Bruselas recuerda que las competencias en inmigración pertenecen a los Estados
Ante las críticas de Italia por la inactividad europea en la gestión del naufragio de Lampedusa, la Comisión se lava las manos
Cuando ocurre una tragedia como la de Lampedusa, la búsqueda de responsables suele atascarse en un cruce de acusaciones. Eso es exactamente lo que sucedió ayer en Bruselas: ante las críticas de Italia por la inactividad europea en la gestión del naufragio, la Comisión se dedicó a echar balones fuera repitiendo que “no es competencia comunitaria”. La gestión y el control de las fronteras es competencia exclusiva de los Estados miembros y la función de la Unión Europea es sólo dar apoyo a los países que lo demanden. Pero los más de 100 muertos en el naufragio, unidos al ascenso de partidos populistas que acusan a los inmigrantes de todos los males europeos a lo largo y ancho del continente, convierten el fenómeno de la inmigración en una patata caliente que nadie parece querer afrontar.
La Comisión ha pedido en muchas ocasiones a los países de la UE que aumenten la acogida de refugiados porque los esfuerzos hechos hasta ahora “son muy limitados, los Estados miembros deben hacer más”, según un portavoz. Recordó que Bruselas solo puede acudir en ayuda de los países tras una petición formal, y no quiso hacer comentarios sobre la ley italiana que castiga a quien ayuda a un inmigrante en situación irregular. Ante la incesante batería de preguntas sobre la inacción de Bruselas en lo relativo a los problemas derivados de la inmigración, el mismo portavoz respondió irritado: “Frontex [la Agencia de Control de Fronteras europea] ha salvado a 16.000 personas en el Mediterráneo en los dos últimos años con un presupuesto cada vez más reducido; la Comisión no acepta acusaciones falsas”. Bruselas denuncia la sangría que supone la falta de financiación: Frontex cuenta sólo con 85 millones de euros de presupuesto para 2013, congelado respecto al año pasado.
Cecilia Malmström, la comisaria europea de Interior, quiere convencer a los Estados miembros de que hay que ampliar “los canales para la entrada legal de inmigrantes en Europa”. Mälmstrom asegura que debe cambiar es la percepción negativa que tienen los países europeos sobre la inmigración. Pero lo cierto es que los mismos Estados que piden responsabilidades a Bruselas cuando ocurre una tragedia como la de Lampedusa, son precisamente los que se resisten a ceder competencias a la UE en materia de política migratoria. Por ello, fuentes de la Comisión consideran “inaceptable” que se acuse a la UE de inactividad, porque “no todos los Estados miembros están dispuestos a hacer ese tipo de concesiones”.
El Consejo de Interior la UE, que se reúne el próximo martes, ha incluido en el último momento el debate sobre las consecuencias del desastre en el orden del día. Pero todo apunta a que, una vez más, todo quedará en una declaración de intenciones. A pesar de la tragedia, cada país seguirá lavando los trapos sucios de la inmigración en casa, opinan fuentes europeas.
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