Cristina Fernández denuncia un intento de “golpe suave” en Venezuela
La presidenta de Argentina asegura que no defiende a Nicolás Maduro sino a la “democracia”
La presidenta de Argentina se pronunció el sábado contra lo que llamó un “intento de golpe suave” en Venezuela. Cristina Fernández aprovechó su discurso de apertura del año legislativo en Argentina, para cargar contra las protestas que inició la oposición en Venezuela hace tres semanas. “No puedo dejar de referirme a un tema vital para la región: el intento de golpe suave contra la República Bolivariana de Venezuela. No vengo a defender al presidente Nicolás Maduro, vengo a defender al sistema democrático de un país, como hemos hecho en Bolivia, en Ecuador y lo haremos en cualquier país de la región, aunque sean de izquierda, de derecha, del medio o del fondo”, señaló.
En ese encendido elogio de la democracia no hubo ninguna mención para el dirigente opositor venezolano Leopoldo López, quien se encuentra preso en Venezuela desde el 18 de febrero, día en que decidió entregarse a una justicia que considera injusta y corrupto y que le acusa de ser el autor intelectual de las muertes sobrevenidas tras las protestas de la oposición.
Cristina Fernández lanzó un piropo al principal partido de la oposición, la Unión Cívica Radical (UCR), antes de reconocer: “"Nosotros los peronistas no le dábamos históricamente tanto valor a la democracia. Hablábamos de la democracia burguesa y tantas cosas… Pero aprendimos con letra y con sangre que la democracia es una cuestión de paz y de vida y esa es una tradición que debemos agradecerle a la UCR”.
Tras la asunción de ese lastre ideológico, Fernández elogió el régimen democrático venezolano y cargó contra factores externos a Latinoamérica que no mencionó, pero a los cuales achacó la responsabilidad del supuesto intento de golpe suave. “Ha habido -en Venezuela- 19 elecciones en 14 años; 18 ganó el oficialismo y una la perdió. Sería fatal para la región, para la integración que hemos logrado, permitir que vientos ajenos derrumben un país. Por eso, independientemente de las ideas, defender la democracia”.
El discurso de apertura del año legislativo es el de mayor importancia en Argentina. La jefa de Estado suele hacer un recorrido por la gestión de su Gobierno y los cuatro años de su esposo, Néstor Kirchner, (2003-2007) y después aborda los planes para el curso legislativo que arranca cada primero de marzo. El 1 de marzo de 2013, Fernández consiguió hablar durante tres horas y cuarenta minutos sin pronunciar la palabra inflación, cuestión clave en la economía argentina. Y este año, a lo largo de dos horas y cincuenta minutos, tampoco explicó con qué plan cuenta el Gobierno para frenar una inflación en torno al 30% que en Latinoamérica sólo se ve superada por Venezuela.
En términos generales, el discurso fue conciliador tanto con la oposición como con los sindicatos. Fernández evitó la confrontación, los ataques directos hacia sindicalistas, empresarios y opositores, que ha empleado en otros discursos.
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