Mohammed Fahim, tercer pilar del poder en Afganistán
El fallecido vicepresidente y ministro de Defensa de Karzai lideró la Alianza del Norte a la muerte de Masud
El vicepresidente afgano Mohammed Qasim Fahim murió hace justo una semana de un ataque al corazón. Tenía 57 años. Tan influyente como controvertido, este antiguo señor de la guerra era criticado por el enriquecimiento obtenido con su proximidad al poder, pero gozaba de gran predicamento entre los guerrilleros de la Alianza del Norte. Su desaparición deja al presidente Hamid Karzai sin uno de sus principales aliados políticos, justo en vísperas de unas elecciones en las que no puede ser candidato.
Aunque no estaba claro que papel pensaba desempeñar cuando dejara su cargo tras los comicios del 5 de abril, los analistas le veían como un posible hacedor de pactos. Sin haber apoyado abiertamente a ningún candidato, había cortejado tanto a Qayum Karzai, el hermano del presidente que la semana pasada se retiró a favor de Zalmai Rasul, como al ex inistro de Exteriores Abdullah Abdullah, miembro de su mismo grupo políticomilitar. Recientemente se había mostrado favorable a negociar con los talibanes, cuyo régimen ayudó a derribar.
“Era un patriota y un gran muyahidín”, señaló la oficina del presidente en un comunicado. Ese término árabe, que literalmente significa “los que hacen la guerra santa”, se utilizó para denominar a quienes combatieron la ocupación soviética de Afganistán durante los años ochenta del siglo pasado. Fue entonces cuando Fahim, un miembro de la minoría étnica tayica, se unió a lo que luego se conocería como la Alianza del Norte.
Se convirtió en brazo derecho del jefe guerrillero Ahmad Shah Masud, junto a quien luchó contra los soviéticos (1979-1989), en la guerra civil que siguió a su retirada (1992-1996) y, finalmente, para desalojar al régimen talibán (1996-2001). Durante ese tiempo se ganó la lealtad de los hombres que luchaban en las filas de lo que se terminaría conociendo como Alianza del Norte. Tras el asesinato de Masud apenas dos días antes de los atentados del 11-M, Fahim se convirtió en el nuevo líder de la milicia de Masud.
Estados Unidos tuvo en cuenta ese peso cuando le hizo partícipe de los esfuerzos para estabilizar el país tras la campaña militar en la que derrocó a los talibanes. En 2002, Karzai le recompensó con el máximo grado militar del país, mariscal de Afganistán por su papel en la liberación y le nombró vicepresidente y ministro de Defensa en el primer Gobierno transitorio.
Fue a partir de entonces cuando se vio envuelto en la polémica. Se le acusaba de haberse rodeado de oficiales tayicos en detrimento de otros grupos étnicos, y de aprovecharse de la ayuda exterior para su enriquecimiento personal. Un informe de Human Rights Watch le acusó de violaciones de los derechos humanos y de enriquecerse con el tráfico de drogas que volvía a corromper el país.
Karzai cedió a la presión internacional y en 2004 le apartó del Gobierno. No obstante, los lazos entre ambos hombres se mantuvieron. El presidente le presentó como candidato a vicepresidente en las elecciones de 2009. Durante la campaña, Fahim, un hombre que evitaba los medios de comunicación y prefería la discreción de quien actúa entre bambalinas, fue víctima de un intento de asesinato.
Funcionarios y diplomáticos de Naciones Unidas criticaron su nombramiento debido a su vinculación con violaciones de derechos humanos. Sin embargo, el lunes la misión de la ONU, UNAMA, difundió un mensaje de condolencias en el que le calificaba de “un socio bueno y de confianza” de esa organización.
“Karzai, Fahim y Estados Unidos han sido los tres poderes clave en Afganistán desde 2001”, ha explicado Kate Clark, del Afghanistan Analysts Network. En opinión de esta experta, el fallecido “era uno de las personas fundamentales que había que ganarse porque ejercía una gran influencia en uno de los grandes partidos políticomilitares”.
Fahim hablaba árabe, además de los dos idiomas nacionales de Afganistán, el dari y el pastún. En su biografía oficial consta que tenía 12 hijos, pero no precisa de cuántas mujeres.
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