Musharraf se escabulle de un tribunal paquistaní tras ordenarse su arresto
Los jueces ordenaron la detención del expresidente por su relación con la detención de jueces, entre ellos el jefe del Tribunal Supremo, en 2007
Un tribunal paquistaní ha ordenado a primera hora de hoy jueves la detención del expresidente Pervez Musharraf, según ha informado un portavoz de su grupo político, la Liga Musulmana de Todo Pakistán (APML, en sus siglas inglesas). A pesar de varios casos pendientes con la justicia, el general retirado, que gobernó Pakistán entre 1999 a 2008, regresó a finales del mes pasado de un exilio autoimpuesto para participar en las elecciones del 11 de mayo.
“El Alto Tribunal de Islamabad ha cancelado la [petición de] fianza de Musharraf y ordenado su arresto hoy por el caso de la detención de los jueces”, ha declarado el secretario general de la APML, Mohammad Amjad, citado por Reuters.
No está claro que el militar vaya a entrar en prisión. La orden se ha producido cuando Musharraf ha compadecido ante el tribunal en relación con el arresto domiciliario en marzo de 2007 de varios jueces que se opusieron a sus intentos de permanecer en el poder, y esperaba que se le impusiera una fianza. Sin embargo, y en contra de lo que es habitual en estos casos, la policía no ha procedido a su inmediata detención y testigos citados por las agencias de noticias han asegurado que ha salido de la sala escoltado por sus guardaespaldas. Sus abogados pueden recurrir la decisión ante el Supremo.
Diversos canales locales mostraron cómo Musharraf se escabulló aprovechando el revuelo creado por su presencia en los juzgados y salió del recinto rodeado de sus guardaespaldas ante la pasividad de las fuerzas de seguridad presentes en el exterior.
La decisión es el último contratiempo a los intentos del general por volver a la escena política. El martes, un tribunal de Rawalpindi le descalificó como candidato en Chitral, el cuarto distrito electoral por el que ha intentado presentarse. Su equipo legal ha anunciado que va a recurrir. Además, tiene abiertos otros procesos, uno de ellos por traición, aunque él ha insistido en que no hay fundamentos legales y que están alentados por motivos políticos.
Aún con todo el ruido mediático que ha generado su regreso a Pakistán después de casi cuatro años de ausencia, la realidad es que Musharraf carece de suficiente apoyo popular como para constituir una amenaza para los otros candidatos. Todas las quinielas parecen inclinarse porque, hartos de la corrupción y el descontrol económico vivido durante los últimos cinco años bajo Asif Ali Zardari, los paquistaníes elegirán esta vez al candidato del partido rival, el ex primer ministro Nawaf Sharif, a quien Musharraf depuso cuando dio su golpe de Estado en 1999.
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