Obama respalda el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara
El presidente recibe al rey Mohamed VI para discutir las reformas democráticas de su país y la estabilidad en la región
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reconocido la viabilidad del plan para la autonomía del Sáhara Occidental que Marruecos presentó en 2007 durante su encuentro en la Casa Blanca con el rey alauí, Mohamed VI. Tras las tensiones que surgieron entre ambas naciones en abril, cuando la delegación estadounidense en Naciones Unidas trató de incorporar un sistema de supervisión de los derechos humanos a la Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) -una iniciativa que se frustró por las presiones marroquíes-, el encuentro entre los dos mandatarios ha evidenciado la estrecha relación que une a sus respectivos países.
EE UU ha dejado claro que el plan de autonomía de Marruecos es serio, realista y creíble y que representa una potencial vía que podría satisfacer las aspiraciones del pueblo saharaui para poder gestionar sus propios asuntos con paz y dignidad” Barack Obama
EE UU siempre ha tratado de mantener una posición de neutralidad respecto del conflicto del Sáhara y, este viernes, Obama ha hecho hincapié en esa política. “Nuestra postura ha sido consistente a lo largo de los años, EE UU ha dejado claro que el plan de autonomía de Marruecos es serio, realista y creíble y que representa una potencial vía que podría satisfacer las aspiraciones del pueblo saharaui para poder gestionar sus propios asuntos con paz y dignidad”, ha reconocido el presidente de acuerdo con el comunicado conjunto publicado tras el encuentro. El plan marroquí prevé un referéndum sobre un estatuto de autonomía para el Sáhara, mientras que el Frente Polisario aspira directamente a un referéndum de autodeterminación. El presidente ha instado a ambas partes a trabajar para encontrar una solución.
El lunes pasado, nueve antiguos embajadores de EE UU en Marruecos remitieron una carta a Obama en la que le pedían que apoyara al país africano en sus esfuerzos por resolver el conflicto con el pueblo saharaui. “Es hora de que EE UU sea contundente en el Consejo de Seguridad y que deje claro que la única manera realista de resolver esta situación es garantizando un territorio autónomo bajo la soberanía marroquí, para que la comunidad internacional pueda centrarse en resolver otros asuntos de mayor importancia en la región”, señala la nota. La petición de los embajadores se suma a la de varios legisladores -la mayoría republicanos- e inversores estadounidenses que desean que el presidente se implique de manera directa en resolver este conflicto, frente a una buena parte del Partido Demócrata que no oculta sus simpatías por el Frente Polisario.
De su primera reunión con Obama, Mohamed VI parece haber arrancado, al menos, una neutralidad positiva hacia la disputa. Para EE UU conservar las buenas relaciones con Marruecos es esencial. La inestabilidad en Egipto convierte al país alauí en el principal aliado de Washington en una región que se ha convertido en una de las principales prioridades para la seguridad de EE UU debido al asentamiento y extensión de los grupos extremistas pertenecientes a Al Qaeda en el Magreb.
La inestabilidad en Egipto convierte al país alauí en el principal aliado de Washington en una región que se ha convertido en una de las principales prioridades para la seguridad de EE UU debido al asentamiento y extensión de los grupos extremistas pertenecientes a Al Qaeda en el Magreb
Marruecos ha demostrado que es un aliado fiable en la lucha contra el terrorismo con su implicación en la intervención militar en Malí para frenar el avance de rebeldes islamistas en ese país. Obama ha reconocido el compromiso de la nación africana y su papel en el Consejo de Seguridad de la ONU “para avanzar en el alcance de la paz y la seguridad en el Sahel, Siria, Libia y Oriente Próximo”.
Marruecos, además, es uno de los pocos países de la zona que no se ha visto desestabilizado por las revueltas de la Primavera Árabe, gracias a las reformas democráticas impulsadas desde el trono alauí y al férreo control sobre la sociedad que ejerce su titular. Durante su encuentro, Obama ha reafirmado a Mohamed VI “la colaboración de EE UU en el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la sociedad civil y un gobierno de inclusión”. El modelo marroquí es el que EE UU desearía que se extendiera en el resto de las monarquías de la región, máxime cuando Washington está necesitado de Gobiernos que no se vean amenazados por revueltas internas para impedir la penetración de los extremistas islámicos y contener la expansión de Al Qaeda en el Norte de África.
Las buenas relaciones que la familia real marroquí mantiene tanto con Palestina como con Israel también convierten al país africano en uno de los más firmes interlocutores de la región -ahora que Egipto está enrocado en sus problemas internos- para tratar de sacar adelante el frágil proceso de paz entre ambos países impulsado por el secretario de Estado, John Kerry.
Obama ha reafirmado a Mohamed VI “la colaboración de EE UU en el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la sociedad civil y un gobierno de inclusión”
Durante la reunión, ambos líderes han “reafirmado su compromiso con el sistema de derechos humanos de Naciones Unidas y en su papel en la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Varias organizaciones de derechos civiles han denunciado que mientras Obama y el rey alauí estaban reunidos, en Marruecos se sentaban en el banquillo dos jóvenes de 14 años acusados de indecencia pública por colgar una foto de ambos besándose en Facebook. Amnistía Internacional ha llamado la atención estos días sobre la ley que obliga a las mujeres a contraer matrimonio con sus violadores, lo que ha provocado que en los últimos meses varias chicas hayan acabado con sus vidas para evitar tener que casarse con su agresor.
La relación diplomática con Marruecos se remonta a la presidencia de George Washington, ya que el país africano fue el primero en reconocer a EE UU como una nación independiente. Algo que ya recordó el presidente John F. Kennedy al padre de Mohamed VI, Hassan II, durante su encuentro en la Casa Blanca, ocho meses antes de ser asesinado en Dallas. “Aunque nos separa un océano, ambos países hemos estado unidos a lo largo de toda nuestra historia. Su país fue el primero en reconocer a EE UU en los días más difíciles de nuestra revolución y tiene una importancia estratégica en el mundo”. Como la mayoría de sus palabras, las de Kennedy también se confirmaron en el futuro. Un ejemplo de la preeminencia de Marruecos para EE UU es que, desde que llegó al poder, el actual monarca alauí ha sido recibido en el despacho Oval por Bill Clinton, George W. Bush y, ahora, por Obama.
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