Kerry lleva a Kiev el apoyo económico y político de Estados Unidos
El secretario de Estado, John Kerry, viaja a Kiev para apoyar a las nuevas autoridades
Los ucranios contemplaron este martes en primera fila una batalla geopolítica entre Occidente y Rusia. A primera hora, el monopolio exportador ruso Gazprom anunció que se acabó la venta de gas a precio reducido a Ucrania. Que a partir de abril, se lo cobrará a precio de mercado. Al rato aterriza en Kiev el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry, con la noticia de un crédito de 1.000 millones de dólares (unos 730 millones de euros) para compensar el castigo del Kremlin, que continúa con su estrategia de asfixia a la ya maltrecha economía ucrania después de tomar el control de Crimea. Kerry proclamó que “Rusia busca un pretexto para intervenir en Ucrania”. "Rusia debe retirar sus fuerzas y participar en una política legítima de rebajar de tensión", resaltó Kerry en una rueda de prensa. De lo contrario, añadió, EE UU y sus aliados redoblarán las medidas de aislamiento económico y diplomático.
Esta, país de tránsito energético de Rusia a la Unión Europea, es muy dependiente del gas, por eso es un arma de presión temible en manos de Moscú. De los alrededor de 50.000 millones de metros cúbicos que consume al año, unos 30.000 proceden de Rusia, detalla Alexander Paraschiy, jefe de la fundación Estrategia energética de Kiev. Gazprom calcula que Ucrania le debe 1.529 millones de dólares, y ya sabe que no podrá pagar siguiera la factura total de febrero. Si nada amortigua el golpe, “los ciudadanos deben estar preparados para una subida del precio del gas”, asegura el experto.
Ucrania paga desde diciembre un precio ventajoso (con un descuento que ronda el 30%) por el gas que le vende Rusia. Ahora son 268 dólares por mil metros cúbicos frente a los 400 dólares que tendrá que abonar a partir del mes que viene.
La Unión Europea también va a colaborar con Kiev en pagar la factura del gas. El comisario de Energía, Gunther Oettinger, cifró ayer en 2.000 millones de dólares el dinero que Ucrania le debe a Rusia en gas. Después de una reunión de ministros de la Energía, dijo que esa cantidad iría incluida en el paquete de ayudas que tiene previsto aprobar este miércoles Bruselas.
La visita de Kerry a Kiev era también una sólida señal de respaldo político a las nuevas autoridades ucranias. Rodeado de decenas de periodistas, el secretario de Estado de EE UU intentaba avanzar entre las montañas de flores que recuerdan a los manifestantes tiroteados cerca del Maidán, en la calle Institúskaya, durante la represión de las protestas que tumbaron al expresidente Victor Yanukóvich, cobijado en Rusia.
Dos días después de que Washington suspendiera sus relaciones militares y comerciales con Rusia, Kerry calificó en Kiev la intervención rusa en Crimea como “una agresión”, y mostró el compromiso de EE UU con “la soberanía e integridad territorial de Ucrania según el derecho internacional”. También acusó a Moscú de “haber estado trabajando para fabricar un pretexto que le permita una invasión”, aseguró el jefe de la diplomacia norteamericana. La reunión de Kerry con el nuevo Ejecutivo ucranio constituye también un cierto revés al Kremlin, que no reconoce la legitimidad del Gobierno de unidad. Con todo, el secretario de Estado estadounidense quiso aclarar: “No queremos [una] confrontación”.
Al borde de la bancarrota, con las reservas de divisas tiritando, Kiev pidió la semana pasada ayuda urgente al Fondo Monetario Internacional (FMI), que tiene un equipo de expertos en la capital ucrania para evaluar las necesidades del país.
El recién instaurado Gobierno cifró en unos 35.000 millones de dólares lo que necesitaba para salir del atolladero y mostró su disposición a aplicar toda la austeridad que haga falta. El fin del gas ruso rebajado “empeorará aún más la crisis económica, subirán los costes de producción en la industria química y de la construcción”, explica el experto Paraschiy.
Además de los millones, Estados Unidos dice que enviará un equipo de expertos para ayudar al Gobierno ucranio a rastrear parte del dinero de las arcas públicas que voló a cuentas en el extranjero. Nada más tomar posesión la semana pasada, el primer ministro ucranio, Arseni Yatseniuk, aseguró que faltaban 37.000 millones de dólares, y responsabilizó del agujero al expresidente Yanukóvich. También prestarán asesoría en la lucha contra la muy extendida corrupción.
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