El juicio a Fujimori avanza pero a escasa velocidad
En cinco meses, solo seis testigos han declarado sobre el desvío de dinero para crear diarios en la campaña del año 2000
Cada audiencia del sexto juicio oral a Alberto Fujimori, expresidente de Perú entre 1990 y 2000, dura dos horas por recomendación médica debido a la salud del acusado. En la sesión de este jueves, el testigo llegó más de una hora tarde y por lo que hubo menos de 60 minutos para el interrogatorio a Carlos Bergamino, exministro de Defensa en el último año de la administración Fujimori. El proceso avanza lento y los testimonios confirman que las órdenes que el exasesor de inteligencia Vladimiro Montesinos daba a los jefes militares eran conocidas por el entonces presidente.
Fujimori es procesado judicialmente por el desvío de 43 millones de dólares de fondos públicos - procedentes del presupuesto de los institutos armados - para la creación de diarios sensacionalistas . Los conocidos como la prensa chicha publicaban noticias a favor de la tercera reelección de Fujimori y contra sus contrincantes como parte de campañas psicosociales originadas en el Servicio de Inteligencia Nacional que conducía Montesinos.
El juicio comenzó en octubre y hasta la fecha “se han presentado seis de los 18 testigos”, precisa a EL PAÍS el procurador anticorrupción Joel Segura, quien interrogó a Bergamino, un general del Ejército en el retiro que en 2006 fue condenado a seis años de prisión por favorecer a dos traficantes de armas en licitaciones irregulares. Anteriormente se le dictó cuatro años de prisión suspendida por haber sido uno de los ministros que autorizó un pago irregular de 15 millones de dólares para Montesinos poco antes de que huyera del país en el año 2000.
“No recuerdo sobre este tema”, aseguró Bergamino durante la audiencia acerca de los diarios chicha. Sin embargo, se reafirmó en sus declaraciones de 2004 en otro juicio acerca del “apoyo económico del Ministerio de Defensa al Servicio de Inteligencia Nacional para operaciones de inteligencia, de infiltración, para hacer historias y otros procedimientos que no puedo referir, y eso requiere de mucho dinero”.
Bergamino manifestó que, en una primera etapa, el dinero se remitía al Servicio de Inteligencia y quedaba constancia en oficios (documentos), pero luego llegó un mensaje de Montesinos que disponía “romper todo”. Relató que llamó al presidente para asegurarse de que era una orden suya y éste le respondió: “Haga lo que el doctor le está diciendo”.
Fujimori cumple una pena de prisión de 25 años por crímenes de lesa humanidad, secuestro agravado y corrupción. Durante buena parte de las audiencias apoya la cabeza en una de sus manos y se sienta encorvado, lo que impide observar sus gestos.
El abogado del exmandatario, William Paco, un exoperador de Vladimiro Montesinos en el Poder Judicial en la década de los años 90, perdió la semana pasada uno de los recursos que interpuso a favor de Fujimori. Había pedido que, dada su condición de expresidente, su caso debía ser visto por jueces supremos, sin embargo, dado que han pasado más de cinco años de esa condición, la Sala Penal Permanente negó la solicitud. Si el recurso hubiera procedido, el caso de la prensa chicha hubiera tenido que volver a empezar de cero.
William Paco anunció hace semanas que solicitará al Poder Judicial la anulación de la sentencia de 25 años de prisión por los casos de La Cantuta y Barrios Altos, algo que aún no ha ocurrido. “El libreto lo manejo yo jurídicamente hablando, pero el presidente Fujimori es quien define la estrategia: él dice cámara, acción”, declaró a la prensa al final de la audiencia.
La sesión del juicio oral del miércoles 19 tendrá como testigo al exministro de Interior y de Defensa, César Saucedo, general del Ejército que fue uno de los colaboradores más cercanos de Montesinos y Fujimori. El próximo jueves 13, el defensor de Fujimori interrogará a Bergamino.
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