abrió sus puertas en la Zona Cero. Todavía no hay fecha para el corte de cinta oficial del One World Trade Center, el edificio central del complejo inmobiliario. También avanzan las obras de la terminal de transporte diseñada por Santiago Calatrava.
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