China ejerce la diplomacia del malabarista en Ucrania
Pekín está pinzado entre su aversión a la injerencia, y su relación política y comercial con Moscú
La diplomacia china en las crisis internacionales suele ser la diplomacia del malabarista, ni contigo ni contra ti, ni todo lo contrario. Pekín intenta mantener siempre su posición de base: defender sus propios intereses, promover la estabilidad internacional y hacer valer su tradicional política de no injerencia en los asuntos internos de otros países. Y así ha vuelto a hacerlo en la crisis de Ucrania, con la diferencia que, en esta ocasión, se ha visto pinzado entre la posición de Rusia -importante socio comercial y habitual aliado en muchos conflictos internacionales frente a Occidente- y su declarado respeto por la soberanía nacional.
Las declaraciones efectuadas por Moscú, Washington y Pekín en los últimos días han puesto de manifiesto la creciente dificultad del funambulismo chino. China se ha unido a los llamamientos internacionales para mantener la paz en Ucrania, al mismo tiempo que ha evitado criticar a Moscú y su posición belicista.
El Ministerio de Exteriores chino aseguró el domingo pasado que está “muy preocupado” por lo que está ocurriendo y reclamó una solución política. “Condenamos el comportamiento de violencia extrema reciente en Ucrania, y continuamos instando a todas las partes en Ucrania a que resuelvan de forma pacífica sus disputas dentro de un marco legal, y protejan escrupulosamente los derechos legales de toda la gente de Ucrania”, dijo en un comunicado, en el cual añadió que respeta la independencia de Ucrania, defendió la necesidad de “mantener la paz regional y la estabilidad” y recordó su política de respeto de soberanía y no injerencia; una posición a la cual pueden no ser ajenos, tampoco, sus propios problemas de separatismo en la región de Xinjiang –hogar de la minoría musulmana uigur- y Tíbet.
China ha asegurado que respeta las decisiones del pueblo ucranio y que continuará desarrollando una “cooperación amigable” con el país. Pero hasta ahora ha mostrado poco interés en participar en la ayuda financiera a Ucrania.
Tanto Moscú como Washington han asegurado que Pekín está de acuerdo con ellos en esta crisis. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó el lunes, tras mantener una conversación telefónica con su homólogo chino, Wang Yi, que “Rusia y China coinciden en líneas generales en sus puntos de vista sobre la situación que se ha desarrollado en el país y alrededor de ella”. Moscú parece ansioso por demostrar que tiene un gran aliado internacional para una posible intervención militar en Ucrania, después de que los otros miembros del G8 –grupo al cual no pertenece China- hayan condenado a Rusia por violar la legislación internacional y hayan suspendido su participación en una cumbre del G8 en la ciudad rusa de Sochi prevista para junio.
La explicación de Pekín del contenido de la llamada telefónica fue menos directa. Dijo que ambos ministros “intercambiaron puntos de vista sobre el asunto a fondo” y acordaron que “resolver de manera apropiada” la situación era importante para la paz y la estabilidad regionales. “China siempre ha defendido los principios de la diplomacia y las normas básicas de las relaciones internacionales”, dijo Qin Gang, portavoz de Exteriores chino, informa France Presse. “Al mismo tiempo, también tomamos en cuenta la historia y las complejidades actuales del tema ucranio. Se podría decir que la posición china es mantener los principios pero también tratar de ser realista”. Y añadió: “Hay razones por las que la situación en Ucrania es hoy la que es”. Una frase críptica, en la que China podría estar intentando refugiarse, dados su deseo de mantenerse al lado de Rusia y su rechazo a una intervención armada.
Al día siguiente, el martes, fue el presidente chino, Xi Jinping, quien habló con su homólogo ruso, Vladimir Putin, a quien le trasladó su convencimiento de que Rusia puede impulsar una solución política para la crisis. “La situación en Ucrania, que parece ser accidental, tiene los elementos de lo inevitable”, dijo Xi durante la llamada, según el Ministerio de Exteriores chino. El presidente chino añadió que “China apoya propuestas y esfuerzos de mediación de la comunidad internacional que conduzcan a la reducción de la tensión”. Moscú, por su parte, afirmó que los dos líderes tuvieron una visión “cercana” sobre Ucrania y expresaron la esperanza de que “los pasos dados por la dirigencia de Rusia conduzcan a la reducción de la tensión y proporcionen seguridad a los ciudadanos rusoparlantes que viven en Crimea y las regiones del este de Ucrania”.
Todos parecen querer llevar el agua china a su molino en el conflicto ucranio. Estados Unidos también ha asegurado que Pekín comparte posición con Washington. La Casa Blanca aseguró el miércoles en un comunicado que ambos países coinciden en que deben ser respetadas la soberanía y la integridad de Ucrania, tras la conversación que mantuvieron Susan Rice, consejera de seguridad nacional del presidente Barack Obama, y el consejero de Estado de China, Yang Jiechi.
Pekín prefiere siempre la estabilidad, ya que favorece a su estrategia de desarrollo dentro y fuera de sus fronteras. China comercia grano con Ucrania, y cooperan en agricultura, infraestructuras y energía. Le compró su primer portaaviones, que luego reformó. En diciembre pasado, el entonces presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, visitó Pekín. Durante el viaje, los dos países firmaron una serie de acuerdos en los sectores de energía, minería y de colaboración económica y técnica. China es el segundo mayor socio comercial de Ucrania, país que también puede ser una buena puerta de acceso a los mercados europeos.
Pero las relaciones con Rusia son mucho más importantes, tanto desde el punto de vista político como comercial. Moscú es un importante suministrador de petróleo y gas natural a China. Ambos países ven frecuentemente las crisis internacionales bajo la misma lupa, y comparten a menudo posición en el Consejo de Seguridad de la ONU, del cual son miembros permanentes, y, por tanto, con derecho a veto. China y Rusia han cooperado para vetar tres resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para someter a presión al presidente de Siria, Bachar el Asad, aunque han apoyado una reciente resolución en la que instan al régimen sirio a que permita el envío de ayuda humanitaria.
Frente al lenguaje enigmático utilizado en ocasiones por el Gobierno de Pekín sobre la crisis en Ucrania, la prensa oficial ha interpretado la actitud china y ha ofrecido una opinión más clara. “Cuando el Gobierno chino necesita practicar la diplomacia del equilibrio sobre la situación en Ucrania, la opinión pública china debería respaldar con firmeza a Rusia y apoyar su resistencia a la presión de Occidente”, escribía el miércoles Global Times, periódico ligado al Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista Chino.
“Algunos creen que la política de no injerencia de China será puesta a prueba en este asunto, y que si China apoya a Rusia, caerá en una trampa diplomática. Esta es la mentalidad de los débiles. Occidente ha interferido en los asuntos internos de muchos países, pero nunca lo ha admitido”, prosigue el diario. “Preferimos mostrarnos de acuerdo con las voces que apoyan a Rusia. Rusia ha estado resistiendo la tendencia hacia el este de las fuerzas occidentales en Ucrania, lo cual es importante no solo para su propio destino sino también para los intereses estratégicos de China. Rusia y China son zonas tapón estratégicas la una de la otra. Si la Rusia liderada por Putin es derrotada por Occidente, supondrá un fuerte golpe para los intereses geopolíticos de China (…) Desde el punto de vista diplomático, China puede mantenerse fiel a su política de neutralidad, pero favorecer ligeramente a Rusia”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.