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“Las consecuencias son las de un gran terremoto seguido de inundaciones”

Las ONG que operan en Filipinas describen un panorama apocalíptico tras el paso de Haiyan

Dos filipinos se abren paso entre los escombros de Tacloban.
Dos filipinos se abren paso entre los escombros de Tacloban. FRANCIS R. MALASIG (EFE)

Tres días después de que el huracán golpeara con fuerza seis la costa oriental filipina, el Gobierno no ha dado aún una cifra realista de víctimas mortales. El balance oficial del Consejo de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres Nacionales de este lunes a las seis de la mañana (siete horas menos en la España peninsular) es de 255 muertos y 38 desaparecidos.

“Es muy difícil llegar a las zonas más afectadas; el acceso está limitado, debido al daño causado a las infraestructuras y las comunicaciones por el tifón”, ha afirmado Tomoo Hazumin, representante de Unicef en Filipinas. “Hay un número terrible de muertos, por todos lados, mucha destrucción”, ha dicho Richard Gordon, director de la Cruz Roja en Filipinas, a la cadena de televisión BBC. “Es un follón absoluto ahora mismo, pero tengo la esperanza de que la situación mejorará conforme lleguen más y más suministros a la zona”.

“La gente en (la isla de) Leyte está todavía atrapada en las áreas en las que quedaron después del tifón. El nivel del agua es aún muy alto y los que han evacuado carecen de comida, agua y medios de higiene”, explica Al Edillor, enfermero y voluntario en la oficina de la Cruz Roja en esta ciudad, capital de la isla de Cebú, vecina a Leyte, ambas en la zona central de la costa este de Filipinas.

“La gente está haciendo lo que puede para sobrevivir, van a las tiendas que han sido cerradas para conseguir comida, agua y otros suministros para sobrevivir. La Cruz Roja de Cebú ha enviado agua a los encargados de distribuir los suministros. Estamos repartiendo productos de emergencia en nuestra provincia, en la zona norte, porque tenemos que dar prioridad a la gente en nuestra provincia, que también se ha visto muy afectada. Al mismo tiempo, estamos empacando artículos para ayudar a otras divisiones de la Cruz Roja en Leyte”. Explica Edillor.

El hospital regional de Tacloban ha sido golpeado por una inundación y el equipamiento médico ha desaparecido

“El sábado y el domingo evaluamos la zona norte de (la provincia de) Cebú, a unas cuatro horas de Cebú ciudad. La mayoría de las municipalidades y las ciudades han sido destruidas en un 90%-95%. Ocho municipalidades y tres ciudades han sido devastadas. Todavía hay partes de la provincia a las cuales no hemos podido acceder porque son áreas montañosas y las carreteras están cortadas. La división de la Cruz Roja en Leyte está funcionando, pero no tenemos comunicación con ellos porque no hay línea de teléfono ni electricidad”.

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Tata Abella-Bolo, de Intermón-Oxfam, describe un paisaje desolador en el norte de la isla de Cebú, a su vuelta de un viaje de reconocimiento al norte de la isla filipina golpeada por el tifón. “Las casas están completamente destruidas, incluido el Ayuntamiento. No hay electricidad, ni agua para beber. Las autoridades locales dicen que tardarán al menos un mes en poder reestablecer la corriente eléctrica”.

Abella-Bolo explica que el problema más acuciante es precisamente la falta de agua. La mayor parte de la población se encuentra refugiada en centros públicos a donde fueron evacuados preventivamente 8.000 personas, pero que e incluso allí algunos tejados han volado. "Hay muchos en el centro cultural, pero el tejado ha salido volando por los aires". Las casas particulares, construidas con madera y uralita han quedado arrasadas.

El acceso a las poblaciones más afectadas ha sido hasta ahora complicado debido a la cantidad de árboles y postes de la electricidad que yacen sobre las vías de comunicación. “Falta agua, alojamiento y medicinas”, indica en conversación telefónica Abella-Bolo, quien apunta a un problema menos urgente, pero crucial para la supervivencia de la población local. “Aquí la gente vive sobre todo de la pesca y han perdido sus barcos, que han quedado destruidos en el mar”.

Se estima que el tifón destruyó entre el 70% y el 80% de las estructuras que encontró a su paso. La mayoría de las muertes fueron provocadas por olas de cinco a seis metros levantadas por el huracán, que inundaron y barrieron pueblos y aldeas costeros. Las imágenes recuerdan a las del tsunami de 2004, que asoló la costa del Índico. Más de 200.000 personas murieron entonces como consecuencia del terremoto y el consiguiente tsunami; la mayoría de ellas –unas 170.000- en Indonesia.

La doctora Natasha Reyes, coordinadora de Médicos Sin Fronteras en Filipinas, confiesa que la organización está trabajando en un vacío informativo. "Lo poco que vemos ya nos indica que la situación es terrible, pero lo que no vemos es lo más preocupante", afirma Reyes. "La información que recibimos de Tacloban es que la ciudad entera ha sido devastada. Además, hay cientos de pueblos esparcidos a lo largo de miles de kilómetros por los que ha pasado el tifón y en los que las comunicaciones se han cortado", advierte.

Este tipo de desastres no tiene precedentes en Filipinas. "Las consecuencias son parecidas a un gran terremoto seguido de enormes inundaciones." Describe la responsable de Médicos Sin Fronteras en el país.

"El hospital regional de Tacloban ha sido golpeado por una inundación y el equipamiento médico ha desaparecido. Todavía no está claro qué ha quedado en pie." recuerda Reyes.

Médicos sin Fronteras ha identificado un hospital operativo en Tacloban, al que está planeando apoyar con personal médico, suministros y equipamiento en los dos próximos días. Normalmente, en este tipo de desastres las principales necesidades están relacionadas con los desplazados y las heridas son relativamente menores: cortes, fracturas de huesos o heridas en la cabeza. Pero con tantas casas y edificios destruidos a causa de los fuertes vientos, "esperamos ver heridas de consideración.", afirma Reyes

La infección por tétanos también es un riesgo importante. "Nuestra experiencia en el tsunami de Aceh (2004) y otros desastres nos dice que la gente tiende a rebuscar en los escombros de sus casas y se hacen cortes que se infectan rápidamente, así que la vacunación contra el tétanos es fundamental.", explica la responsable de la ONG

Como filipina, sé que somos resistentes. Hemos sido golpeados una y otra vez por los desastres naturales, por lo que si hay tanta gente desesperada y aturdida, la situación ha de ser realmente mala.", advierte Reyes

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