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Los islamistas radicales mantienen su pulso terrorista en la ciudad de Gao

Cinco terroristas suicidas lanzaron dos ataques e la región del norte. Solo murieron ellos

José Naranjo
Tropas nigerinas llegan a Gao, en una foto de archivo.
Tropas nigerinas llegan a Gao, en una foto de archivo.SIA KAMBOU (AFP)

Cinco terroristas suicidas han lanzado este viernes dos ataques en la región de Gao, en el norte de Malí, contra posiciones militares del Ejército de Malí y Níger sin provocar más víctimas mortales que ellos mismos, así como heridas a dos soldados malienses. Los ataques, que llevan el sello del grupo yihadista Movimiento por la Unicidad del Yihad en África Occidental (Muyao) han tenido lugar en las ciudades de Ménaka y Gossi. Mientras tanto, la tensión sigue en aumento entre las Fuerzas Armadas de Malí y los rebeldes tuaregs del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), que ocupa la región de Kidal, pues ambas fuerzas se encuentran ya a menos de veinte kilómetros de distancia una de otra.

El primer ataque suicida tuvo lugar en Ménaka, a unos 300 kilómetros al este de la ciudad de Gao. Sobre las cinco de la mañana, un solo terrorista a bordo de un vehículo lleno de explosivos logró forzar el control de entrada a un campamento militar ocupado por el Ejército de Níger. La rápida reacción de los soldados, que comenzaron a disparar contra el automóvil, provocó la explosión y la muerte del terrorista sin provocar más víctimas. El Ejército de Níger participa desde el pasado mes de enero en la operación militar Misión Internacional de Apoyo a Malí (Misma) puesta en marcha por la Cedeao en colaboración con el Ejército francés para hacer frente a los grupos armados que ocuparon el norte de Malí durante 10 meses.

El segundo ataque se produjo en Gossi, a unos 185 kilómetros al sudoeste de Gao. Cuatro terroristas suicidas llegaron hasta allí a bordo de un camión de transporte procedente de esta última ciudad. Cuando se encontraban junto al control militar de entrada a Gossi empezaron a disparar contra los soldados malienses, lo que provocó una inmediata respuesta por parte de estos. Tres de los kamikazes lograron accionar los explosivos que llevaban adosados a su cuerpo y un cuarto resultó herido y luego falleció a consecuencia de los disparos recibidos. Dos militares malienses resultaron heridos durante el enfrentamiento.

Estos dos ataques llevan el sello de Muyao, el grupo terrorista de corte islamista radical que ocupó la región de Gao durante diez meses, entre abril de 2012 y enero pasado, y que desde entonces ha protagonizado una decena de ofensivas y atentados similares, tanto en Gao como en Tombuctú e incluso en la norteña Kidal. El primero de estos ataques suicidas, de hecho el primero de la historia de Malí, tuvo lugar a principios de febrero en la propia ciudad de Gao, cuando un suicida a bordo de una moto accionó los explosivos que llevaba adosados junto a un puesto de control militar, muriendo en el acto. Muyao anunció entonces que comenzaba una nueva fase de la guerra contra el Ejército maliense y sus aliados.

Los atentados se producen en un momento en que la tensión es máxima entre las Fuerzas Armadas y los rebeldes tuaregs del MNLA que todavía ocupan una porción del país, que incluye la región de Kidal y parte de la región de Gao. Los miembros del MNLA ocuparon Kidal tras el inicio de la operación Serval por parte de Francia, que hasta ahora ha logrado frenar las aspiraciones de Malí de “reconquistar” esta región. Sin embargo, las Fuerzas Armadas malienses han empezado a avanzar hacia el norte y se encuentran ya en Ménaka, en la ruta hacia Kidal, a unos veinte kilómetros de las posiciones del MNLA.

Mientras las autoridades francesas han lanzado varios llamamientos al diálogo entre rebeldes tuaregs y el Gobierno interino de Malí, lo cierto es que la negativa de los primeros a desarmarse y su rechazo a la llegada de la Administración maliense a Kidal, unido a la sed de venganza de buena parte del Ejército maliense, que acusa al grupo independentista tuareg de haber abierto la puerta a los terroristas de Muyao y AQMI, han hecho que la tensión vaya en aumento en las últimas horas. Un millar de soldados del Ejército chadiano que hasta hace unos días ocupaban una base militar en Kidal han abandonado esta posición hace tres días.

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Pese a que la integridad territorial de Malí no ha sido aún restablecida, el Gobierno pretende mantener la hoja de ruta de la transición y el calendario fijado por la misma, que incluye la celebración de elecciones presidenciales el próximo 7 de julio, dentro de menos de dos meses. Numerosas voces se han alzado ya contra la insistencia del Gobierno de mantener esta fecha contra viento y marea, calendario que también defienden potencias occidentales como Francia y Estados Unidos, principales financiadores de este conflicto y del propio Estado maliense.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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