“En Estados Unidos, los inmigrantes son las víctimas de la inacción federal”
Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, visita Ciudad de México para profundizar los negocios entre las dos ciudades
No es casual que el primer viaje oficial de Eric Garcetti desde que fue elegido en mayo del año pasado alcalde de Los Ángeles haya sido a la Ciudad de México. A pesar de las distancia, hay muchos puntos que acercan a las dos ciudades que, desde la entrada en vigor hace 20 años del Tratado de Libre Comercio, se han convertido en un importante tándem económico: el comercio entre las dos ciudades mueve 2.000 millones de dólares al año. Si contamos los negocios entre la región metropolitana de Los Ángeles y toda la República mexicana, la cifra anual es de 15.000 millones de dólares.
“De nuestras alianzas comerciales, México quizás es el socio más importante. Necesitamos este turismo, este comercio, esta inversión”, ha dicho Garcetti en una rueda de prensa tras reunirse con un grupo de 300 empresarios mexicanos. La frase no era solo un halago: la ciudad se enfrenta a una enorme deuda, a pesar de que cuenta con un PIB de 800.000 dólares anuales. Si fuera un país, su economía sería de la decimoséptima en el mundo.
Garcetti ha venido a buscar inversiones y también a que las empresas angelinas inviertan en sectores como el energético, con vistas a la reforma que planea el Gobierno de Peña Nieto. “Es un buen momento para invertir en México”, ha dicho. El mandatario ha asegurado que está especialmente interesado en relanzar el turismo de cruceros en la costa del Pacífico, hundido en los últimos años por la percepción de inseguridad de los turistas estadounidenses. “Beneficia a los dos lados de la frontera. Cuando los cruceros están en el puerto de Los Ángeles, suponen un millón de dólares diario para nosotros”.
Pero los lazos que unen a dos megalópolis como Ciudad de México y Los Ángeles - en sus áreas metropolitanas viven alrededor de 18 millones y 21 millones de habitantes, respectivamente - tienen raíces profundas más allá de los negocios. La Oficina del Censo estadounidense dice 11,9 millones de personas de origen mexicano residen en el Estado de California, muchos de ellos en el área conurbada de Los Ángeles, la que se considera la segunda ciudad con más mexicanos del mundo.
Eric Garcetti forma parte de esas estadísticas, al igual que su predecesor en el cargo, Antonio Villaraigosa. De abuelos mexicanos, este demócrata de 43 años asegura en un español con bastantes carencias que encarna el espíritu de Los Ángeles, “un ejemplo de progreso de una ciudad de inmigración e inmigrantes que quiere ser un modelo para Estados Unidos”.
Su discurso en DF en materia migratoria es crítico con la administración central del país, a quien hace responsable de que la reforma migratoria esté estancada. “Los republicanos no quieren negociar. Nosotros queremos la reforma migratoria este año pero no estamos esperando a las acciones del Gobierno Federal, sino que hemos creado nuestra propia oficina del migrante. Los inmigrantes son las víctimas de la inacción federal”, ha asegurado a los medios de comunicación.
Entre el equipo que acompaña al alcalde en esta visita que se prolongará hasta el jueves está el concejal del Distrito 1 de la ciudad, Gil Cedillo. Asegura a los periodistas que Garcetti telefoneó a Obama para mostrarle su desacuerdo con la política de deportaciones. “Somos los primeros en apoyar una reforma migratoria pero, con todo el respeto, el embrión de este proyecto dividirá a nuestras familias y afectará a la economía. Muchos jóvenes estadounidenses que no hablan español y que tienen su vida en Estados Unidos van a irse del país porque se van a volver son sus familias deportadas”, ha explicado en un castellano más fluido que el del alcalde angelino.
Dice Garcetti que Los Ángeles y la Ciudad de México son ciudades hermanas y que juntas pueden resolver los problemas compartidos. Sobre la inseguridad, opina que hay que dejar claro a los turistas estadounidenses - “para eso he venido, para ser ejemplo” - que hay violencia en los dos lados de la frontera y que hay que saber a qué partes de México viajar. Que las empresas californianas - punteras en sectores como la tecnología - pueden satisfacer las necesidades mexicanas de, por ejemplo, energía verde. Él, a cambio, se va encantado con el sistema de bicis públicas defeño.
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