La UE prevé sancionar a un centenar de rusos por el conflicto de Crimea
Los diplomáticos advierten de que los nombres definitivos se cerrarán el lunes
Europa tiene ya bastante perfilada la lista de personas a las que quiere sancionar por la escalada del conflicto de Crimea. Los diplomáticos comunitarios han incluido a un centenar de personas, siete de ellas ucranias, según fuentes conocedoras de ese listado que lleva negociándose desde principios de semana. A todos ellos se les prohibirá la entrada en Europa y se les congelarán los activos que posean en los países miembros. La propuesta inicial incluía unos 300 nombres y es posible que la definitiva, que ratificarán los ministros de Asuntos Exteriores el lunes el Bruselas, esté por debajo del centenar.
El listado incluye solo a personas físicas –por el momento no hay empresas–, algunas de ellas miembros del Gobierno ruso, aunque no hay ministros. La mayor parte de los representantes del Kremlin pertenecen al Ministerio de Defensa (responsables de la estructura militar), pues representan la cara más visible de la invasión de Crimea. No obstante, los Veintiocho renuncian a incluir a los altos representantes del Ejecutivo –y por supuesto al presidente, Vladímir Putin– para mantener abierto el canal de negociación con Moscú. Europa no va a ofrecer una respuesta militar a esta contienda, por lo que tiene que combinar la política de sanciones con el diálogo con el régimen.
Algunos borradores publicados por distintos medios dan idea de que Bruselas pretende apuntar alto en su política de castigo hacia Rusia. El diario alemán Bild asegura que los consejeros delegados de Gazprom, Alexei Miller, y de Rosneft, Igor Sechin, aparecen en el documento que recibirá el visto bueno el lunes. Distintas fuentes diplomáticas rechazan confirmar esos nombres de los máximos responsables de los dos gigantes energéticos rusos e insisten en que el listado definitivo aún no está cerrado y, por tanto, hay nombres que entran y salen en función de la negociación entre los 28 Estados miembros.
En todo caso, no es habitual que Bruselas decida sancionar a tantas personas en un solo movimiento, una novedad indicativa del grado de irritación que ha provocado entre los socios comunitarios la actitud rusa en toda la crisis ucrania. Como referencia reciente, la lista que el Consejo Europeo aprobó hace unos días con los nombres de dirigentes ucranios a los que se prohibía viajar a Europa y cuyos activos se congelaban ascendía a 18.
La dificultad para pactar los nombres reside en que la negociación sigue muy dividida en dos bloques. El de países exsoviéticos, resentidos con su antiguo dominador y, por tanto, partidarios de castigar a un gran número de rusos, y el de Estados pragmáticos, capitaneados por Alemania y Holanda, más partidarios del buen entendimiento con Moscú. En el primer grupo se sitúa de forma muy beligerante Reino Unido, partidario de castigar a Putin, en línea con la posición estadounidense. En el segundo se alinean España e Italia.
Fuentes diplomáticas advierten de la necesidad de justificar muy bien el vínculo entre cada uno de los nombres y su responsabilidad en las supuestas acciones “que socaven o amenacen la integridad territorial, soberanía e independencia de Ucrania”, según figura en el borrador manejado por los diplomáticos y que menciona la posibilidad de extender también esas sanciones a “personas jurídicas asociadas a [las personas físicas citadas]”. Esa responsabilidad resulta dudosa, por ejemplo, en el caso de los jefes de las empresas gasista y petrolera rusas, pues no se ha producido –por el momento– ningún corte de suministro a Ucrania ni abuso en los contratos que pueda justificar el castigo europeo a estas compañías. El vínculo es mucho más evidente en los políticos ucranios (todos de Crimea, según las mismas fuentes) incluidos en el documento.
La concreción de la lista aguarda aún el último esfuerzo diplomático previsto antes del referéndum del domingo sobre la posible independencia de la región ucrania de Crimea. Los Veintiocho quieren conocer el resultado de la reunión entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, antes de concretar el alcance de sus sanciones. Lo que sí dan por descontado ya es que tendrán que aplicarlas, un paso inédito en las siempre complejas relaciones entre Bruselas y Moscú.
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