Un tribunal israelí declara a Ehud Olmert culpable de aceptar sobornos
El ex primer ministro israelí abandonó el cargo en 2008 por sucesivos escándalos de corrupción
Nunca antes un primer ministro de Israel había sido condenado en firme por un juez. Hasta esta mañana. Ehud Olmert, jefe de Gobierno entre 2006 y 2009, ha sido encontrado culpable de un delito de soborno por parte de la sala 606 del Tribunal del Distrito de Tel Aviv. El juez David Rozen considera probado que recibió al menos dos pagos de 500.000 y 600.000 shekels (104.000 y 125.000 euros, respectivamente) para “suavizar” los obstáculos legales y urbanísticos que complicaban el levantamiento de un complejo residencial de lujo, llamado Holyland (Tierra Santa), en el sur de Jerusalén. Entonces Olmert era el alcalde de la ciudad. A la espera de conocer la pena final, el fallo de esta mañana arroja ya dos conclusiones difícilmente modificables: Olmert tendrá que cumplir pena de cárcel y su carrera política, que ha intentado revivir en los dos últimos años, está acabada, salvo milagro. No hay fecha aún para conocer su pena.
Otros casos
Además del Holyland, Olmert fue llevado a juicio por otros casos: en el primero fue declarado inocente de recibir sobornos por una corte de Jerusalén en 2012; y en el segundo, culpable de abuso de poder por el nombramiento de un allegado a un cargo público que requería un concurso.
La Fiscalía cerró ese año otro caso contra Olmert que se remontaba a cuando fue ministro de Industria y vice primer ministro, cargos desde los que supuestamente aprovechó su condición para beneficiar a activistas del Likud.
La investigación judicial que hoy finaliza es posiblemente la más polémica que ha envuelto nunca a un político israelí. Aborda el periodo en que Olmert ocupaba el ayuntamiento jerosolimitano, entre 1993 y 2003, y sus años posteriores como ministro de Infraestructuras, Comercio e Industria. Junto a él han sido condenados su sucesor en Jerusalén, Uri Lupoliansky, el ex presidente del Banco Hapoalim, Dan Danker, y la ex jefa de gabinete de Olmert, Shula Zaken. Sólo tres de los 13 inculpados en el proceso han sido considerados inocentes. Toda la red movió nueve millones de shekels (1,8 millones de euros) en sobornos que, en el caso Olmert, se tramitaban a través de su jefa de gabinete y de su hermano, Yossi, con sobres de dinero entregados en mano. Así, el terreno donde hoy se levantan las torres más imponentes de la ciudad, junto a grandes carreteras, un centro comercial y el Teddy Stadium, habría pasado de contemplar una zona de obra de 25.000 metros cuadrados a 311.000.
El juez, en el resumen de la sentencia que se conoce a esta hora, denuncia que en aquellos años “el gobierno se hizo más corrupto y podrido”. “Olmert contó mentiras a esta corte”, insiste. “Rechazo su relato en su totalidad”, añade. El ex primer ministro del Kadima —que tomó el poder del partido tras el infarto cerebral de Ariel Sharon— siempre se ha declarado inocente, desde que comenzó el proceso judicial en julio de 2012. Sin embargo, se ha encontrado con testimonios contradictorios —hasta de su hermano— y con numerosa documentación —papeles desordenados, datos añadidos, informes confusos— que han arrojado más sombras sobre su gestión, sobre las que el fiscal ha incidido especialmente.
Estos dos años casi que ha durado el que la prensa llama “el juicio del siglo” han servido para acumular testimonios de 103 personas, hay 9.000 páginas de transcripciones, 800 relatos de la acusación y 500 de la defensa. El juez Rozen se ha convertido casi en un magistrado estrella por su empeño en avanzar rápido, con tres y cuatro audiencias semanales.
La pasada semana, el veredicto parecía retrasarse de nuevo, sin embargo, después de que Zaken, la mano derecha de Olmert durante 30 años, accediese a colaborar con la fiscalía entregando unas supuestas grabaciones en las que, dice, se deja claro que el político trató de impedir que testificara, lo que acarrearía otro posible delito de obstrucción a la justicia y coacción o manipulación de testigos. Finalmente el juez ha entendido que la grabación no tiene expresamente que ver con el caso Holyland, pero es posible que, en breve, Olmert tenga que someterse de nuevo a juicio por estas revelaciones. Zaken habría llegado a un acuerdo para ser condenada sólo a 11 meses de cárcel y a una multa, por cooperar con la justicia.
Olmert dejó su cargo como primer ministro presionado por escándalos como este y ha dedicado estos años a defenderse. Sin embargo, en 2013 reconoció públicamente su “interés” en regresar a la primera línea política. No se definió, a medio camino entre volver a su Kadima original —que apenas logró dos escaños en las pasadas elecciones—, unirse a la nueva fuerza de su antigua ministra Tzipi Livni —Hatnua, seis diputados, hoy socios del primer ministro Netanyahu— o crear una nueva formación. Su mandato destacó, pese a todo, por sus frecuentes reuniones con el presidente palestino Mahmud Abbas y su acercamiento a otras naciones árabes, además de por las críticas que recibió por su gestión de la guerra con Hezbolá en 2006.
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