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70 empresas se comprometen a mejorar sus talleres en Bangladesh

Las empresas y los sindicatos acuerdan un plan de seguridad a largo plazo tras el desastre del Rana Plaza Las firmas harán inspecciones coordinadas para detectar riesgos para los trabajadores

Naiara Galarraga Gortázar
Una mujer rodeada de carteles de desaparecidos en la tragedia del Rana Plaza.
Una mujer rodeada de carteles de desaparecidos en la tragedia del Rana Plaza.ANDREW BIRAJ (REUTERS)

Unas 70 marcas que cosen ropa en Bangladesh harán inspecciones coordinadas en sus talleres durante los próximos meses para detectar riesgos inminentes para la seguridad y las vidas de sus trabajadores. Las inspecciones son parte de un plan de seguridad a largo plazo acordado por las empresas —la mayoría europeas— y los sindicatos al calor de la tragedia del Rana Plaza, el colapso de un edificio que el pasado abril mató a 1.129 personas en las afueras de la capital, Dacca. Es uno de los mayores desastres industriales de la historia. Entre los firmantes destacan los dos grandes del sector, la española Inditex y la sueca H&M, junto a otras como Abercrombie &Fitch, Carrefour, El Corte Inglés o Benetton.

Los detalles del denominado plan contra incendios y por la seguridad en Bangladesh —que ganó adeptos a medida que aumentaba la magnitud de la tragedia y los consumidores empezaban a cuestionar las condiciones laborales en el país asiático— acaban de ser presentados. Como primera medida, todas las fábricas donde estas firmas cosen serán inspeccionadas de manera coordinada durante los próximos nueve meses para comprobar si disponen de infraestructura de emergencias como vías de evacuación en caso de incendio o si tienen fallos graves de estructura que pudieran derivar en el colapso parcial o total del edificio.

Si se detecta “un peligro inminente para la vida o las extremidades de los trabajadores” —muchas de las costureras del Rana plaza sufrieron mutilaciones— “el taller será clausurado, se informará a todas las compañías que se surten de ella (no es raro que en una misma fábrica, incluso en un mismo taller, se fabrique para dos marcas) y se exigirá al propietario que cese las operaciones a la espera de la investigación y las obras” necesarias. También está previsto “informar a los trabajadores, vía los sindicatos locales, de cuál es el riesgo y de que tienen derecho a negarse a entrar a un edificio potencialmente peligroso”.

Este último punto es una referencia clara al Rana Plaza, donde la víspera del colapso aparecieron unas grietas que alarmaron a los empleados. La alarma fue tal que los medios locales acudieron a cubrir la noticia. Pero el propietario del edificio, levantado en aguas pantanosas y los permisos necesarios por un cacique local del partido gobernante, la Liga Awami, y los propietarios de los talleres les presionaron para que regresaran a sus máquinas de coser. Muchos supervivientes insistían semanas después que, si no hubieran sido amenazados con el despido, no habían vuelto a sus puestos. Algunos trabajadores añadieron después que, como era la última semana del mes, el riesgo de quedarse sin paga por negarse a trabajar era inasumible. El acuerdo también señala que los empleados recibirán sus salarios mientras el taller permanezca cerrado por riesgo inminente.

“Esta es la única manera de realizar un cambio sostenible y a largo plazo en la industria textil de Bangladesh”, ha asegurado Andy Yok, gerente de comercio ético del grupo N Brown, en un comunicado. Bangladesh, con el salario mínimo más bajo del mundo (29 euros al mes), se ha convertido en la gran máquina de coser del mundo tras China. Un sector clave en la economía local, las condiciones en los talleres son a menudo tan lamentables que ser costurera en Bangladesh es un un oficio peligroso.

Los gigantes estadounidenses del sector no se han sumado a este acuerdo, promovido por los sindicatos mundiales IndustriALL y UNI y diversas ONG como parte de la campaña Ropa Limpia, porque supone asumir responsabilidad legal por la seguridad de las fábricas bangladesíes. El Gobierno de Estados Unidos suspendió a finales de junio algunos privilegios comerciales de los que gozaba Bangladesh como presión a las autoridades y patronal para que mejoren las condiciones de los empleados. La Unión Europea ha amenazado con tomar una medida similar.

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El comité de dirección encargado de implementar lo acordado está integrado por tres representantes de las marcas (uno será un miembro del departamento de Responsabilidad Social Corporativa de Inditex, según ha confirmado un portavoz de la empresa), y tres sindicalistas (uno local y dos de centrales mundiales). Las empresas se comprometen a facilitar fondos para las obras de mejora necesarias. El órgano de dirección estará presidido por un representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y tendrá un órgano asesor que incluye al Gobierno de Bangladesh y a la patronal entre otros.

Las empresas y los sindicatos han iniciado el proceso para contratar un inspector jefe y un coordinador para impartir cursos de formación sobre seguridad en los talleres. Las empresas sufragarán esta estructura de manera proporcional hasta un máximo de 500.000 dólares anuales (390.000 euros).

Las llamadas auditorías sociales que realizan las empresas textiles —fábricas del edificio desplomado habían pasado alguna— no abarcan cuestiones vinculadas a la construcción sino condiciones laborales. Los firmantes harán público un listado de los talleres que quedan cubiertos por el acuerdo.

Las empresas firmantes

Abercrombie & Fitch, Aldi, Auchan, Belotex, Benetton, Bestseller, Bonmarche, C&A, Camaieu, Carrefour, Charles Voegele, Chicca, Comtex, Coop Danmark, Cotton On, Dansk, Daytex, Debenhams, Distra, DK Company, El Corte Ingles, Ernstings’ Family, Esprit, Fat Face, Forever New, Gstar, H&M, Helly Hansen, Hema, Herding Heimtextil, Hess Natur – Textilien GmbH, Horizonte, Inditex, JBC, Jogilo, John Lewis, Juritex, Kik, Kmart (Australia), LC WAIKIKI, Leclerc, Lidl, Loblaw, Mango, Marks and Spencer, Metro, Mothercare, N Brown, New Look, Newtop, Next, Otto Group, Primark, PUMA, PVH, Rewe, S Oliver, Sainsbury, Schmidt Group, Scoop NYC / Zac Posen, Sean John Apparel, Shop Direct Group, Stockmann, Switcher, Target (Australia), Tchibo, Tesco, Texman, Topgrade International, V&D, Varner Group, WE Europe y Zeeman

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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