EE UU y Rusia discrepan sobre si el acuerdo contempla el uso de la fuerza
Kerry afirma que Moscú aceptó en Suiza activar el capítulo de la carta de la ONU que contempla las represalias militares contra Damasco, pero el ruso Lavrov lo niega
Francia, Estados Unidos y Reino Unido acordaron este lunes en París una estrategia común para llevar esta misma semana al Consejo de Seguridad de la ONU “una resolución fuerte y apremiante” que amenace al régimen sirio con el uso de la fuerza si Damasco no cumple las condiciones que le imponga el Consejo para desmantelar su arsenal químico. Tras pactar con Rusia en Ginebra la entrega de las armas prohibidas, el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, enfatizó que la resolución se enmarcará en el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas y contemplará “consecuencias serias” para el régimen. Kerry aseguró que Moscú aceptó en Ginebra el recurso al Capítulo VII. Pero Moscú reaccionó de forma inmediata, y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, repitió que el acuerdo no contiene ninguna referencia ni puede ser usado para adoptar una resolución que contemple el uso de la fuerza.
Qué dice el Capítulo VII de la Carta de la ONU
- El acuerdo entre EE UU y Rusia contempla que "en caso de incumplimiento, [...] el Consejo de Seguridad deberá activar el Capítulo VII de la Carta de la ONU.
- El capítulo VII establece el tipo de "acción en caso de amenazas a la paz" o "actos de agresión". Los artículos 41 y 42 detallan que esas acciones incluyen sanciones económicas y que de resultar "inadecuadas", el Consejo "podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales".
En el comienzo de lo que será probablemente una dura negociación para pactar los términos de la resolución que debe plasmar el acuerdo de desarme químico del régimen siro, firmado por EE UU y Rusia el sábado, Kerry empleó una retórica firme y agresiva, y señaló que el objetivo del actual proceso político es que “los sirios se desembaracen de Bachar el Asad”, del que dijo: “Ha perdido todo sentido de la responsabilidad y no puede seguir dirigiendo el país”. “Si el régimen de Asad cree que no somos serios, entrará en un juego peligroso”, enfatizó Kerry ante la prensa en el Quai d'Orsay junto a su homólogo francés, Laurent Fabius, y británico, William Hague, tras reunirse en el Elíseo con François Hollande.
El jefe de la diplomacia de EE UU fue terminante sobre el marco de referencia que debe inspirar la resolución del Consejo de Seguridad. “Si El Asad no cumpliera los términos, no se equivoquen, todos estamos de acuerdo, y esto incluye a los rusos, en que eso tendría consecuencias serias para el régimen”. “El acuerdo compromete absolutamente a EE UU y Rusia a imponer medidas bajo el Capítulo VII en caso de incumplimiento sirio”, insistió.
Midiendo más las palabras, Kerry explicó que “Rusia acordó en Ginebra que el Capítulo VII se mencionará específicamente en la ruta de cumplimiento en caso de que haya incumplimiento o de que alguien use armas químicas en Siria. Bajo cualquiera de esas circunstancias, estamos de forma automática en el Capítulo VII según lo acordado en Ginebra. Así que la mención está ahí”.
El ministro galo Laurent Fabius trató de aumentar la presión sobre Damasco al afirmar que Francia espera que el texto final de la ONU haga referencia a la necesidad de castigar a los responsables de los crímenes de guerra, y anunció que París ha impulsado una reunión internacional que se celebrará en Nueva York para reforzar la ayuda a la Coalición Nacional Siria, con la vista puesta en la conferencia de paz Ginebra 2.
Desde Moscú, Lavrov rebatió y matizó los mensajes de los socios occidentales. Afirmó que las declaraciones de los aliados en el sentido de que la resolución debe ser adoptada esta semana indican que “no se ha entendido el acuerdo de Ginebra” y revelan “la ausencia de deseo de leer el documento”. “Al principio, la decisión debe ser tomada por la Organización de Prohibición de Armas Químicas, luego el Consejo de Seguridad debe apoyarla y el Capítulo VII aquí no está previsto”, señaló el ministro en una conferencia de prensa con su colega egipcio Nabil Fajmi.
Con todo, Lavrov admitió que en Ginebra los estadounidenses “tenían gran deseo” de que la resolución del Consejo de Seguridad incluyera la posibilidad de recurrir a la fuerza. “Pero el documento acordado, el que aprobamos y que es nuestra guía para actuar y nuestra obligación mutua, no contiene esa mención”, aseguró el ministro, según el cual “otra cosa es que de repente, durante el cumplimiento de la resolución que adopte la Organización de Prohibición de Armas Químicas, se advierta que no se cumplen las obligaciones, que surgen problemas para garantizar la seguridad o que el Gobierno y la oposición emprenden acciones que amenazan el trabajo de los inspectores, o que alguien, no importa quien, emplee armas quimicas”. Entonces, “sobre los hechos contrastados”, el Consejo de Seguridad puede tomar una nueva resolución sobre la base del Capítulo VII, “pero esa será otra resolución completamente distinta”, puntualizó.
Lavrov instó a dejar avanzar el proceso político y manifestó su esperanza de que EE UU se ajustará a lo acordado, pese a las voces que llegaban desde los países occidentales. “El acuerdo más importante con EE UU consiste en que preparamos un proyecto de resolución donde se detallen los procedimientos, lugares donde están las sustancias químicas y sus ingredientes, la cantidad de expertos que se necesitan, etcétera”, explicó Lavrov.
El ministro ruso criticó también a la oposición siria por poner condiciones para la celebración de la conferencia de Ginebra 2, y manifestó que está llegando la hora de “obligarles” a participar en lugar de tratar de “convencerles”. Lavrov acusó a los líderes de la Coalición Nacional Siria de negarse a dar pasos para encauzar el problema de forma constructiva, pero les invitó a acudir a dialogar a Moscú. Lavrov insistió en que su país trabaja con la oposición y que todos sus integrantes, excepto la Coalición, han pasado por Moscú. “Consideramos que debemos hablar con todos y que para resolver el conflicto la clave no es el aislamiento, sino la inclusión de todos”, dijo.
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