_
_
_
_

El Gobierno de EE UU critica a Texas por la ejecución de Tamayo

El Estado desoyó la presión internacional y del Departamento de Estado y procedió a cumplir la condena a pena de muerte del preso mexicano el miércoles por la noche

Familiares de Edgar Tamayo rezan en Miacatlán, Morelos
Familiares de Edgar Tamayo rezan en Miacatlán, MorelosREUTERS

El Gobierno de Estados Unidos ha lamentado la ejecución del mexicano Edgar Tamayo, que murió ejecutado a las 21.32 hora local de este miércoles en la prisión de Huntsville, Texas. El prisionero, que estuvo dos décadas en la cárcel, vio alargada su agonía durante más de tres horas a la espera de que el Supremo de EE UU admitiera un recurso interpuesto por su defensa minutos antes de las 18.00, hora en que su ejecución estaba programada. Finalmente le fue aplicada la inyección letal con un dosis de Pentobarbital, un poderoso anestésico que afecta al sistema nervioso. Tamayo declinó su derecho a pronunciar sus últimas palabras.  

El Departamento de Estado, que ha estado presionando al Gobierno de Texas, presidido por el republicano Rick Perry, en los últimos meses para que paralizara el cumplimiento de la condena a pena de muerte, alegando que la misma podría provocar un conflicto diplomático con México. "Lamentamos la decisión de Texas de proceder con la ejecución del señor Tamayo sin revisar ni considerar previamente los tratados internacionales", ha afirmado su portavoz, Marie Harf.

El Gobierno estadounidense ha respaldado los argumentos de la defensa de que el Estado sureño había incumplido con el derecho a la asistencia consular reconocida en la Convención de Viena y ratificada por el Tribunal Supremo estadounidense en la sentencia Avena. "Seguimos comprometidos con el cumplimiento de nuestras obligaciones internacionales bajo la resolución Avena. Este caso ilustra la importancia del que el Congreso apruebe la Ley de Notificaciones Consulares que podrá proporcionarnos mecanismos adicionales para cumplir con las citadas obligaciones internacionales", ha puntualizado Harf. .

“Señor te pedimos tu misericordia y te imploramos que se haga tu voluntad” rezó Grace, tía de Tamayo, en las afueras de la cárcel, la más antigua del Estado, abierta en 1849. A su lado Margarita, otra familiar del preso, comenzó a dirigir un rosario en español. “Edgar es inocente, inocente, inocente”, dijo a EL PAÍS. Tamayo fue trasladado desde la prisión de Polunski en las primeras horas de la tarde para que recorriera el pabellón de la muerte. Cada paso de sus últimas horas de vida fue grabado, desde sus cortes de pelo hasta sus duchas. A las 8.08 de la mañana recibió la visita de sus padres y se tomó fotos con ellos. "Estuvo tranquilo", dijo su padre. Luego a las 11.15 vio a sus hijas, quienes también se sacaron fotografías con él.

En la prisión de Huntsville las luces revelaban un poco de sus secretos a través de sus ventanas, mientras caía la noche en el lugar. En el sector de reos de baja peligrosidad, varias personas vestidas con un uniforme blanco se paseaban por el lugar. Afuera familiares de Tamayo y personas cantaban intensamente en español. Un ruido de motores los obligaba a subir la voz. Eran los agentes que venían a apoyar a la familia del policía Guy Gaddis, asesinado el 31 de enero de 1994, supuestamente a manos de Tamayo. Al pasar por la Unidad de las Paredes sus motocicletas rugía a todo lo que daban, en señal de protesta por el retraso en la ejecución.

"Siempre tenía una sonrisa en su cara, andaba contando chistes, así debe ser un policía para que las cosas no te afecten”, dijo el oficial James Koteras, quien viajó especialmente al lugar. Mientras, grupos contra la pena de muerte sostenían la imagen del gobernador Rick Perry en pancartas que lo describían como “asesino”.

Aunque la ejecución de Tamayo es un cierre de vida tanto para la familia Gaddis como la suya, profundiza aún más el debate sobre la pena de muerte en Estados Unidos, sobre todo para los mexicanos que son parte del lllamado caso Avena, quienes alegaron que la falta de asistencia consular fue determinante en sus fallos. 

Tras consumarse la ejecución, la Secretaría (ministerio) de Relaciones Exteriores de México emitió un comunicado. "La ejecución viola la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y contraviene el fallo de la Corte Internacional de Justicia", señala el documento. La cancillería asegura que Estados Unidos tuvo que "revisar y reconsiderar" los veredictos de culpabilidad que se impusieron a Tamayo porque sus derechos a la notificación y asistencia consular "fueron violados por las autoridad de Texas al momento de la detención". 

Patricia Giovani, autora del libro Protocolo de la muerte: mexicanos en la antesala de la ejecución, describió el proceso que Tamayo enfrentó.“Es algo surreal. La persona ya está en la camilla, todo mundo está en silencio, le dan el derecho a decir sus últimas palabras y luego dan la orden. Es muy ceremonial”, recuerda Giovani, que ha presenciado ejecuciones anteriores y recordó que es un momento de inmensa tristeza y angustia. Giovani recibió dos cartas de Tamayo, que están incluidas en su libro. En una de ellas se quejó amargamente de la poca asistencia que su caso había recibido del Gobierno de México.

Funcionarios gubernamentales mexicanos llegaron a la cárcel durante la tarde y defendieron su gestión. Euclides del Moral, director general adjunto de protección del Gobierno de México, aseguró que el caso de Tamayo “ha estado incluido en el programa de asistencia sobre pena de muerte desde 2002 y durante todo este tiempo se han hecho múltiples gestiones legales”. "En días recientes hemos estado en pleno contacto con la familia y ellos nos han expresado su agradecimiento”, agregó.

La madre de Gaddis Gayle, sus hermanos Russell y Gary, y su cuñada Angela fueron testigos de la ejecución, entre un total de 31 personas. Ningún pariente de Tamayo estuvo entre ellos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_