El Supremo de Brasil publica las 8.405 páginas del proceso del ‘caso mensalão’
La defensa tiene diez días para presentar sus recursos por posibles errores o contradiciones en el texto final Los abogados de José Dirceu, exministro de la Presidencia, albergan la esperanza de reducir la pena de 10 años
Consta de 8.405 páginas el documento que el Supremo de Brasil ha hecho público la mañana del lunes, en el que aparecen todas las discusiones, los pareceres y los votos de condena o absolución de cada uno de los 11 magistrados que condenaron con penas de cárcel y multas a 25 de los 37 reos del llamado mensalão, el mayor escándalo de corrupción política del país.
El proceso, que duró cuatro meses y que fue retransmitido en abierto por la televisión, presenta ahora su documento final, oficial llamado acordão. Cada juez del Supremo ha presentado rubricadas con su firma cerca de mil páginas de su voto final. A partir de ahora, los abogados de la defensa tendrán diez días para presentar sus recursos por posibles errores o contradiciones en el texto final. En este sentido poco puede ya cambiar de lo decidido por el Supremo.
Donde todavía podría haber algún cambio singnificativo de las sentencias es en los llamados “embargos infringentes”, que se dan cuando uno de los condenados tuvo cuatro votos de absolución. Los abogados pueden pedir que en estos casos se repita la votación con un juez instructor diferente. El Supremo, sin embargo, tiene autoridad para denegar esos embargos, ya que la sentencia del mismo es definitiva.
Los abogados de José Dirceu, que fue condenado a diez años de cárcel en régimen cerrado, acusado de haber sido la mente del esquema de corrupción, albergan la esperanza de poder reducir su pena. En la condena por organización criminal, el exministro de Presidencia fue condenado por siete jueces y absuelto por cuatro, por lo que cabría una revisión de aquel voto. Si fuera ahora absuelto de ese crimen su pena podría ser reducida a seis años de cárcel, lo que le permitiría cumplirla en régimen semiabierto, trabajando de día en algún trabajo social y durmiendo en la cárcel.
Acabado el plazo de diez días de los abogados para presentar recursos, los magistrados los analizarán para rechazarlos o aceptarlos y enseguida tendrán lugar las detenciones y prisiones de los 25 condenados, aunque ello podría aún llevar varios meses más de espera.
En estas decisiones finales, uno de los magistrados, Teori Zavaski, es nuevo al haber sustituido a un magistrado jubilado durante el proceso al cumplir 75 años. Otra plaza del Supremo está vacía y se espera que de un momento a otro, la Presidenta Dilma Rousseff pueda cubrirla. Si esos dos magistrados participaran ahora en el estudio de los recursos, es posible que algunas de las condenas que tuvieron cuatro votos absolutorios puedan ser revistas y hasta cambiadas.
El mensalão ha estado zarandeado por polémicas todos estos años. Los condenados que pertenecen a la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) que llevaron al expresidente Lula da Silva al poder han insistido hasta el último momento en que se ha tratado de un juicio político sin pruebas. Alguno, como Dirceu, amenaza con recurrir a una Corte Internacional y afirma que, aún desde la cárcel, seguirá probando su inocencia.
El esquema de corrupción, según el veredicto final del Supremo tuvo como objetivo sobornar a políticos y partidos para que apoyaran al primer Gobierno de Lula, que carecía de mayoría en el Congreso.
El ideólogo de la trama fue, según dichos documentos del Supremo, el exministro de Lula, Dirceu. El operador financiero era, de acuerdo con el tribunal, el empresario de la comunicación Marcos Valerio, condenado a 40 años de cárcel y que ahora intenta involucrar a Lula en el caso.
Por primera vez han sido condenados a la cárcel no solo políticos de primera fila, sino también funcionarios y propietarios de bancos públicos y privados, que ofrecieron préstamos ficticios al Partido de los Trabajadores y dinero a políticos y partidos.
Lula, que en un primer momento pidió perdón a la nación y confesó haber sido "engañado”, afirmó más tarde que se trataba de un golpe de la oposición, que no soportaba que un metalúrgico sin estudios llegara a la Presidencia de la República.
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