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Putin gana un pulso a la UE en Ucrania

Kiev congela los trabajos para la firma del tratado de asociación con los Veintiocho

Pilar Bonet
Una diputada de la oposición con una camiseta de Timoshenko.
Una diputada de la oposición con una camiseta de Timoshenko.SERGEY DOLZHENKO (EFE)

Las realidades económicas de Ucrania y las presiones de Rusia, que podría empeorarlas, se impusieron a los proyectos modernizadores de Kiev el jueves cuando el Gobierno dirigido por Nikolái Azárov decidió "interrumpir los preparativos" del tratado de Asociación con la Unión Europea. Este documento, que implica una zona de libre comercio con la EU, hubiera debido firmarse en la cumbre de Vilnius el 28 y 29 de noviembre, si Ucrania hubiera cumplido las condiciones de Bruselas.

Antes de anunciarse la decisión, la Rada Suprema (el parlamento) rechazó los diversos proyectos de ley para que la ex primera ministra Yulia Timoshenko pudiera recibir tratamiento médico en el extranjero. Liberar a Timoshenko, condenada a siete años por firmar unos gravosos acuerdos de importación de gas de Rusia, era una de las condiciones de la UE. Otras, son la reforma de la ley de la Fiscalía y la del sistema electoral, dos documentos sobre los que el parlamento sigue trabajando.

La Rada rechaza que Timoshenko pueda ser tratada en Alemania

Liberar a Timoshenko es tal vez el trance psicológico más difícil para el presidente Víctor Yanukóvich, pero los motivos por el cual Ucrania ha congelado la firma del tratado son más complejos y responden en gran parte a las presiones que Rusia ha ejercido sobre el país vecino, dandole a entender que el proyectado desarme arancelario con la UE tendría secuelas negativas para su propia industria, además de perjudicar las relaciones con la Unión Aduanera ( Rusia , Bielorrusia y Kazajistán). Moscú ha restringido las importaciones metalúrgicas y de productos alimenticios de Ucrania y ha impuesto normas aduaneras que provocan largas colas de vehículos en la frontera. La industria ucraniana, localizada sobre todo en las regiones orientales que son el feudo de Yanukóvich, depende del gas ruso, cuya factura no cesa de aumentar.

Los motivos alegados para la decisión gubernamental son básicamene dos: El primero es el deseo de una mayor claridad en las compensaciones que obtendrá Ucrania por la pérdidas de los mercados de Rusia y la Comunidad de Estados independientes ( CEI o entidad formada por los países postsoviéticos). El segundo es la falta de un mercado interior que resista la invasión de mercancías comunitarias.

La relación de Ucrania con los dos proyectos integradores del continente (la UE y la Unión Aduanera) se ha presentado como una disyuntiva Oeste-Este. Ahora, Ucrania intenta transformar el dilema en un triángulo con vértices en Bruselas, Kiev y Moscú. El gobierno quiere formar una comisión tripartita con la UE y Rusia para estudiar los problemas causados por el tratado y ha ordenado al ministerio de Exteriores, junto con el ministerio de Desarrollo Económico y el de Política Industrial, que hagan esta propuesta a Bruselas y a Moscú. También ha dado orden de "renovar el diálogo activo" con Rusia y otros Estados de la Unión Aduanera y de la CEI para "reavivar las relaciones comerciales y económicas".Asimismo, el Ejecutivo quiere corregir programas de cooperación con países de la CEI "con el fin de conservar puestos de trabajo y resolver otros problemas sociales".

En Moscú, el jefe del Estado ruso se declaró favorable a mantener conversaciones con Ucrania y la UE antes de que Kiev firme el tratado de Asociación. Putin se ha reunido a puerta cerrada con su colega ucraniano en dos ocasiones últimamente. No está claro si el líder ucraniano ha obtenido de Rusia concesiones menores o rebajas sustanciales, por ejemplo en el precio del gas, señalaron por teléfono medios políticos desde Kiev.

En Viena, donde estaba visita oficial, Yanukóvich declaró que su país continua el rumbo hacia la integración con Europa. "Seguiremos por el camino de la integración europea", dijo. Mientras tanto, el comisario Stefan Füle, el responsable de la política de asociación oriental, canceló su viaje a Kiev, que hubiera sido el segundo en eseta semana.

La decisión de gobierno es "el resultado del análisis de las relaciones comerciales entre Ucrania y Rusia de los últimos meses", dijo en Kiev el viceprimer ministro ucraniano, Yuri Boiko, según el cual el gobierno cumplía ordenes del presidente para evitar que empeorara la situación social. Boiko dijo que la decisión influirá en el campo energético, la construcción de maquinaria, el sector espacial y la aviación y calculó que se pueden crear cerca de 40.000 puestos de trabajo gracias a la renovada colaboración con Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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