“Quiero a Bolivia y no me gustaría que sea sometida a un gobierno populista”
El Nobel, cuya visita al país andino le ha traído roces con Evo Morales, aprendió a leer y a escribir en la ciudad de Cochabamba
El escritor peruano Mario Vargas Llosa comienza este viernes un viaje hacia el pasado en la vasta llanura de la región chiquitana, donde se encuentran los templos levantados por los jesuitas entre 1691 y 1760 -los únicos en pie de toda la región latinoamericana-, y donde se atesora un importante legado no sólo de historia y de arquitectura sino de partituras de música barroca y renacentista.
Los dos primeros días de la visita a Santa Cruz del Nobel de Literatura estuvieron dedicados a visitas protocolares a las autoridades del primer departamento (provincia) en importancia económica de Bolivia, reuniones con un numeroso grupo de periodistas y comunicadores de todo el país, así como dos actos públicos, un coloquio y una conferencia, que concitaron el mayor interés ciudadano.
“No soy peligroso en absoluto. Es una tontería decir que he venido a conspirar con la oposición contra el gobierno de Evo Morales”, ha afirmado al aludir a las declaraciones del presidente Evo Morales, quien en días pasados se mostró suspicaz ante la visita de Vargas Llosa e inquieto por los calificativos que pudiera haber lanzado el escritor peruano.
Vargas Llosa reconoce las críticas al gobierno de Morales “porque es populista. Creo que el populismo no resuelve los problemas”, y también afirma que “si la mayoría de los bolivianos desea ese gobierno, lo respeto”.
"Quiero a Bolivia y no me gustaría que sea sometida a un gobierno populista", dijo el Nobel
El Nobel de Literatura, que aprendió a leer y escribir en un colegio religioso en la ciudad de Cochabamba, mantiene su afecto al país. “Quiero a Bolivia y no me gustaría que sea sometida a un gobierno populista. Este tipo de gobierno va empobreciendo la democracia detrás de discursos de justicia, de lucha contra la pobreza”, ha señalado antes de hacer un repaso de los regímenes en América Latina que han optado por el populismo.
Los cuatro días restantes de su visita, entre el viernes y el lunes, estarán dedicados a conocer las reducciones o misiones jesuiticas en los llanos amazónicos de Santa Cruz, comenzando por la primera misión jesuita asentada en San Javier, cuya iglesia está tallada en madera. Los indígenas mantienen tanto la artesanía en madera como la escuela de música barroca y renacentista. En la llamada capital de las orquídeas, Concepción, se encuentra el archivo misional de música, que reúne al menos 5.000 partituras de ese tiempo. La orquesta y coro, de niños y jóvenes indígenas, ha programado un concierto en honor del visitante.
San Ignacio de Velasco, Santa Ana, San Rafael, Santiago de Chiquitos y San José de Chiquitos conservan los templos con columnas de madera talladas, escaleras hacia campanarios labradas en 1760 y una gama de íconos y altares revestidos en pan de oro en el interior de los templos.
Un grupo de estudiosos de la Universidad Técnica Cosmos de Cochabamba ha demostrado que estas construcciones en madera y cana, que aún se conservan en las iglesias de Santa Ana y San Rafael, reflejan el logro de una acústica arquitectónica inigualable. Reconoce que los constructores, los misioneros jesuitas, conocían en ese tiempo “la influencia de los materiales empleados en la calidad acústica”.
Los templos de las misiones son escenario anualmente de festivales de música barroca y renacentista en los que participan reconocidos conjuntos europeos, latinoamericanos y los indígenas de la región, que han heredado las técnicas de construcción de instrumentos musicales pero también el talento para interpretar y ejecutar las partituras musicales que los jesuitas les legaron, como podrá comprobar el escritor en los conciertos que, en su honor, han programado los indígenas chiquitanos y sus autoridades. Vargas Llosa visita Santa Cruz por una invitación de la Fundación Nueva Democracia.
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