El Congreso de México, cerrado por manifestación
Cientos de personas cierran los accesos al palacio legislativo y obligan a los diputados a cambiar de sede Los manifestantes protestan contra un proyecto de ley que exige la evaluación periódica del desempeño de los profesores
Los diputados mexicanos no han podido trabajar esta tarde en el Palacio Legislativo de San Lázaro. En su lugar, han sido obligados a trasladarse a la sede del Senado para inaugurar la sesión. ¿La razón? Miles de miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación han impedido el acceso a la sede legislativa. “Los vamos a tener que perseguir”, ha dicho esta tarde Rubén Núñez, uno de sus líderes. ¿Por qué la indignación? La cámara baja discute hoy las modificaciones a la ley de educación que, entre otras cosas, contempla que a los profesores de escuelas públicas sean sometidos a evaluaciones periódicas para conservar su empleo. Algo que no ocurre en México.
México dedica el 15% de su presupuesto a la educación, pero cerca del 93% del gasto se destina a pagar la nómina de los profesores. Los dos principales sindicatos del país (CNTE y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, liderado hasta este año por Elba Esther Gordillo, encarcelada por corrupción) son de los más numerosos de América Latina.
La modificación a la ley prevé que la evaluación sea el principal vehículo para el ingreso, permanencia y ascenso de los profesores. La iniciativa contempla que sean sometidos a programas de regularización, auxiliado por tutorías, de suspender las pruebas y permite que se presenten dos veces más. Si fallan en el tercer intento, se da por terminada la relación laboral.
Por esta propuesta, los miembros del CNTE que se manifiestan en el DF han mantenido un paro laboral desde que este lunes inició el nuevo curso escolar en el país. Más de 12.000 escuelas permanecen cerradas y más de un millón de niños han sido afectados.
A lo largo de esta semana, los miles de manifestantes –los cálculos, según la fuente que se consulte, fluctúan entre 5.000 y 30.000– han sumido a la capital mexicana en un caos vial por encima del de por sí desquiciado tráfico habitual de la ciudad, una de las más grandes del mundo.
Antes de llegar a la sede legislativa de San Lázaro –donde acamparon desde la noche de ayer en medio de actos vandálicos que dejaron 27 policías heridos y que los organizadores atribuyen a “infiltrados”– los profesores bloquearon el paso en varias de las avenidas más importantes del DF en un radio de ocho kilómetros. ¿El resultado? Un trayecto que usualmente lleva unos 20 minutos puede alargarse dos horas.
Los diputados intentaron negociar a lo largo de la tarde con los manifestantes para que abrieran los accesos al palacio legislativo e incluso el inciso de la polémica, el que contempla los cambios en la evaluación, fue retirado durante unas horas de la Gaceta parlamentaria del día. Al fracasar las negociaciones, el punto ha reaparecido en el listado de puntos a discutir.
El alcalde del DF, Miguel Ángel Mancera, ha pedido a los manifestantes que “no conviertan a la ciudad en un campo de batalla”. Los líderes de los grupos parlamentarios han insistido en que la sesión prevista se realizará en el Senado, pese a que los 128 escaños de la Cámara alta son insuficientes para los 500 diputados mexicanos.
Eso sí, pese al caos, la caballerosidad no falla. El periódico Reforma detalla que los 128 asientos serán ocupados por “las senadoras y diputadas” durante la inauguración de la sesión.
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