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“Europa tendría que ser más humilde con Latinoamérica”

La excomisaria europea afirma que América Latina ha pasado antes por crisis como la del euro

T. F.
Benita Ferrero-Waldner, presidenta de la Fundación EU-LAC.
Benita Ferrero-Waldner, presidenta de la Fundación EU-LAC.CRISTÓBAL MANUEL

Benita Ferrero-Waldner (Salzburgo, 1942) es presidenta de la Fundación EU-LAC desde su creación, en mayo de 2010. Tras una carrera diplomática que la llevó desde el puesto de ministra de Relaciones Exteriores de Austria a Bruselas, donde fue comisaria europea durante seis años. Ahora, desde la fundación que preside, pretende reforzar las relaciones entre la Unión Europea y Latinoamérica. En un español impecable, Ferrero-Waldner explica los progresos y desafíos en las relaciones transatlánticas.

Pregunta. En la última conferencia de EU-LAC, en Santiago de Chile dijo que Europa y América Latina ya se miran de igual a igual. ¿Qué ha pasado para que la relación haya cambiado de esa manera?

Respuesta. Por un lado, la crisis en Europa, y por otro, la bonanza y la prosperidad en Latinoamérica en general. ¿Por qué? Porque por una vez, América Latina ha hecho sus tareas. Tras 31 crisis económicas, han aprendido sus lecciones, de forma que ahora tienen una política macroeconómica bastante más consolidada que la nuestra. Si a esto le sumamos una demanda fuerte en Asia y el auge de los precios de las materias primas, todo esto ha hecho crecer muchísimo a los países latinoamericanos.

P. ¿Y los países están aprendiendo a convivir con este estado de cosas?

R. Creo que sí. Lo vimos en la última cumbre de EU-LAC, en Santiago de Chile. Hay que recordar que Europa sigue siendo el mayor inversor en América Latina, y que somos el segundo socio comercial después de EE UU.

P. Hay voces en América Latina que muestran resentimiento a lo que llaman neocolonialismo.

El incidente con el avión del presidente Morales no puede llevar a un deterioro de nuestras relaciones”

R. Creo que tenemos que ser sensibles a los deseos y necesidades de los diferentes países de América Latina. Es importantísimo recordar que es un continente más heterogéneo que Europa, si cabe. Y, después, creo que tenemos que mostrarnos más humildes. Nuestra relación ha de ser de igual a igual, porque creo que podemos aprender muchísimo de los países latinoamericanos. En un diálogo formado e informado, siempre he visto contribuciones muy valiosas, tanto de un lado del Atlántico como del otro. El incidente con el avión de Evo Morales tiene que servirnos de recordatorio de que necesitamos seguir construyendo confianza mutua. Estoy de acuerdo con el presidente Santos, de Colombia, que dijo que el incidente es lamentable pero que no puede llevar a un deterioro de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina. Es importante recordar que ha sido un incidente entre varios países de la UE y un solo país latinoamericano; no ha sido la Unión Europea, no ha sido con todo el continente.

P. ¿Cuál es la visión sobre América Latina que tienen los países europeos en general? ¿Hay diferencias entre unos países y otros?

R. Somos un continente con muchos países y mentalidades diferentes, pero toda la Unión Europea comparte la visión de que América Latina está en un muy buen momento, que somos socios naturales, y que esto debe traducirse en mucha cooperación, tanto política como comercial y económica. Y, además, tenemos una política común.

P. Pero en ciertos casos es difícil llegar a una posición común sobre América Latina.

R. Naturalmente. Pero al final, siempre coordinamos nuestras posiciones y esa posición es la que adoptan y defienden todos los países de la UE.

P. En las últimas semanas hemos visto en Brasil como la clase media emergente se compara con otros países y exige servicios públicos de calidad similar.

R. El crecimiento económico trae un ascenso de la clase media. Y esta clase media quiere calidad en todo. Infraestructuras, transportes, un sistema de seguridad social y de sanidad pública, jubilaciones… cosas que los europeos, poco a poco, hemos construido a lo largo de dos siglos. El objetivo deja de ser poco a poco el crecimiento y pasa a ser el bienestar personal y social.

P. Aparte de poner el ejemplo, ¿qué más puede aportar Europa para mejorar los servicios en Latinoamérica?

Queremos ofrecer a América Latina las herramientas que le han funcionado a Europa”

R. Tenemos algunas ideas que queremos trabajar desde nuestra fundación. Queremos ofrecer una caja de herramientas: esto es lo que ha ayudado a Europa. Y entre estas herramientas está el impulso a las pequeñas y medianas empresas, que son las que realmente crean trabajo; desarrollar la formación profesional, aumentar la inversión en I+D... Queremos ayudar a las pequeñas empresas a ganar competitividad, a ser más productivas, a internacionalizarse. Queremos impulsar la formación de núcleos, por ejemplo la industria del automóvil, que genera cientos de industrias auxiliares.

P. ¿Cómo cree que la debilidad económica europea se ve desde América Latina?

R. Creo que la primera reacción ha sido de shock. Pero creo que ahora se dicen: ¿Por qué no nos preguntan cómo hemos superado nuestras crisis?

P. ¿Cuál sería el ideal de relaciones con América Latina?

R. Yo creo que debemos seguir cooperando en todo donde nosotros los europeos podamos mostrar que podemos aportar valor añadido, sobre todo en cuestiones de estado de bienestar. En Europa hemos creado la economía social de mercado, que es un modelo de desarrollo económico que respeta al ser humano y que, si se me permite generalizar, es el modelo que América Latina aspira a tener en el futuro. Para Europa y EE UU, América Latina es el Extremo Occidente, es otro mundo, pero hay que recordar y aprovechar que tenemos muchas cosas en común.

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Sobre la firma

T. F.
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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