La policía libera a Gerry Adams sin cargos pero envía su caso a la fiscalía
El presidente del Sinn Féin ha sido interrogado durante cuatro días por un asesinato de 1972
La policía de Irlanda del Norte puso este domingo en libertad sin cargos al líder del Sinn Féin, Gerry Adams, pero ha enviado su caso a la fiscalía para que decida si le procesa o no finalmente por el secuestro y asesinato en 1972 de una mujer, Jean McConville, a manos del IRA. La fiscalía decidirá su procesamiento o el cierre del caso contra él en función de las pruebas que haya contra el líder republicano, de las posibilidades de que esas pruebas sean suficientes para poder condenarle pero también, cuestión crítica, después de evaluar si su procesamiento es o no de interés público.
Adams, cuyo arresto ha provocado varios días de gran tensión política en Irlanda del Norte, abandonó la comisaría de Antrim, unos 30 kilómetros el noroeste de Belfast, a última hora de la tarde por la puerta de atrás mientras varias furgonetas de policía y numerosos agentes antidisturbios hicieron ver que le iban a sacar por la puerta principal, donde se había congregado un grupo de manifestantes unionistas.
En una posterior rueda de prensa en Belfast, Adams reiteró su inocencia y su condena de la “gran injusticia” que fue el secuestro y asesinato de Jean McConville, insistió en que se ofreció a declarar hace dos meses y quiso “dejar claro" su apoyo "al PSNI [la policía]”, pero añadió que le parece sospechoso que la policía decidiera interrogarle “ahora, en medio de la campaña electoral”. Pero por encima de todo puso el acento en que “no hay vuelta atrás, no hay posibilidad de vuelta atrás” en el conflicto del Ulster. “Los tiempos han cambiado. Lanzar cualquier otra señal es alentar a los extremistas. El IRA se ha ido, se ha acabado”.
Adams se había presentado el miércoles por la noche en Antrim de forma voluntaria para ser interrogado sobre las acusaciones de que él ordenó el secuestro y ejecución de McConville, una viuda de 37 años y madre de 10 hijos a la que el IRA consideraba informante de las fuerzas británicas en plenos disturbios del Ulster.
El Sinn Féin denunció de inmediato el carácter “político” del hecho de que el interrogatorio de Adams ocurriera apenas tres semanas antes de las elecciones europeas y locales de mayo, en las que los republicanos tienen candidatos tanto en Irlanda del Norte como en la República de Irlanda.
Después de que el Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI en sus siglas en inglés) pidiera el viernes por la tarde otras 48 horas para seguir interrogando a Adams, las acusaciones del Sinn Féin subieron notablemente de tono. El número dos del Sinn Féin, Martin MacGuinness, que había hablado ya de “elementos” dentro de la policía y “la cara oculta” del PSNI, llegó incluso a amenazar con la retirada del apoyo de los republicanos a la policía norirlandesa si Adams es finalmente procesado. Se trata de una cuestión políticamente muy grave que podría afectar al proceso de paz del Ulster y, sin duda, paralizar las instituciones de autogobierno.
El unionista DUP, pero también el no sectario Partido de la Alianza, han acusado a su vez al Sinn Féin de estar chantajeando a la policía con esas acusaciones. El líder del DUP y ministro principal norirlandés, Peter Robinson, denunció “las tácticas de intimidación de los republicanos”. “Las protestas del Sinn Féin son inaceptables en una democracia que opera bajo el imperio de la ley”, dijo, y calificó las denuncias de los republicanos de “un brutal intento de chantajear al PSNI”.
El caso muestra las dificultades que sigue viviendo Irlanda del Norte debido a su turbulento pasado. Gerry Adams representa al mismo tiempo el terrorismo del IRA –organización de la que siempre se la ha considerado alto dirigente, al tiempo que él siempre ha negado cualquier pertenencia- y la voluntad de enterrar las armas y abrazar la vía pacífica. El dilema es siempre entre el pragmatismo de olvidar el pasado y mirar al futuro o seguir mirando al pasado para hacer justicia a quienes nunca la obtuvieron.
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