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El presidente del PD italiano dimite por el pacto entre Renzi y Berlusconi

Gianni Cuperlo afirma que renuncia porque esta "sorprendido" y "alarmado" de la nueva concepción del partido

Foto de archivo del político italiano Gianni Cuperlo.
Foto de archivo del político italiano Gianni Cuperlo.Max de Santis (CORDON PRESS)

En la política italiana, y ya no digamos en el centroizquierda italiano, los amigos resultan mucho más nocivos que los enemigos. Al ejemplo reciente de Silvio Berlusconi, traicionado por su delfín, Angelino Alfano, en el momento más delicado de su carrera política, se une ahora el de Matteo Renzi, dejado en la estacada por el presidente del Partido Democrático (PD), Gianni Cuperlo, justo cuando había alcanzado un principio de acuerdo con el centroderecha para reformar la ley electoral.

Cuperlo, que había aceptado la presidencia del partido después de perder las primarias contra Renzi hace solo seis semanas, se sintió ofendido el lunes cuando, durante la dirección nacional del PD que avaló la iniciativa de Renzi de pactar con Berlusconi, algunos partidarios del nuevo líder achacaron al "rencor" su oposición al acuerdo.

En una carta abierta, Gianni Cuperlo, antiguo dirigente comunista, afea además a Renzi que impusiera a la dirección del partido la aprobación de todo el paquete de reformas: "Dimito porque estoy sorprendido y alarmado por una concepción del partido y del enfrentamiento en su seno que no puede doblegarse hacia la homologación de lenguaje y de pensamiento". La propuesta de Renzi fue aprobada con 111 votos a favor, 34 abstenciones y ningún voto en contra.

No dimite ni por envidia ni mucho menos por rencor” Gianni Cuperlo

Pero ni 24 horas después de tan extraño ejercicio de unanimidad, el centroizquierda italiano volvió por sus fueros. Gianni Cuperlo y Matteo Renzi intercambiaron sendas cartas abiertas en las que, bajo un lenguaje florentino, dejan constancia del abismo político que los separa. Cuperlo, tras asegurar que no dimite "ni por envidia ni mucho menos por rencor", sino para ejercer la crítica sin las ataduras del cargo, ataca a Renzi llegando a insinuar que traiciona los valores de la izquierda: "Dimito porque quiero al PD y quiero comprometerme a reforzar su estructura interna, ideas y valores de esa izquierda reformada, sin la que este partido simplemente dejaría de existir". El alcalde de Florencia recogió el guante enseguida.

Tras aceptar la dimisión y agradecer el trabajo de las últimas seis semanas, le devuelve la daga envenenada: "Somos el Partido Democrático no solo por el nombre. Un partido vivo, dinámico, plural, apasionado. Un partido de verdad, no de plástico. Un partido en el que se discute en serio, no se finge. A cara descubierta y no con chismes en los pasillos. Mirándose a los ojos y no a través de las agencias de prensa. Siento que te hayas sentido ofendido (...). Este partido es una comunidad amplia, difícil. Donde te puedes sentir ofendido si te llaman rencoroso. Y donde se puede permanecer con una sonrisa aunque te llamen fascista...".

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